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La tensión con Washington: a pocas semanas
de la visita de Powell al país
Brasil no aceptará presiones para eliminar el fichaje
Lo aseguró el canciller Celso Amorim
SAN PABLO.- El gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva ratificó ayer,
a pocas semanas de la visita del secretario de Estado norteamericano,
Colin Powell, que no aceptará presiones de Washington para eliminar
la exigencia de fichaje de los ciudadanos de los Estados Unidos en los
aeropuertos de Brasil.
Desde el 1° del actual Brasil exige que los ciudadanos norteamericanos
dejen su huella digital y sean fotografiados para ingresar en el país,
como un acto de reciprocidad frente a la nueva ley migratoria de los Estados
Unidos, que exige lo mismo de ciudadanos de 150 nacionalidades, incluyendo
la brasileña.
"Nosotros nunca politizamos este asunto, pero evidentemente lo que
ocurrió con la exigencia de identificación fue la gota de
agua que despertó la reacción del juez (que ordenó
el fichaje inicialmente) y de la sociedad brasileña", justificó
ayer el canciller de Brasil, Celso Amorim.
Powell, que visitará Brasil entre febrero y marzo -aún no
está confirmada la fecha-, discutirá con Amorim la posibilidad
de ablandar los requisitos para ambas partes.
El ministro brasileño aclaró: "El secretario de Estado
no viene acá a presionarme para que pongamos fin a la medida. Quien
introdujo el asunto, en conversación con el presidente Bush, fue
el presidente Lula, y no con intención de hacer presión,
sino para encontrar una solución que sea mutuamente ventajosa".
Ante la consulta de si esperan represalias de los Estados Unidos, Amorim
fue irónico: "Me parece difícil que (los brasileños)
puedan sufrir más (para entrar en los Estados Unidos)".
El fichaje de norteamericanos, en tanto, continúa de forma menos
engorrosa que en los primeros días, y el piloto de American Airlines
que fue detenido al realizar un gesto obsceno con el dedo mayor al ser
fotografiado por la policía volvió anteanoche a los Estados
Unidos tras pagar una multa de 36.000 pesos argentinos.
Regalos y mulatas en Río
En Río de Janeiro, en tanto, los norteamericanos continúan
siendo recibidos con regalos y mulatas sambando. Una publicación
brasileña, Primeira Leitura, sugirió que en lugar de contribuir
a difundir el cliché clásico sobre Brasil -samba, fútbol
y carnaval- las autoridades podrían regalar a los norteamericanos
un libro del escritor Machado de Assis traducido al inglés.
La diplomacia brasileña, en tanto, optó por mantener una
posición de autonomía orgullosa frente a los Estados Unidos.
Ayer, periodistas nacionales y extranjeros recibieron un comunicado de
Itamaraty con el sugestivo título: "Estados Unidos no cumple
determinación de la OMC sobre Enmienda Byrd. Reacción brasileña".
.
El comunicado informaba que Brasil solicitará a la Organización
Mundial del Comercio la aplicación de represalias comerciales contra
los productos norteamericanos debido a que ese país otorgó
subsidios indebidamente a sus productores. En un estado normal de las
relaciones entre ambos países ya habría parecido un reclamo
duro, pero en medio del contexto de tensión de los últimos
días sonó a provocación.
Por
Luis Esnal, La Nacion, 17 de enero de 2004
Lula
volará en un avión de 57 millones de dólares
Cambiarán la aeronave presidencial
SAN PABLO (De nuestro corresponsal).- El presidente Luiz Inacio Lula
da Silva volará a partir de este año en un millonario y flamante
avión oficial y pasará a retiro el actual, que quedó
obsoleto.
A un costo de poco más de 56 millones de dólares, diez menos
que los 66 millones de dólares pagados por el gobierno de Carlos
Menem por el Tango 01 en 1992, la presidencia de Brasil adquirirá
un Airbus Corporate Jetliner, uno de los jets ejecutivos más modernos
y lujosos del mundo.
La compra, contra lo que se podía imaginar considerando los índices
de miseria de Brasil y el origen operario de Lula, no generó polémica.
El actual avión presidencial, un Boeing 707 con 46 años de
uso, llega a ser tan ruidoso que en algunos aeropuertos internacionales
ya no tiene permiso para aterrizar. Es conocido popularmente como "sucato",
lo que podría traducirse como "chatarrón".
El nuevo avión, que será entregado en diciembre próximo,
tendrá una autonomía de vuelo de 11.000 kilómetros.
Es el mismo modelo que compró por 65 millones de dólares el
presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Se trata de una nave que es 13 metros más corta que el actual Boeing,
pero le permitirá a Lula hacer vuelos a Europa sin escalas.
.
Incidente en vuelo
Según recordó el diario Folha de S. Paulo, el "chatarrón"
estuvo a punto de ser jubilado después de que en un viaje del vicepresidente
Marco Maciel, durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, una de las
cuatro turbinas explotó en el aire.
Nadie salió herido, pero a partir de aquel momento ya comenzó
a discutirse la necesidad de adquirir un nuevo avión presidencial.
La
Nacion, 17 de enero de 2004
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