Un
desafío para toda la familia
Cómo enfrentar la emigración de los hijos fuera del país
Debe recrearse el vínculo a la distancia
Es importante expresar abiertamente los sentimientos
Las madres suelen hacerse cargo de la contención de toda la familia
y eso no es bueno
Un grupo asesora en forma gratuita
Cuando la mamá de Joaquín, de casi dos años, le dijo
que irían a pasear con la abuela, el chiquito se acercó
rápido a la computadora y buscó esa imagen sonriente, que
siempre le habla a través de la pantalla. Pero ahora la abuela
no estaba en la pantalla: acababa de tocar el timbre y quería alzarlo
en brazos, besarlo, despeinarle el pelito...
"Situaciones
como éstas les han ocurrido a muchas madres de emigrados: el contacto
con los nietos chiquitos es el vínculo más difícil
de crear o de mantener cuando los separa un océano de distancia,
porque los chicos necesitan más de la presencia concreta",
dice la licenciada Adriana Miriam Abba, psicóloga y presidenta
de la organización no gubernamental (ONG) Madres Desarraigo, fundada
cuando la crisis desatada en diciembre de 2001 lanzó a muchos argentinos
fuera del país en busca de mejores horizontes: en tanto en 1999
la Dirección de Migraciones indicó que habían egresado
poco más de 8000 personas, la misma dependencia dijo que la cantidad
había sido superior a 83.000 entre enero y agosto de 2002.
Entre
los destinos elegidos, ha sido España donde una mayor cantidad
de argentinos (unos 120.000) permanecen como inmigrantes sin papeles (ver
recuadro). En materia de cifras totales, a fines de 2002 vivían
en el exterior casi 600.000 argentinos, según datos de la Cancillería
local.
"Nuestra
asociación -afirma la licenciada Abba- nació para dar contención,
apoyo y asesoramiento a los familiares y seres queridos de los emigrantes
o futuros emigrados, y también, a través de quienes residen
aquí, ocuparnos de los que están fuera del país.
En general las que se acercan al grupo son las madres."
Las
reuniones son abiertas y gratuitas, y se realizan el primer miércoles
de cada mes, de 18 a 20, en el Centro de Gestión y Participación
N° 4, Sarandí 1273. (más información: madresdesarraigo@hotmail.com;
www.madresdesarraigo.org.ar )
Adriana
Abba agrega que en la mayoría de los casos la decisión de
irse fue un síntoma de salud. "Casi todos los que se fueron
habían perdido su trabajo o enfrentaban condiciones laborales muy
difíciles -dice la psicóloga-. Algunos habían tenido
que ir a vivir con los padres... Otro país parecía dar una
salida posible para un proyecto de vida en un lugar donde se pudiera.
Cuando los padres comprenden esto, alivian su sufrimiento."
Sin
embargo, aclara Abba, a menudo son las madres las que sostienen con más
esfuerzo las consecuencias de la distancia. "A veces no comunican
abiertamente sus sentimientos a los hijos, callan las lágrimas
y, al contrario, los impulsan y los sostienen desde lejos. A la vez, suelen
sostener psíquicamente a sus maridos. Todo ese esfuerzo no es bueno
para ellas. Lo mejor es expresar lo que se siente. Si no, esos sentimientos
buscarán igualmente manifestarse. Y es frecuente, en especial entre
los padres, que son más reprimidos emocionalmente, las depresiones
y el cáncer."
Exilio
y libertad
Para la licenciada Abba, una de las situaciones que más amenaza
la estabilidad psíquica de los emigrados es que no residan en forma
regular donde viven (ver recuadro). "Y eso es fruto también,
a menudo -explica-, de la falta de información que existe en nuestro
país, que hace que muchos desconozcan a qué situación
se enfrentarán. Un viaje bien preparado incluye, por ejemplo, llevar
la documentación adecuada, establecer algún contacto previo
con alguien que resida allí, averiguar en qué pueblo o ciudad
falta matrícula en la escuela para inscribir a los hijos y que
eso garantice la estadía..."
Más
allá de que para muchos emigrados haberse ido fue casi la única
alternativa, "no es un exilio -dice la psicóloga-; aunque
sientan que fue el país el que los obligó a irse, es importante
que comprendan que nadie los echó y que pueden volver cuando quieran.
Sin embargo, para esto es necesario que residan en forma regular: si no,
se enfrentan situaciones de mucho desequilibrio por falta de proyectos,
porque no consiguen trabajo o porque tampoco pueden volver o los familiares
ir a visitarlos..."
Sin
embargo, aclara Adriana Abba, si bien ese viaje prometido a través
del teléfono, de Internet y del correo electrónico suele
ser un gran sueño de todos, aconseja que se decida cuando los que
se fueron consideren que están en condiciones de recibirlos y de
compartir sus logros y proyectos. "A veces los padres se apresuran
y van a visitar a los hijos pocos meses después del viaje, cuando
están en plena adaptación y tratando de hacer un duelo nada
fácil, pero que hace falta atravesar para adaptarse a la nueva
vida."
Por
Gabriela Navarra, La Nacion, 19 de junio de 2004
El
nuevo perfil: jóvenes y mujeres
Jóvenes, educados, en su mayoría mujeres y dispuestos a enviar
plata a sus países. Así son los nuevos inmigrantes latinoamericanos
en Europa, según se desprende del informe elaborado por la Organización
Internacional de las Migraciones (OIM), que encuentra sugestivas diferencias
entre ésta y otras oleadas anteriores de inmigrantes.
En
primer lugar, las mujeres. Este grupo representa poco más de la
mitad de los trabajadores latinoamericanos en el Viejo Continente, sobre
todo en España e Italia, a causa de la creciente demanda de mano
de obra para el servicio doméstico, el cuidado de niños
y ancianos y el sector hotelero.
La
"feminización" de la migración es especialmente
alta en Italia, donde el 84% de los cubanos en ese país son mujeres,
así como el 82% de los dominicanos y el 79% de los panameños.
De
todos modos, el informe destaca que la brecha entre los sexos tiende a
emparejarse a medida que las mujeres se reúnen en sus nuevos destinos
con sus maridos o parejas, cuando están más asentadas.
Los
puestos de trabajo
Mientras las mujeres suelen encontrar empleo en el sector de servicios,
los hombres se vuelcan a la construcción o a la agricultura. A
comienzos de los años 90, por lo menos el 26% de los inmigrantes
latinoamericanos obtenían puestos técnicos y profesionales,
mientras que ahora una gran parte se desempeña en labores de baja
calificación, que son las que más demanda tienen.
Eso
no significa que la mayoría de ellos no tenga preparación
académica. Si un dato llama la atención es, justamente,
que la mayoría completó sus estudios secundarios y muchos
incluso los universitarios. Tal vez el grupo más "educado"
sea el colombiano: el 38,8% terminó sus estudios universitarios,
comparado con un 8% de los ecuatorianos. Los argentinos están a
mitad de camino: el 35% comenzó una carrera universitaria, aunque
sólo la tercera parte alcanzó el título.
El
documento también subraya que más del 90% de los latinoamericanos
en Europa envían dinero a sus países de origen. En promedio,
la suma que se transfiere es de 370 euros al mes.
En
tanto, si bien entr e el 70 y el 90% de los recién llegados son
jóvenes, se observan datos curiosos como el de Uruguay, de donde
existe una sobrerrepresentación de mujeres de 60 años o
más.
Teresa
Bausili, La Nacion, 21 de junio de 2004
España,
el país preferido
En Europa hay cada día más latinoamericanos
MADRID.- Inútil buscarlos: en el bar El Espejo, uno de los más
frecuentados del Paseo de la Castellana, tímidos mozos ecuatorianos
desplazaron hace meses a los dicharacheros españoles. Y otro tanto
ocurre en el resto de la ciudad.
En
su pequeña escala, el dato confirma un rostro de la gran tendencia:
la creciente y hasta ahora imparable emigración de ciudadanos de
América latina hacia Europa y, especialmente, hacia España.
"La
nueva diáspora" define sin rodeos el reciente informe de la
Organización Internacional de las Migraciones (OIM). Asegura que
la emigración latinoamericana hacia el bloque alcanzó niveles
récord: se incrementó un 30 por ciento en sólo un
año y pasó de 730.010 inmigrantes, en 2002, a 1.047.564,
el año pasado. Pero en el caso español fue más lejos
aún y se quintuplicó en ocho años, entre 1995 y 2003,
al pasar de 92.642 a 514.485, la cifra más alta en toda Europa.
Los
atentados terroristas en Estados Unidos, las crisis económicas
en varios países de la región y la violencia en otros aparecen
como las principales causas del fenómeno migratorio hacia Europa,
según el relevamiento de la OIM, un organismo dependiente de la
ONU que se encarga de estudiar y medir los movimientos migratorios en
todo el mundo.
Según
el estudio, el mayor nivel de incrementos se produjo en los últimos
dos o tres años, y se espera que la tendencia se mantenga en alza
en el próximo lustro.
Por
otro lado, datos del Ministerio del Interior español dan casi la
misma proyección a la inmigración irregular: sólo
en el año último más de 470.000 viajeros latinoamericanos
llegaron a la península y no usaron su pasaje de regreso.
Aunque
están lejos de ser los mayoritarios, el fenómeno incluye
a decenas de miles de argentinos, pese a que el gobierno de Néstor
Kirchner asegura que esa tendencia comienza a revertirse con el "retorno"
de emigrantes "esperanzados" en una mejora con el cambio político
o, en el peor de los casos, cansados de tropezar con la falta de papeles.
Al
margen de la primera interpretación, el estudio internacional explica
la corriente justamente por las alarmas continentales. "La crisis
de la Argentina, la fragilidad de la economía de Brasil, la inestabilidad
de Venezuela y la violencia en Colombia impulsaron a jóvenes generalmente
bien formados a buscar una vida mejor en Europa", dice.
Pero
no es lo único. La elección del destino europeo se consolidó
después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001
en Estados Unidos, lo que llevó a que ese país endureciera
las exigencias de visado para el ingreso de extranjeros.
En
Europa, España encabeza claramente las preferencias, tanto que
el informe le dedica un capítulo entero en el que aborda hasta
el costado económico: más de mil millones de dólares
salen todos los años de la península en remesas de dinero
que los inmigrantes envían a sus países.
Otro
tanto sale del resto del bloque europeo. Las empresas que acaparan el
90% de esos giros hacen su agosto. Sólo en España facturan
no menos de 40 millones de dólares al año. "El grueso
del negocio empezó hace tres años y va en aumento",
dijeron a LA NACION voceros del sector. Su clave es que son confiables
y que piden "muy pocos requisitos" a sus clientes, lo que se
advierte a simple vista en ventanilla.
Después
de España, el ranking de preferencia por destino sigue con Italia.
Quienes proceden de países caribeños, en tanto, se vuelcan
más hacia Gran Bretaña, que -a su vez- es uno de los puntos
elegidos por emigrantes de países europeos del Este y recientemente
incorporados a la Unión Europea (UE).
En
Madrid, la presencia de latinoamericanos es tan notoria que hay barrios
que ya casi les pertenecen. "El agrupamiento de las nacionalidades
por áreas geográficas es curioso", dijo el titular
de la Oficina Regional para la Inmigración (Ofrim), Carlos Clemente.
La
zona de Legazpi, en el sur de la ciudad, es un enclave ecuatoriano y colombiano,
mientras que en el multiétnico barrio de Lavapiés hay hasta
cuatro restaurantes de distintas cocinas regionales por cuadra. La fisonomía
española ha cambiado en los últimos cuatro años.
Sólo en los 179 municipios de la comunidad autónoma de Madrid
viven 735.000 extranjeros, lo que equivale a la quinta parte de los que
se calculan en todo el país.
También
la de países latinoamericanos. Con poco más de tres millones
de habitantes, el vecino Uruguay tiene en este momento "el 13 por
ciento de su población viviendo en el exterior", según
el informe.
El
estudio admite una "feminización" de la inmigración
hacia Europa, algo muy frecuente en mujeres del ámbito rural de
la República Dominicana o Ecuador (ver aparte). La cara negra del
dato son las no menos de 60.000 dominicanas o 75.000 brasileñas
que trabajan en prostitución. Los anuncios de "servicios"
en los principales diarios españoles empezaron a incluir ofertas
de "argentinos". En un puñado de casos, consultas de
LA NACION confirmaron la nacionalidad y la tristeza del modo de vida.
Lo
que sí está claro es que la presencia inmigrante de América
latina varía en su composición según los años.
En los últimos meses, la nacionalidad boliviana fue la de mayor
movimiento en España, pero eso no llega a alterar el ranking que
pone a la ecuatoriana a la cabeza, con el 25% del total, seguida -de lejos-
por el 10% de Colombia. En la región de Madrid, la presencia argentina
es inferior al 3% del total regional, según datos oficiales.
"El
grueso de la inmigración ilegal no llega ya por las costas, sino
por los aeropuertos", había dicho hace dos años el
entonces presidente José María Aznar, al admitir que la
corriente de América latina había superado a la africana,
tristemente célebre por el cruce del estrecho de Gibraltar en "pateras".
.
La tendencia es a la continuidad, ya que en los países de origen
de la inmigración latinoamericana muy poco habla de cambio. "Es
imperioso encontrar formas nuevas de abordar el problema", dicen
en el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.
La situación se replica en los principales países de la
UE, mientras que los sindicatos denuncian la virtual "explotación
laboral" de quienes llegan sin más equipaje que el sueño
de una vida mejor.
Por Silvia Pisani, La Nacion, 21 de junio de 2004 |