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Los ilegales, en la mira de Aznar: las
aerolíneas deberán informar al gobierno
España: polémica por la ley inmigratoria
Entró en vigor ayer la nueva reforma a la ley de extranjería;
afecta a decenas de miles de argentinos
MADRID.- Tal como están las cosas, todo viajero no europeo que
llegue a España "es sospechoso", denunciaron partidos
de oposición y entidades que trabajan con inmigrantes al cuestionar
la tercera reforma a la ley de extranjería en España, que
entró en vigor ayer.
La norma recibió una catarata de críticas en su primer día,
entre ellas, de residentes de nuestro país. "Esto nos afecta
tanto como a cualquier otro extranjero. Es hora de terminar con la idea
hipócrita, falsa y manipulada de que los argentinos no tienen problemas
en España", dijo Enrique Borcel, presidente de la Casa Argentina
en Madrid.
En el caso argentino, esta nueva modificación en sólo tres
años comienza a funcionar sin que se cumpla la pretensión
del gobierno de Néstor Kirchner de superar la situación
de marginalidad de los nacionales sin papeles.
Lejos de eso, el gobierno de José María Aznar postergó
"hasta marzo próximo" toda conversación al respecto,
según Borcel. Los argentinos en situación irregular son
entre 80.000 y 240.000, según distintas fuentes. "Viven un
auténtico drama que trata de disfrazarse", insistió
el dirigente.
Aprobada por más del 70% de los votos en el Parlamento, con el
estratégico apoyo del socialismo, la norma obliga a las compañías
aéreas a informar la identidad de los pasajeros que no usen su
pasaje de salida de España; permite el acceso policial a la de
quienes piden carta de invitación para entrar y a la de quienes,
en situación irregular, se inscriben para recibir atención
médica.
Innova al crear una visa especial de búsqueda de trabajo, pero
la Argentina queda fuera de ella. Primero, porque no tiene convenio específico
para su aplicación y, segundo, porque no se contempló un
cupo para beneficiar con ella a nietos de españoles de origen.
Así, los residentes argentinos compartieron buena parte de las
críticas por "policial, discriminatoria, racista, hipócrita
e inútil" que hicieron un largo listado de entidades. Entre
ellas, Caritas España, la Asociación de Trabajadores Inmigrantes
Marroquíes (Atime) y las ONG que trabajan con inmigrantes y lideradas
por SOS Racismo.
Desde el costado institucional español, las críticas más
duras fueron de la minoritaria Izquierda Unida y de las dos centrales
sindicales. "Esta ley está cada vez más alejada del
principio de igualdad de trato y condena a la invisibilidad a quienes
viven y trabajan en forma irregular en España", dijo la Unión
General de Trabajadores (UGT).
Una "tarea policial"
Las compañías aéreas españolas mostraron en
cambio su "total disposición" a informar la identidad
de los pasajeros que no usen su pasaje de salida, pero pidieron dinero
al gobierno para cubrir los gastos que eso implique, según el presidente
de la Asociación Española de Compañías Aéreas
(AECA), Felipe Navío. Entre otras, integran AECA las compañías
Spanair, Air Plus y Air Nostrum. "Lo que se nos pide es que hagamos
tarea policial", dijo el dirigente empresarial, en un argumento muy
próximo al de las organizaciones que objetan la ley.
Las críticas se hicieron fuertes en Galicia, donde la Asociación
Argentinos en el Exterior convocó a movilizaciones y protestas
contra "una norma que es policial y que sólo busca perseguir
a los trabajadores", según dijo su titular, Luis Pérez
Leira.
Abogados argentinos que trabajan con inmigrantes también alertaron
sobre las "enormes dificultades" que se avecinan. "A partir
de ahora todos los trámites de residencia son personales, no se
admiten más apoderados", dijo Marcelo Belgrano.
En términos igualmente críticos se pronunciaron los abogados
Carlos Slepoy y Andrés López Rodríguez, quienes advirtieron
que la nueva norma "hace cada vez más espeso el muro"
que frena a los que quieren emigrar a España.
Por
Silvia Pisani, La Nacion, 23 de diciembre de 2003
Qué
cambia
Visa: se crea una nueva visa de búsqueda de trabajo, por tres meses.
La Argentina fue excluida porque no tiene convenio de migración
ni oficina de enlace para tramitarla.
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Familia: aumentan los requisitos para que un residente legal pueda traer
a su familia a vivir a España.
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Regularización: dispone el rechazo automático de todo pedido
de regularización que presente un residente irregular.
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Más control: faculta el acceso de la policía a la identidad
de viajeros extracomunitarios que no usen su pasaje aéreo de regreso,
a la lista de residentes irregulares que solicitan atención médica
y la identidad de los que solicitan una "carta de invitación"
para ingresar en España.
Dos
pueblos se movilizan para defender a los ilegales
Están orgullosos de los inmigrantes
MADRID (De nuestra corresponsal).- Empezó en un valle aragonés.
Al grito de "aquí no sobra nadie", los vecinos se movilizaron
contra las sorpresivas redadas de la Guardia Civil para detener a inmigrantes
latinoamericanos sin papeles que, según las autoridades del lugar,
no hacían otra cosa que "sacar el trabajo adelante".
La mayoría son ciudadanos procedentes de Ecuador y de Bolivia,
pero también recaló por allí algún argentino
que encontró en la necesidad y la hospitalidad de su gente un sitio
donde trabajar. Así, la primera reacción popular española
contra la expulsión de latinoamericanos "sin papeles"
tuvo lugar en los poblados de Benasque y Castejón de Sos.
Se trata de pequeñas aldeas montañosas en la zona de Huesca,
en la provincia de Aragón; próximas y de características
similares al poblado de Aguaviva, donde hace dos años se lanzó
el experimento de importar diez familias argentinas, de las cuales cuatro
partieron a los pocos meses entre quejas y cuentas sin pagar.
Con otros latinoamericanos llegados a esos dos sitios la historia fue
diferente. "Tenemos un 12% de inmigrantes entre nuestros 730 habitantes
y estamos orgullosos de eso", dijo la alcaldesa socialista de Castejón
de Sos, María Pellicer, una de las primeras en movilizarse para
defenderlos.
Otro tanto sucede con los 243 extranjeros que se mezclan entre los 1758
vecinos de Benasque.
Una carta al diario El País y la consecuente investigación
del periódico reveló que las cosas empezaron a cambiar con
súbitas redadas de la Guardia Civil para detener a quienes no tenían
documentos en orden. El subdelegado del gobierno central en Huesca, Angel
Fernández Vidal, admitió la situación e indicó
que "lo ocurrido se está estudiando".
Los vecinos dicen que lo que está ocurriendo es "desconcertante"
y piden explicaciones. Aducen que desde la intervención policial
todo ha cambiado en el pueblo y que muchos hijos de inmigrantes dejaron
de ir a la escuela y de integrarse en la vida social por temor a ser sorprendidos
en una redada.
Los empresarios que dieron trabajo a los "sin papeles" se atajan
y dicen que no son explotadores. "He tenido gente con y sin papeles,
venezolanos y argentinos, pero el problema es el mismo de siempre: la
burocracia. Pides empleados al Instituto de Empleo pero los españoles
que vienen aquí no se quedan", dijo Enrique Calvo, un empresario
del lugar. Su argumento es el mismo que aducen las entidades que trabajan
con inmigrantes y que denuncian la "hipocresía" gubernamental
al respecto.
La entrada en vigor de la nueva ley de extranjería parece haber
encontrado en ese desolado paisaje, del que miles emigraron en el pasado,
un inesperado y súbito foco de resistencia de su propia gente.
La Nacion, 23 de diciembre de 2003
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