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UN
FENOMENO SOCIAL, PERO TAMBIEN POLITICO
Latinos
en Estados Unidos: un público, un mercado, muchos votos
Los
hispanos hoy son la primera minoría étnica de EE.UU. Pero
lejos de las reglas del marketing y la necesidad de una clasificación,
los latinos no forman un bloque uniforme de gustos e ideologías.
Marina
Aizen, Clarin,
Domingo 26 de enero de 2003
Es oficial: en los Estados Unidos hay más latinos que negros.
Ahora, son la primera minoría étnica del país —37 millones—
lo que puede parecer una cuestión para el orgullo. Pero, ¿qué es ser latino?
El estadounidense puede creer que todos son de una sola raza; o un grupo
cultural o políticamente homogéneo, que consume el mismo jabón y la misma
comida. ¿Hablan todos castellano? ¿Se llaman Pérez o González? ¿Son todos
pobres o inmigrantes indocumentados? ¿Son más machistas? ¿Más religiosos?
Podría decirse también que ser latino es un invento. Una creación pergeñada
en una oficina oscura de Washington. Ocurrió en 1970, cuando los burócratas
del censo notaron que los mexicanos y portorriqueños, que eran los grupos
étnicos predominantes, marcaban el casillero de "blanco" o "caucásico"
cuando les preguntaban por la raza. Había que remediar el tema. Después
de todo, Estados Unidos es un país obsesionado con el color de piel.
Luego de muchas discusiones, se acordó que un "latino" era una "persona
que, más allá de su raza, tiene un origen cultural en México, Puerto Rico,
Cuba o América del Sur". Y, así, todo el mundo quedó bajo un mismo rótulo,
hablara o no castellano. Por ejemplo un angloparlante chicano —como
se llama a los descendientes de mexicanos que viven en los territorios
mexicanos anexados por EE.UU.— quedaron equiparados a un caribeño,
que puede ser de raza taína, negra o blanca, o a un argentino de ascendencia
italiana.
En Texas prefieren decir "hispanos", porque los chicanos juran y perjuran
que descienden de los originales conquistadores españoles. En Nueva York,
Los Angeles o Miami, en cambio, se usa más "latinos". Y hay gente que,
a pesar de la exhortación del músico Ruben Blades: "latinos en los Estados
Unidos: ¡vamos a unirnos!", preferiría que no los tildaran de ninguna
forma. "Muchos se piensan como cubanos, salvadoreños, nicaragüenses. No
piensan en una entidad pan-latina, sino en sus países de origen", admite
a Clarín Richard Fry, investigador del Pew Hispanic Center.
Pero el hecho de que el estadounidense común, perciba a todos como un
"grupo étnico", convierte automáticamente a los latinos en un fenómeno,
sobre todo, si son tantos como dice el censo. Los últimos datos fueron
leídos con atención en Washington, entre otras cosas porque los distritos
electorales se trazan de acuerdo a los grupos étnicos, y porque los partidos
políticos piensan en capturar su voto.
"En las últimas elecciones, hubo un margen de voto muy cerrado. Al ver
que se está destacando una población creciente, cuyos números electorales
son mayores que los de esos márgenes, es natural que haya más atención
a ese nuevo bloque", indicó Clarissa Martínez, directora de política estatal
del Concilio Nacional de La Raza, un lobby de Washington.
Por eso, demócratas y republicanos quieren exhibir sus credenciales "latinas".
George W. Bush quiere ser el primer presidente en nominar a un hispano
a la Suprema Corte de Justicia. El candidato es el muy conservador Alberto
González, que por venir de una familia de trabajadores mexicanos migratorios,
que se rompían la espalda trabajando, parece el representante perfecto
del sueño americano.
La historia del latino pobre que vence escollos funciona muy bien en cualquier
partido. En las pasadas elecciones, la sacaron a relucir Loretta y Linda
Sánchez, las primeras hermanas en llegar a la Cámara de Representantes.
Todo el mundo se enteró de que crecieron en una pequeña casa, de un sólo
baño, compartiéndolo con otros cinco hermanos. Como vienen de distritos
donde el castellano le empata al inglés, la madre de ellas, María, hizo
campaña por ambas sin decir nunca "yes".
Los "latinos" no son distintos al resto de la gente de este país, donde
el dinero de los aparatos partidarios es lo que determina los resultados
electorales. Por eso, muchos ni se molestan en ir a votar. El poder político
de los latinos todavía está lejos de materializar todo su posible potencial.
La tradición dice que los latinos votan a los demócratas. Pero la política
está también determinada por factores locales. En las últimas elecciones,
los latinos reeligieron a George Pataki como gobernador de Nueva York,
a pesar de que es republicano. También votaron por el alcalde de la Gran
Manzana, Michael Bloomberg, republicano, que hizo avisos en castellano,
donde decía con ese incurable acento gringo: "Hola amigos, soy Mike".
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A
DOS LENGUAS. EN TEXAS, UNA MUJER Y SU HIJA COMPRAN CAJAS DE CEREALES
CON INSCRIPCIONES EN INGLES Y EN CASTELLANO. (Foto: Brad Doherty/AP)
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