ESTADOS UNIDOS: UNA PROPUESTA PARA SEDUCIR AL VOTO HISPANO Bush lanzó su plan de blanqueo de millones de inmigrantes Da un permiso por tres años a quienes tienen empleo. Pueden beneficiarse entre 8 y 12 millones de personas, entre ellas 200.000 argentinos. Debe ser aprobado por el Congreso, donde hay resistencia. El presidente de Estados Unidos, George Bush, presentó ayer su nueva propuesta para inmigrantes que, entre otros efectos, blanquea por tres años a los indocumentados que demuestren tener trabajo. El plan, adelantado el martes pero oficializado ayer, recibió críticas de las entidades que nuclean a los inmigrantes y aún debe ser debatido en el Congreso, donde hay opiniones muy encontradas. Según Bush, aquellos ilegales que demuestren tener trabajo podrán calificar para recibir un permiso laboral de tres años, renovables por tres más. La autorización incluirá el derecho a salir e ingresar del país libremente, como si fueran residentes. Un problema que tienen hoy los "sin papeles" es que, si salen de EE.UU., quedan registrados y se les impide luego retornar. La oferta abarca a extranjeros que reciban ofertas laborales en EE.UU. Podrán entrar siempre que se trate de tareas que no desean hacer los estadounidenses. Y traer a sus familias si demuestran poder mantenerlas. El período laboral será también de tres años. Y al cumplirse, se espera que los trabajadores retornen a su país de origen, dijo Bush, aunque algunos podrán solicitar residencia permanente y ciudadanía. "Este anuncio hará de EE.UU. un país más compasivo y humanitario", dijo el presidente. Pero para algunos, es una maniobra electoral de Bush, que busca ser reelecto este año. Eso creen en el opositor Partido Demócrata y en organizaciones de inmigrantes, sobre todo "hispanas".
Bush aclaró que no habrá "amnistía" (el ex presidente Ronald Reagan concedió una en los años 80), pues ello "viola la ley y perpetúa la inmigración ilegal". El discurso de Bush buscó ser emotivo, hecho desde la Casa Blanca con varios ministros presentes. El Congreso dará batalla. El ala más conservadora del oficialista Partido Republicano se opone a "recompensar" con beneficios a quienes están ilegalmente. Pero las principales críticas provinieron de los demócratas. El senador Joe Lieberman y el liberal (progresista) Richard Gephardt, precandidatos presidenciales por el PD, criticaron a Bush por hacer la propuesta en un año electoral tras haberse resistido en sus primeros tres años de gestión. Y el legislador Bob Menéndez, del Caucus demócrata voz de los inmigrantes dijo que busca "una rotación de capital humano, para ser usado y descartado, sin esperanza de legalizar permanentemente el status". Los inmigrantes no pueden votar aunque sean legales. Para ello deberían adoptar la ciudadanía de EE.UU. Pero lo de Bush se leyó como electoralista pues abre el camino a seducir al voto hispano y de otras colectividades, en un país donde más de 3% de la población es inmigrante clandestina. Cada año, llegan al menos 35.000 personas y se quedan fuera de la ley. En total hay de 8 a 12 millones de personas en esas condiciones, se estima, entre ellos unos 200.000 argentinos. Los hispanos ya son casi 14% de la población nacional y 43% de los votantes en Nuevo México, 34% en California y Texas, 27% en Arizona, 21% en Nevada, 18% en Florida y 16% en Nueva York. Para algunas organizaciones se avanza pues se evita la deportación al menos por tres años. Pero la mayoría se quejó. "Estamos decepcionados. No es legalización sino la creación de un nuevo plan de trabajadores temporarios", dijo Michelle Waslin, del Consejo Nacional La Raza. "Se trata de cortejar el voto latino, No podrá hacerlo así", advirtió. Angela Kelly, del Foro Nacional de Inmigración, señaló: "Es mucho menos de lo que esperábamos". "No es una solución sino una curita", se lamentó Gabriela Lemus, de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos, para quien fue una jugada electoral. Antes del anuncio, Bush habló por teléfono con su par mexicano, Vicente Fox, para arreglar la cita que ambos mantendrán el lunes en Monterrey, México, durante la Cumbre de Presidentes de las Américas. México "aporta" alrededor de la mitad de los "sin papeles". Fox dijo que el plan le parecía "muy interesante" pero que espera más detalles, y que la inmigración es "el tema fundamental de la relación bilateral". PUNTO
DE VISTA El presidente
no quiere sorpresas. Poco a poco, George Bush va hilvanando de antemano
su estrategia para quedarse otros cuatro años en la Casa Blanca.
Empantanado desde hace meses en la lucha contra el terrorismo y la guerra
en Irak, el republicano ha decidido que, para su reelección, ya
es tiempo de volcarse a la política interna. No hay dudas de que
los últimos números de la economía lo ayudan. Pero
también sabe que el voto hispano es hoy un as de espadas. Como
dato, sólo cabe apuntar el angustiante final en el estado de Florida,
colmado de latinos, donde apenas un puñado de votos y la bendición
de la Corte dieron a Bush luz verde hacia Washington. Si bien la propuesta
va a afrontar un fuerte embate y puede naufragar en el Congreso, es una
fuerte movida destinada a seducir a la primera y cada vez más importante
minoría de Estados Unidos Clarin, Jueves 8 de enero de 2004 |
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