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Río de Janeiro dejará de fichar a
los turistas norteamericanos
Un juez ordenó el fin de la medida por razones económicas
Alegó que no hay riesgo de atentados en Brasil
Atendió el pedido del intendente carioca
Ahora reciben a los estadounidenses con flores, regalos y el mensaje "Rio
loves you"
SAN PABLO.- "Rio loves you." Ese será el mensaje que
estará estampado en la remera que los turistas norteamericanos
recibirán desde hoy al desembarcar en Río de Janeiro, ciudad
que ayer ganó una batalla en la Justicia y ya no deberá
fichar a los turistas que lleguen desde los Estados Unidos.
Río de Janeiro logró derribar ayer en la Justicia la medida
que había sido dictada por un juez para que, en reciprocidad por
las nuevas normas inmigratorias de los Estados Unidos, Brasil les exigiese
a los ciudadanos de ese país cumplir con los mismos requisitos.
Desde el 1° de enero, todos los norteamericanos que llegan a Brasil
deben dejar asentada su huella digital y ser fotografiados.
"Vamos a dar pelea", había dicho a LA NACION la semana
pasada el intendente de Río de Janeiro, César Maia. Fichar
a los estadounidenses "es de un antiamericanismo tosco", argumentó
Maia, al reaccionar frente a la primera cancelación de un viaje
de turistas de Estados Unidos a Brasil.
La ciudad de Río de Janeiro, entonces, comenzó a trabajar
para evitar que los turistas de ese país, los que más dinero
dejan en la ciudad por año, eligieran otros destinos en donde no
fueran sometidos a trámites engorrosos.
Los turistas estadounidenses gastaron el año pasado 250 millones
de dólares en Río de Janeiro.
Finalmente, fue una sentencia de un juez de Río de Janeiro, Cato
Alves, la que terminó ayer con el fichaje de norteamericanos en
esa ciudad.
Estados Unidos tiene razones para realizar una fiscalización exhaustiva
de los inmigrantes, "pero Brasil no, ya que la posibilidad de atentados
terroristas (en Brasil) afortunadamente no forma parte de la vida nacional",
estableció el juez en su sentencia. Como el principio de reciprocidad
le provocaría a Brasil "pérdidas de millones de dólares
a la economía nacional", Alves decidió ponerle fin
a la medida.
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Estilo Hawai
Al mismo tiempo, en una acción coordinada entre la Municipalidad
de Río de Janeiro y organizaciones dedicadas a incentivar el turismo,
se decidió recibir a los norteamericanos al mejor estilo hawaiano:
con una remera que dice "Rio loves you" (Río te ama),
una rosa y bijouterie de una joyería regalada en conjunto con una
línea aérea.
Mientras tanto, el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva todavía
estudia la posibilidad de apelar la medida del juez que ordenó
el fichaje de norteamericanos en todo el país, por considerar que
un juez no puede legislar sobre la política exterior del país,
que es potestad del Poder Ejecutivo.
Ayer mismo, en la Cumbre de las Américas, que se realiza en Monterrey,
México (ver Págs. 5 y 6), había expectativas de que
Lula pidiera personalmente al presidente George W. Bush que los brasileños
sean eximidos de los controles aplicados desde la semana pasada a los
extranjeros que llegan a Estados Unidos con visa. Al cierre de esta edición
no se conocían los resultados de la posible gestión del
presidente brasileño, pero el canciller de ese país, Celso
Amorim, dijo que la propuesta incluía un acuerdo especial de visados
entre los dos países.
La decisión del juez de Río de Janeiro, sin embargo, abre
precedentes para que otros Estados realicen la misma acción y el
fichaje de los ciudadanos norteamericanos termine siendo extinguido.
La batalla judicial, sin embargo, continúa y ayer fue motivo de
debate entre juristas. Como el gobierno federal emitió durante
el fin de semana una orden ejecutiva confirmando los controles a los norteamericanos
y anunciando que se creó una comisión para investigar el
tema, algunos consideran que esa orden está por encima de la decisión
del juez de Río de Janeiro, que tendría un peso legal inferior.
El tema, por lo tanto, continúa siendo motivo de controversia.
En tanto, Recife, capital del Estado de Pernambuco, en el nordeste del
país, ya comenzó a modernizar el fichaje de los norteamericanos,
que se quejaban por tener que ensuciarse los dedos con tinta para dejar
las huellas del pulgar derecho.
Los pernambucanos instalaron escáneres y cámaras digitales
y el sistema quedó exactamente igual al que recibe a brasileños
y argentinos, entre otros, al llegar a los Estados Unidos. Ahora la reciprocidad
es total.
Por Luis Esna, La Nacion, Corresponsal en Brasil,
13 de enero de 2004
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