Zapatero anunció un nuevo plan para los inmigrantes ilegales

El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció hoy que ya tiene un plan para solucionar el problema de los inmigrantes indocumentados. La ministra de inmigración, Consuelo Rumi, "está trabajando y ya tiene un programa para atender la situación de los inmigrantes indocumentados", sobre todo aquellos cuya irregularidad se debe a fallos administrativos, aseguró Zapatero a la Cadena Ser.

Tal cual había adelantado Clarín, Zapatero dejó en claro que no se va a producir una "regularización" para todos los inmigrantes ilegales. Afirmó que la política del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) no se modificó, y que la doctrina sigue siendo la misma: "la inmigración es un fenómeno positivo, pero debe ser legal y ordenada".

"Me sorprende la manifestación del PP (Partido Popular), porque yo nunca me pronuncié a favor de que haya papeles para todos", agregó el presidente del gobierno.

Zapatero señaló, además, que el objetivo del gobierno es "cooperar con los países de donde viene la inmigración para que ésta sea ordenada", al tiempo que consideró que "debe haber integración".

"Los inmigrantes son personas con derechos y deberes, por lo tanto, tienen que poder asistir a la seguridad social y deben tener garantizado un trabajo digno", agregó.

Con respecto a la contratación ilegal, que es la situación laboral que afecta a la gran mayoría de los indocumentados, Zapatero sostuvo que hace falta eficacia en "la gestión", porque los empresarios dicen necesitar una cierta cantidad de trabajadores inmigrantes, y ellos están aquí, pero envueltos en estas situaciones de explotación.

La reglamentación de la Ley de Extranjería debía entrar en vigor en estos días, pero el nuevo gobierno socialista, decidió imponer a partir de setiembre nuevas normas para aplicar esa ley, que no será objeto de modificaciones para no demorar los trámites.

El gobierno español rechaza una normalización generalizada de los inmigrantes ilegales porque, asegura, tiene un "efecto llamada". Por lo tanto, los socialistas quieren ir absorbiendo a los inmigrantes más arraigados, como los argentinos, pero con discreción, sin "hacer olas".

Clarin, jueves 10 de junio de 2004