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EDITORIAL
Latinos,
primera minoría en los EE.UU.
Clarin,
Jueves 30 de enero de 2003
Los latinos se han convertido en la minoría étnica más importante
de los Estados Unidos, superando a los afroamericanos, lo cual tiene y
tendrá importantes consecuencias en la arena políti ca y cultural del
país del norte.
Según los registros oficiales, los latinos que viven en los Estados Unidos
han llegado a ser 37 millones de personas, un 13 por ciento de la población
de ese país, números levemente superiores a los de la minoría negra.
La categoría de latino debe ser tomada con precaución, porque engloba
a personas procedentes de países y culturas diferentes. Pero un rasgo
que unifica a los latinos es su preferencia por el Partido Demócrata,
que en algunas regiones electorales es muy marcado y determinante para
las elecciones. Aunque en ocasiones también los republicanos se beneficiaron
con el apoyo latino. Si bien la participación latina en las elecciones
nacionales es proporcionalmente menor que la del resto de los grupos,
las estadísticas muestran que esa participación está creciendo, por lo
cual su influencia podría aumentar en el futuro.
Las preocupaciones de esta franja de la población están muy concentradas
en los problemas que la afectan más directamente, como la inmigración,
o en el caso de los de origen cubano, en la política de los EE.UU. en
relación al castrismo.
Debido a su crecimiento, los intereses y posiciones políticas de la población
latina influirán cada vez más so bre la política de los EE.UU. hacia los
países latinoamericanos de los cuales provienen. En este sentido, ese
aspecto de la política exterior estará crecientemente entrelazado con
la política interior hacia la minoría latina.
Finalmente, tal como sucedió con el retroceso en la discriminación y del
ascenso social de los afroamericanos, el aumento de la población latina
está llamado a tener una influencia creciente en la vida social y cultural
de los Estados Unidos.
Ese fenómeno deriva en la formación de una identidad más variopinta y
compleja y menos hegemonizada por la cultura de los blancos descendientes
de los primeros inmigrantes.
En este último sentido, la realidad que viven los EE.UU. tiene puntos
de contacto con la creciente presencia de emigrantes y sus descendientes
en las sociedades europeas, tendencia que se acentuará debido a las bajas
tasas de natalidad de las poblaciones originarias y la creciente necesidad
de recursos humanos extranjeros.
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