EE.UU.: extinguido el “boom” de la alta tecnología, ya no hay visas de trabajo para extranjeros Acaba de estallar tal vez la última burbuja que quedaba del “boom” de la alta tecnología: según el Servicio de Inmigración y Naturalización de los Estados Unidos, durante los primeros seis meses del año fiscal en curso, las solicitudes de visas de trabajo para extranjeros se derrumbó a la mitad. Y no sólo eso: la aprobación de este tipo de visa, denominado H1B, también cayó más de un 30 por ciento. |
|||||||||||||||
|
|||||||||||||||
La
visa H1B, concedida por el Servicio de Inmigración y Naturalización de
los Estados Unidos a técnicos y profesionales extranjeros altamente calificados
para ocupar puestos que hipotéticamente no podían ser cubiertos por ningún
norteamericano, fue una herramienta importante para las compañías tecnológicas,
que la emplearon sin restricciones a la hora de reclutar empleados. Sin
embargo, la reciente caída en la cantidad de visas H1B, no tranquilizó
a sus críticos, que las ven con recelo y aseguran que se las utilizó para
reemplazar trabajadores norteamericanos por otros extranjeros dispuestos
a trabajar más por menos dinero.
Las visas H1B son permisos de trabajo válidos hasta por períodos de seis años, que se les entregan a los profesionales extranjeros que hayan cursado carreras de cuatro años o más y especializaciones y, por lo general, son utilizadas por sus receptores como suerte de primer cómodo paso hacia la obtención de algún tipo de residencia permanente. Hace unos años, la escasez de estas visas era tal que los empleadores presionaron al Congreso norteamericano para que subiera el techo, establecido en 65 mil visas anuales para 1998, a 115 mil en 1999 y 195 mil en 2001. Sin embargo, es muy difícil que este año se repita esa cifra. Transcurrida la mitad del año fiscal, los EE.UU. sólo recibieron 105.800 solicitudes, un 48 por ciento menos que las contabilizadas durante los primeros seis meses del año fiscal 2001. Y, para colmo, sólo se aprobaron 44.900, un 38 por ciento menos que en el mismo período de referencia (en 2000 y 2001, las visas se agotaron en cuestión de meses). “Finalmente, la cantidad de H1B se puso a tono con la economía”, dijo Mark Shevitz, director de marketing de VisaNow.com, un servicio de procesamiento de trámites de inmigración con sede en Chicago, EE.UU.. Los expertos en inmigración están convencidos de que la debilidad económica puso freno a la demanda de trabajadores extranjeros. En muchas compañías tecnológicas, que solían cubrían más de la mitad de sus cupos de empleados con visas H1B, los negocios se desplomaron. Hoy, la mayoría tiende a contratar ciudadanos norteamericanos. Y, para los extranjeros, esto quiere decir que un muy buen nivel de educación ya no es suficiente para migrar a los EE.UU.. Igualmente, Theresa Cardinal Brown, directora de política inmigratoria de la Cámara de Comercio de Washington, EE.UU., dice que el problema es interno: “Las universidades locales todavía no producen suficiente cantidad de estudiantes avanzados de matemáticas y ciencia. Por eso se contratan extranjeros”. Los críticos del programa H1B no están tan seguros. “No me van a convencer de que no hay ni un solo ciudadano norteamericano disponible”, dijo Tom Tancredo, republicano de Colorado, quien en noviembre presentó un proyecto de ley para volver a llevar el cupo de visas H1B al nivel de 1998: 65.000. Tancredo, y no es el único, dice que los empleadores usan las visas para importar trabajadores más económicos. Y esgrimió el caso de la muy criticada Qwest Communications, una empresa de Denver, que, en los últimos dos años, mientras eliminaba 10 mil puestos de trabajo, contrataba extranjeros. Chris Hardman, vocero de Qwest, se negó a precisar cuántos trabajadores H1B empleó entonces la compañía y si seguía reclutándolos en la actualidad. “Nosotros contratamos a la persona más calificada para el puesto que debemos cubrir”, dijo, y agregó que Qwest estaba capacitando trabajadores norteamericanos para reducir su dependencia de los especialistas extranjeros. El acusador de la compañía, el legislador Tancredo, admitió que, muy probablemente, su proyecto nunca sea sancionado, pero dijo que espera que ejerza la suficiente presión como para impedir que el programa se expanda. En su opinión, el ideal sería revertir la cantidad de visas a 65.000. Y de allí no se mueve. © The New York Times Traducción de Claudia Martínez, Clarin, Miércoles 19 de junio de 2002 |
|||||||||||||||
|
|||||||||||||||
|
|||||||||||||||
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |