La policía fronteriza podrá deportar a los inmigrantes ilegales sin recurrir a un juez. Rachel Swarns. THE NEW YORK TIMES. ESPECIAL Con el argumento del temor a que los terroristas atraviesen las fronteras del país, el Departamento de Seguridad Interior de los Estados Unidos anunció ayer que les darán a los agentes de las patrullas fronterizas nuevos y vastos poderes para deportar a los extranjeros ilegales en las fronteras con México y Canadá sin darles oportunidad de presentar su caso ante un juez de inmigraciones. Esta medida, que entrará en vigencia este mes, representa una amplia expansión de la autoridad de los miles de agentes que patrullan las fronteras norteamericanas. Hasta ahora, los agentes fronterizos entregaban por lo general a los inmigrantes indocumentados en custodia a las cortes de inmigración, donde los jueces decidían si debían ser deportados o quedarse en EE.UU. Funcionarios de Seguridad Interior calificaron al proceso de deportación en los tribunales de inmigración —en donde se escuchan los pedidos de asilo y otras apelaciones para permanecer en el país— como lento y engorroso y recordaron que los inmigrantes ilegales deben aguardar por lo general más de un año antes de ser deportados, lo que satura la capacidad de los centros de detención y agota recursos críticos. Según el nuevo sistema, los inmigrantes serán deportados dentro de los 8 días de ser detenidos. Una ley de 1996, sobre inmigración ilegal, autorizaba al organismo a deportar a ciertos grupos de inmigrantes ilegales sin participación de la Justicia, pero hasta ahora ésto sólo estaba autorizado para los funcionarios de aeropuertos y puertos marítimos. La nueva norma se aplicará a los inmigrantes ilegales que sean detenidos dentro de un radio de 160 kms de distancia de las fronteras con Canadá y México, que hayan pasado hasta 14 días dentro de los Estados Unidos. Pero en lugar de centrarse en la deportación de mexicanos y canadienses, los agentes se concentrarán en los inmigrantes de otros países. El año pasado, alrededor de 37.000 inmigrantes de otros estados fueron arrestados en la frontera sur de los EE.UU. Algunos funcionarios comentaron que este nuevo plan ayudará a frenar la inmigración ilegal, a acelerar las deportaciones y a abordar temas relacionados con la seguridad en las fronteras. La decisión fue elogiada también por funcionarios que se quejan desde hace tiempo de que las porosas fronteras norteamericanas representan una grave amenaza para la seguridad nacional. Pero originó una andanada de críticas de parte de defensores de los inmigrantes, que temen que este nuevo sistema no incluya las salvaguardas adecuadas como para evitar que se deporte gente de forma inadecuada. Asa Hutchinson, subsecretario de seguridad fronteriza en el Departamento de Seguridad Interior, anunció en conferencia de prensa que los agentes de frontera serán capacitados de modo de estar interiorizados sobre todo lo que tenga que ver con la ley de asilo. Clarin, 12 de agosto de 2004 |
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