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Desesperanzados
por las abultadas cifras de desocupación laboral, miles de ciudadanos
argentinos depositaron sus ilusiones en la posibilidad de cambiar el lugar
de residencia.
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Muchos siguieron a ciegas el furor emigratorio sin detenerse a pensar
en las complicaciones que podían oscurecer ese sueño.
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Hoy en los Estados Unidos, según datos del Departamento de
Estado, hay 300 mil argentinos que viven con sus estadías vencidas
y el 50 % de ellos no estaría en esta situación de ilegalidad
si se hubiera informado bien antes de viajar, sostiene Dimas Pettineroli,
Presidente de CAUSA, una entidad sin fines de lucro que asesora a quienes
están en esta situación.
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No improvisar
Con el rigor de un mandamiento, este abogado argentino, que reside en
Miami desde hace 3 años, expresa una de las máximas primordiales
que deben orientar la vida del emigrante.
Es necesario planear detenidamente lo que uno va a hacer allá.
Recomiendo a todos los que deseen irse que hagan un primer viaje, con
visa de turista, para ver si pueden insertarse en el mercado de ese país,
aconseja Pettineroli.
Derribando mitos
A la par de los nuevos fenómenos, como la masiva emigración
argentina, nacieron mitos e idealizaciones en torno a ellos.
El primero se sostiene en las innumerables oportunidades laborales y consecuentes
beneficios económicos que promete el país ajeno.
Sin embargo, y aunque resulte doloroso admitirlo, ninguna de estas prerrogativas
logran subsanar la sensación de desarraigo que acarrea un autoexilio
forzado por las condiciones económicas.
"Con o sin papeles cuando uno es extranjero, las cosas siempre son
difíciles," expresa al diario El inmigrante la familia Bedmar,
que reside en España.
En tanto, el fundador de CAUSA admite que no es lindo ser extranjero
y advierte sobre los costos económicos y, en especial, afectivos
que hacen de la mudanza un proceso complejo.
Existe también una exagerada valoración de Internet, elevada
al rango de panacea tecnológica, que hizo que muchos vieran en
ella una oportunidad de ser contratado por una empresa a miles de kilómetros
de distancia.
Son muy pocos los argentinos que llegaron a los Estados Unidos con
la certeza de un trabajo adquirido a través de Internet porque
se trata de un sistema de contratación demasiado impersonal,
explicó Pettineroli.
Haciendo Patria desde afuera
"Mi nombre es Claudia Martínez. Soy de Mendoza y vivo en Nueva
York. Hace tiempo que buscaba un lugar para ofrecer mi ayuda. Quería
unirme a los argentinos que se encuentran en el exterior para pelear por
lo nuestro.
Al igual que Claudia, miles de argentinos que viven lejos de su tierra
natal, se comunicaron con CAUSA para solidarizarse con sus compatriotas
y buscaron aunar fuerzas para evitar la deportación de todos aquellos
que perdieron su status legal el 21 de febrero último, cuando los
Estados Unidos anunció que a partir de esa fecha los argentinos
necesitarían una visa para ingresar en este país.
De hecho, desde http://causa.8m.com
, la entidad que agrupa a 25 mil argentinos, busca reunir firmas de adhesión
para pedir al Gobierno de Eduardo Duhalde que apruebe el proyecto de la
diputada justicialista Stella Maris Córdoba, en el que se aboga
por una extensión de los TPS (protección temporal con papeles
y permiso de trabajo) a todos los argentinos que no se vieron beneficiados
por esta medida.
Consejos
Dimas Pettinerolli comenzó a preocuparse por la situación
de sus compatriotas en los Estados Unidos cuando comprobó que,
lejos de tratarse de casos aislados, la cantidad de consultas por complicaciones
legales crecía a la par de la ola emigratoria.
Por eso, además de fundar una entidad de asesoramiento, esbozó
una serie de consejos orientados a los profesionales universitarios:
1-Se trata de una decisión de vida, no de una simple mudanza
2-Son
pocas las posibilidades de conseguir un trabajo en el exterior desde la
distancia
3-Consigna
inquebrantable: primero los papeles
4-Existen
muchas limitaciones en el ejercicio profesional (revalidación de
títulos)
5-Si se
tiene fe, tiene ganas de trabajar el doble que en su país y está
dispuesto a hacer sacrificios para integrarse a una sociedad distinta:
venga.
6-Si no
cuenta con recursos y cree que va a extrañar demasiado, postergue
la decisión de emigrar hasta superar estas limitaciones.
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Paula
Greco, La Nacion , 31 de julio de 2002
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