EL
DRAMA DE LOS "SIN PAPELES" EN EUROPA Lo siento, no puede entrar". Apenas cortés, pero en tono firme, el oficial de migración así le dijo al argentino Gastón Alejandro Pérez que no podía reingresar a España, en donde vivía desde hacía tres años y adonde quería regresar tras un viaje corto a Marruecos. Gastón tiene 26 años y ayer en su casa de Avellaneda su familia había improvisado globos celestes y blancos y un cartel de una bienvenida que no esperaban. Su historia es la de tanta gente tierna que escapó de la Argentina enferma de 2001 como si fuera el Pueblo Blanco que canta Serrat. "Estuve en Tenerife, islas Canarias, tres años sin papeles pero sin problemas, pues estaba irregular, a falta de una ley, pero trabajé de albañil, mozo, en una disco y, ahora, herrero. Y justo cuando esperaba la sanción de la nueva ley de inmigración que prometen, me pasa esto", dice.
"Esto" es que, con salidas temporales de España y reingresos con un nuevo sello migratorio o con pasaportes temporales del Consulado argentino, Gastón ya había salido otras veces. Una, a trabajar a Oceanía; otra, a conocer Marruecos. Esta vez la salida era para que, antes de cumplirse tres meses del visado de turista que tenía, hacerse sellar el pasaporte y regresar a Tenerife. Pero le salió mal. En el aeropuerto de Gran Canaria lo llevaron a un centro de detención con cama, baño, teléfono público y comodidad minimalista, y antes que la cena le enviaron un abogado de oficio que, también, fue tan cortés cuan implacable. No puede hacer nada, se debe ir, fue su mensaje, pese a que Gastón le mostró el sello que tenía para renovar la estadía. "Mi primer problema —cuenta— es que después de casi un día de estar ahí me avisaron que me embarcaban de vuelta... a Marruecos. Y allí no tengo nada ni a nadie. Entonces mi novia española me pagó el pasaje a Buenos Aires". Con custodia, primero voló a Madrid, donde en el aeropuerto de Barajas también conoció la sala para inmigrantes, allí bastante atestada de latinoamericanos y africanos. Subió al avión de Iberia con escolta policial, que entregó al piloto los papeles de Gastón, quien los recuperó recién en Ezeiza. "Por suerte, dicen 'denegación de entrada y no 'expulsión'", explica. «él cree que podrá volver a España en 90 días, según las normas migratorias actuales. Y espera que entretanto promulguen la nueva ley para inmigrantes que prometió el gobierno español. "Siempre quise estar legal, pero no había cómo", señala, y tiene luego palabras de agradecimiento para la Casa de los Argentinos en Tenerife, "que se movió mucho para asistirme, igual que el Consulado". Con suerte, pasará Navidades con su novia y un primo argentino con quien vive en Canarias. Sus dos hermanos —que ya probaron suerte en España pero se volvieron— y su familia no lo quieren lejos, pero anteponen "su felicidad y su futuro", dos cosas que por ahora, aseguran, Gastón no puede tener aquí. Néstor
Restivo. |
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