EXPLOTABAN
A MUJERES ARGENTINAS, PARAGUAYAS Y BRASILEÑAS
Caen dos bandas que prostituían a jóvenes sudamericanas
en España
Dos
importantes redes de delincuentes que obligaban a prostituirse a inmigrantes
argentinas, brasileñas, paraguayas y colombianas, fueron desarticuladas
por la policía, que detuvo a los 17 máximos responsables
de las bandas. Los proxenetas actuaban en diversas ciudades españolas
atrayendo a mujeres jóvenes en sus países de origen, sobre
todo en Paraguay: les ofrecían empleos en servicios domésticos
o como dependientas para tiendas o en supermercados.
En
la red que operaba en Cuenca (Castilla La Mancha) y las islas Canarias
fueron arrestados ocho españoles y cuatro paraguayos que eran los
cabecillas de la banda. De 63 inmigrantes que eran obligadas a ejercer
la prostitución, la inmensa mayoría eran paraguayas y había
otras colombianas.
La
otra operación tuvo lugar en la zona de Cantabria, norte de España,
en donde se arrestó a dos españoles, dos dominicanos y un
lituano que atraían con falsas promesas a jóvenes brasileñas,
argentinas y rumanas.
Voceros
policiales indicaron que las bandas operaban de la misma manera. Entraban
en contacto por diversos medios con jóvenes que deseaban emigrar
a España, a las que les pagaban el viaje y asesoraban para poder
superar las barreras inmigratorias.
Estos
gastos eran de alrededor de mil euros, pero cuando las chicas se encontraban
en España, los delincuentes les retiraban el pasaporte, las encerraban
en lugares apartados y mediante amenazas las obligaban a prostituirse.
Las chicas debían pagar entonces cuatro o cinco mil euros y además
se las obligaba a pagar gastos de residencia y comidas. Una chica que
consiguió liberarse gracias a la ayuda de un parroquiano de un
club de alterne denunció estos hechos a la policía. Relató
que cuando alguna de las inmigrantes quedaba embarazada la obligaban a
tomar un medicamento abortivo que provocaba fuertes hemorragias.
La
colaboración de una ONG especializada en luchar contra la prostitución
forzada a extranjeras permitió a la policía reconstruir
el "modus operandi" de las redes desarticuladas. Se buscaban
chicas de 18 años, con graves problemas económicos y familiares,
y se las atraía para que viajaran.
A
las jóvenes se les entregaba una "bolsa de viaje" que
consistía en pasaporte, pasaje de avión y dinero para gastos
de viaje. Incluso se les daba dinero que mostraban a las autoridades de
inmigración. Después las desgraciadas jóvenes se
encontraban con que debían prostituirse en locales ubicados en
zonas aisladas de los que no podían evadirse.
Las
chicas contaron a los policías que además de la agresión
física se las amenazaba con contar a sus familias que ejercían
la prostitución en España.
Clarin, Juan Carlos Algañaraz, 10 de junio
de 2004
|