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Roces diplomáticos en el hemisferio: el gobierno
de Lula, más firme con Washington
Crece la tensión entre EE.UU. y Brasil
Un avión estadounidense fue retenido durante 11 horas tras haber
invadido el espacio aéreo brasileño
Brasilia obligó a la nave a aterrizar y le negó permiso
para sobrevolar el territorio
Anteayer, un piloto norteamericano había sido detenido por hacer
un gesto obsceno
SAN PABLO.- En un nuevo incidente que incrementó
aún más la tensión entre Brasil y Estados Unidos,
un avión de la marina norteamericana fue retenido por las autoridades
brasileñas tras haber invadido el espacio aéreo de este
país en la frontera con Bolivia.
El episodio se sumó a una seguidilla de roces diplomáticos
que se agravaron en los últimos días con la decisión
de fichar a los ciudadanos de los Estados Unidos que ingresan en Brasil
y con la detención de un piloto norteamericano que hizo un gesto
obsceno durante su trámite de migración.
"Si un avión viola el espacio aéreo o un extranjero
desacata la autoridad realizando un gesto obsceno y arrogante la ley tiene
que ser cumplida. Quizá lo que había en el pasado era una
cierta complacencia con esas actitudes", dijo a LA NACION Marco Aurelio
García, jefe de la Asesoría Internacional del gobierno de
Lula da Silva. García negó que exista una ola de antinorteamericanismo
en Brasil. "Cuando la ley comienza a ser cumplida tiene que serlo
para todos. Si esto es antinorteamericanismo, entonces podríamos
decir que los norteamericanos están practicando antilatinoamericanismo
al detener a inmigrantes y repatriarlos", afirmó.
El Hércules C-130 que fue retenido, junto con once militares de
los Estados Unidos, se dirigía a Paraguay, y al no obtener autorización
para sobrevolar Bolivia invadió el territorio brasileño
mientras solicitaba autorización para sobrevolarlo. Como esa ruta
no constaba en el plan de vuelo original, Brasil no autorizó el
paso por su territorio y obligó al avión a aterrizar en
Porto Velho, en la frontera con Bolivia.
El avión militar, que transportaba equipos para las embajadas norteamericanas
en la región, tuvo que permanecer once horas en Brasil, mientras
gestionaba una autorización para continuar viaje a Paraguay. La
autorización, al final, fue concedida.
Apenas un mes atrás, un helicóptero de los Estados Unidos
había invadido el territorio brasileño para rescatar los
cuerpos de agentes de la DEA (el organismo antidrogas norteamericano)
accidentados en un vuelo secreto desde Bolivia, que también había
ingresado sin permiso en el espacio aéreo de Brasil.
En tanto, el piloto Dale Robin Hersh, de American Airlines, que realizó
un gesto obsceno mientras sostenía el cartel de identificación
ante la cámara fotográfica de la policía federal
brasileña, aguardaba anoche un vuelo de su compañía
para volver a los Estados Unidos.
Hersh fue detenido por la policía brasileña por desacato
y condenado por un juez a pagar 13.000 dólares de multa. "Fue
un gesto internacionalmente conocido como obsceno y provocativo",
justificó el jefe de la policía federal en San Pablo, Francisco
Baltazar da Silva.
Al resto de la tripulación se le negó el ingreso en el país.
Todos fueron enviados de regreso a los Estados Unidos en un vuelo de anteanoche.
Para contribuir aún más al tono "justiciero" que
tuvo la detención del piloto, la multa, pagada finalmente por American
Airlines, fue donada a un asilo.

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Los
principales aeropuertos de Brasil, como el de San Pablo, empezaron
a modernizar el sistema para fichar a los norteamericanos. Foto:
Reuters
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Compensación en Río
En tanto, el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva confirmó ayer
que se mantiene el fichaje de os norteamericanos, pero inició un
proceso en el Tribunal Regional Federal contra la decisión del
juez que emitió la orden de aplicarles la reciprocidad a los ciudadanos
norteamericanos.
Aunque está de acuerdo con la medida de extremar los controles
a los norteamericanos, el gobierno quiere evitar que el caso siente un
precedente para que otros jueces dicten normas que afecten la política
externa brasileña, potestad del Poder Ejecutivo.
Mientras tanto, en Río de Janeiro, los norteamericanos continuaban
siendo recibidos con regalos, camisetas con el mensaje "Río
loves you" y mulatas bailando samba con poca ropa. Fue la fórmula
que encontró el intendente de Río de Janeiro, César
Maia, para compensar a los estadounidenses y evitar que se irriten por
tener que cumplir con los mismos requisitos que brasileños, argentinos
y visitantes de otras 148 nacionalidades tienen que cumplir para ingresar
en los Estados Unidos.
A medida que pasan los días, se suman los aeropuertos brasileños
que instalan cámaras fotográficas digitales y scanners para
tomar las huellas digitales sin tinta . De esa forma, Brasil confirma
su decisión de mantener la reciprocidad frente al trámite
migratorio de los Estados Unidos.
"La reciprocidad se mantiene; si Estados Unidos elimina los requisitos
que les piden a los brasileños, nosotros eliminaremos los que les
pedimos a los estadounidenses", dijo a LA NACION García, el
principal asesor internacional de Lula.
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Por Luis Esnal, La Nacion, 16 de enero de 2004
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