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LLEVAN
22 DIAS DETENIDOS EN TENERIFE, ESPAÑA
Argentinos
sin papeles: esperan su liberación
Mauricio
Herman Martínez Vulcano y Pablo Omar Luna continuaron ayer sin
ser liberados del Centro de Internamiento de Extranjeros de Hoya Fría
pese a que un juez reiteró la suspensión de la orden de
expulsión. Hoy inician su cuarta semana, 22 días, privados
de su libertad tras haber sido detenidos por trabajar como albañiles
sin el permiso requerido a los extranjeros.
"Hemos
realizado toda clase de gestiones pero la orden de la jueza Laura González
levantando la medida cautelar de internamiento otra vez se hizo esperar.
Como no hay expulsión hasta que el juez se expida dentro de 8 o
9 meses, es totalmente innecesario continuar con el internamiento cuyo
único propósito es asegurar la expulsión", explicó
a Clarín el abogado defensor José Alberto Díaz, que
interrumpía el diálogo en un hotel de la ciudad para comunicarse
con una colega de su estudio.
Los
dos compatriotas tendrán que esperar los 9 meses que durará
el juicio sobre la procedencia o no de la expulsión dictada por
la subdelegada del Gobierno, Pilar Merino. Mientras tanto no se pueden
mover de Tenerife. Sus pasaportes están en manos de la policía
de Extranjería.
Clarín
advirtió de su llegada a Humberto y Pablo desde el aeropuerto.
Pero nos esperaba una pequeña sorpresa. Recorrimos en auto los
4 kilómetros de la supercarretera que une el norte de la isla de
Tenerife con su zona sur, un inmenso conglomerado de turistas, playas
y hoteles. Un cartel advierte la salida al campamento militar de Hoya
Fría donde un soldado aburrido, rifle en riestre, hace señas
para que nos detengamos. "¿El centro de internamiento? Es
ése, aquí al lado", informa comedido.
Estamos
sobre una colina, con una magnífica vista del Mediterráneo
empobrecida por las nubes que dejan caer una lluvia fina y a veces fría.
El campamento militar se recuesta sobre el terreno elevado, marcado por
grandes rocas, y rodeado por algunas torres de vigilancia que parecen
agobiar a los edificios blancos del vecino centro de internamiento.
Un
puesto de vigilancia con grandes ventanales de seguridad, una puerta de
altas verjas y un muro erizado de alambre de púa, cuajado de focos,
que rodea el perímetro del edificio.
Allí
adentro, en un patio o una celda, pasan otro día de angustia y
tedio Humberto y Pablo. Clarín hace una llamada por el móvil,
contesta una voz con un castellano espinoso, poblado de acentos árabes,
y después Pablo. "Los estoy mirando desde aquí afuera",
advierte el periodista. Risas, el proverbial "¡qué decís,
loco!" y se pone Humberto: "Mañana (por hoy) nos tenés
que venir a buscar en cuanto nos comuniquen la libertad". Prometido.
Tengo que cortar porque el soldado me advierte con gestos elocuentes,
pero sin amenazas, que no puedo seguir en una zona de seguridad.
Desde
el hotel retomo el diálogo. "Esperábamos salir hoy
pero bueno, hay que aguantar. La ansiedad es muy fuerte. Me reconforta
haber hablado con la familia en Mar del Plata y encontrarlos muy bien,
esperando que les diga que estoy libre", dijo Pablo.
Humberto
me pregunta: "¿Te gustó la cárcel?" "Lo
de Centro de Internamiento es un eufemismo, porque de afuera las instalaciones
son casi igualitas a las de una prisión", le contesto. "De
afuera y de adentro también parece una cárcel", dice
con amargura Humberto.
"Fue
un golpe que no nos liberaran. Esperábamos salir después
de almorzar. Pusieron en libertad a dos muchachos argelinos que llevaban
38 días aquí. ¡Ni quiero pensar en pasar 38 días
en este lugar!", dice con desesperación Humberto. "Tenía
la ropa preparada. Hablé con la familia en Tandil y les dije que
estaba seguro de que salía. Ahora tenemos todas las esperanzas
de que nos liberen mañana (por hoy)". Habrá que esperar.
Cae
la noche sobre la bellísima isla de Tenerife. Otra noche de insomnio
y nostalgia para Humberto y Pablo.
Clarin, Miércoles 3 de marzo de 2004
Podrán
quedarse momentáneamente en territorio español
Los argentinos detenidos en Tenerife serían liberados hoy
La justicia española suspendió la expulsión
El canciller Rafael Bielsa llamó a los jóvenes y los felicitó
Ahora, el caso irá a juicio
Ambos quieren quedarse en España a trabajar
MADRID.- "Y ahora, pórtense bien." Palabras más,
palabras menos, eso fue lo que el canciller Rafael Bielsa les dijo por
teléfono a los dos argentinos presos en España por trabajar
sin papeles, después de que los tribunales españoles les
confirmaron la suspensión de su expulsión del país.
Exultantes, así lo contaron a LA NACION desde el centro de inmigrantes
de Tenerife, donde permanecen recluidos desde hace 20 días. "Pero
no nos importa. Seguimos presos, pero ya falta muy poco y, con esa idea,
todo se ve de mejor manera", dijo Mauricio Martínez Vulcano.
Tanto
él como el marplatense Pablo Omar Luna fueron detenidos cuando
trabajaban como albañiles sin la habilitación correspondiente.
La legislación española prevé el castigo de expulsión
para esos casos.
"Creo que lo que ha ocurrido es un antecedente muy importante para
otros casos, porque lo que el juez consideró fue la vigencia de
tratados bilaterales y recíprocos entre España y la Argentina
en materia de aceptación de inmigrantes", dijo el abogado
Carlos Slepoy.
El
caso no está cerrado. Posiblemente hoy, los detenidos recuperarán
la libertad. En unos meses, se realizaría el juicio que decidiría
la cuestión de fondo. Esto es: si tienen derecho a permanecer en
España pese a que, hasta ahora, se les negó una residencia
de trabajo, explicó el letrado.
Mientras, ambos deben permanecer en territorio español. "Pediremos
nuevamente permiso de trabajo y buscaremos algo, porque no podemos mantenernos
sin trabajar", dijo Martínez Vulcano.
Con
la confianza de que todo saldrá bien, ambos tienen ya planes de
futuro. "Si nos salen los papeles, nos quedamos. Yo quiero trabajar,
salir adelante y ahorrar suficiente dinero como para comprarme una casa
en la Argentina. Si consigo eso, tal vez vuelva algún día",
añadió.
Además de enterarse de que se les suspendía otra vez la
expulsión, Luna y Martínez Vulcano recibieron ayer un nuevo
llamado de Bielsa. "Es la cuarta o quinta vez que nos llama, ya hasta
perdí la cuenta. Estamos muy contentos con el apoyo que nos dan.
Bielsa nos felicitó y nos dijo que nos portáramos bien",
comentó este último.
Los
detenidos comparten un departamento en Tenerife, donde hoy esperan festejar
su puesta en libertad.
La policía española, en tanto, dio una nueva muestra del
rigor con que maneja lo referido a inmigración. Ayer se supo del
caso de una pareja de ecuatorianos que concurrió a una comisaría
madrileña para denunciar un fuerte ataque racista. Se presentaron
sangrando y, uno de ellos, con la nariz fracturada. "Cuando termino
de contar cómo nos pegaron, el oficial nos dice que estamos presos
por incumplir la ley de extranjería", comentó el ecuatoriano
que vivió la experiencia. El defensor del pueblo tomó cartas
en el asunto.
Por Silvia Pisani, La Nacion, 2 de marzo de 2004
QUEDARIAN
LIBRES EN LOS PROXIMOS DIAS
España: suspenden la expulsión de los dos argentinos "sin
papeles"
El juez argumentó que está vigente un tratado bilateral
que establece facilidades para trabajar a los nacionales del otro país.
Los abogados defensores aseguraron que se trata de un fallo trascendental.
Los
dos argentinos internados en Tenerife no serán expulsados de España,
como se temía, ya que el juez Jaime Guillarte Martín Calero
decidió ayer mantener la suspensión de la expulsión
que había ordenado la subdelegada del Gobierno, Pilar Merino. Los
abogados defensores calificaron la resolución del juez como "trascendental"
ya que en su argumentación reconoce la vigencia de tratados bilaterales
entre España y Argentina.
El magistrado, en los razonamientos jurídicos de su disposición,
señala que "está en vigor el Tratado General de Cooperación
y Amistad entre España y la República Argentina del 3 de
junio de 1988, cuyo artículo octavo establece que cada una de las
partes facilitará a los nacionales del otro país la realización
de actividades profesionales en pie de igualdad con los nacionales del
estado de residencia".
Desde
su encierro, Mauricio Herman Martínez Vulcano y Pablo Omar Luna
hablaban por teléfono al mismo tiempo para contarle a Clarín
el apresurado arribo del abogado José Alberto Díaz al Centro
de Internamiento. "Pidió un permiso especial para visitarnos
fuera de hora, y nos encontramos en el patio como si estuviéramos
de fiesta. Nos dijo que no nos expulsaban y que quedaríamos libres
en las próximas horas. Nos abrazamos varias veces y recibimos enseguida
la solidaridad de otros internados que estaban también muy contentos.
Hasta los guardias nos felicitaban", explicaron a Clarín Mauricio
y Pablo.
"Llevamos ya tres semanas sin ver la calle así que estamos
muy impacientes por salir, ir a nuestro departamento y comernos un buen
asado argentino con los amigos", confiaron. Los compatriotas hablaron
con sus familias. Mauricio les contó la buena nueva a su esposa,
a su hijita Ivana, a su madre y hermanos que estaban ansiosos esperando
las noticias en su casa de Tandil.
Pablo
le dijo a su padre que pronto podría soplar la velita de la torta
de cumpleaños que no quería apagar hasta que su hijo fueran
puesto en libertad. "Me pasé rezando toda la noche",
dijo Pablo. "Yo también, que no soy muy cumplidor en religión,
me puse a rezar porque le dije a Pablo que sólo Dios nos podía
sacar de este lío. No podemos creer que vamos a salir libres después
de que todo anduviera tan mal", señaló Mauricio.
Los dos argentinos ya están haciendo planes para cuando salgan,
y quieren iniciar de inmediato los trámites para regularizar su
situación, presentar los contratos de trabajo que les han prometido
y así obtener los permisos de empleo y residencia.
El
abogado Díaz, que recibía constantes llamados de medios
argentinos, explicó que "ahora estamos realizando intensas
gestiones ante la subdelegada del Gobierno, que ordenó la expulsión,
y la jueza que resolvió la medida cautelar del internamiento, para
que se levante esta resolución y Mauricio y Pablo queden libres.
Esperamos que la fiscal haga un informe favorable en favor del fin del
internamiento".
"Tienen que ponerlos en libertad cuanto antes", afirmó
el letrado, aunque algunos funcionarios le indicaron que los trámites
burocráticos podrían demorar la salida unas 48 horas.
"Hay
una excepcionalidad en lo que acaba de resolver el juez, porque lo normal
hubiera sido un pronunciamiento a favor de la expulsión. Eso nos
tenía muy preocupados porque como ambos están internados
podría haberse cumplido la expulsión y la deportación",
confió el letrado.
El abogado de la Casa Argentina de Madrid, Carlos Slepoy, que asesoró
a los defensores de los dos argentinos, hizo una valoración muy
positiva de la resolución del juez. "Se trata de una decisión
trascendental que servirá de precedente para situaciones similares.
También será una buena base para la decisión final
del juez ya que reconoce principios fundamentales sobre los tratados bilaterales.
Pone de manifiesto que la aplicación de la propia Ley de Extranjería
establece la preeminencia de los tratados sobre la propia ley. Esto demuestra
que los ilegales no eran los detenidos sino el gobierno español",
dijo.
"Esta
resolución tiene que ser un acicate para que con este respaldo
judicial se aceleren las conversaciones entre ambos gobiernos para darle
una solución final a esta situación. Lo que es fundamental
es que no se llegue otra vez a una situación tan límite
como la que han vivido Mauricio y Pablo, privados de su libertad 21 días
y con un alto riesgo de ser deportados", concluyó.
Clarin, 2 de marzo de 2004
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ALIVIO. OMAR LUNA, EN UNA FOTO FAMILIAR. AYER SE ENTERO DE QUE
UN JUEZ SUSPENDIO SU EXPULSION DE ESPAÑA. (Foto: Archivo
Clarín)
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Podrán
quedarse momentáneamente en territorio español
Los argentinos detenidos en Tenerife serían liberados hoy
La justicia española suspendió la expulsión
El canciller Rafael Bielsa llamó a los jóvenes y los felicitó
Ahora, el caso irá a juicio
Ambos quieren quedarse en España a trabajar
MADRID.- "Y ahora, pórtense bien." Palabras más,
palabras menos, eso fue lo que el canciller Rafael Bielsa les dijo por teléfono
a los dos argentinos presos en España por trabajar sin papeles, después
de que los tribunales españoles les confirmaron la suspensión
de su expulsión del país.
Exultantes, así lo contaron a LA NACION desde el centro de inmigrantes
de Tenerife, donde permanecen recluidos desde hace 20 días. "Pero
no nos importa. Seguimos presos, pero ya falta muy poco y, con esa idea,
todo se ve de mejor manera", dijo Mauricio Martínez Vulcano.
Tanto él como el marplatense Pablo Omar Luna fueron detenidos cuando
trabajaban como albañiles sin la habilitación correspondiente.
La legislación española prevé el castigo de expulsión
para esos casos.
"Creo
que lo que ha ocurrido es un antecedente muy importante para otros casos,
porque lo que el juez consideró fue la vigencia de tratados bilaterales
y recíprocos entre España y la Argentina en materia de aceptación
de inmigrantes", dijo el abogado Carlos Slepoy.
El caso no está cerrado. Posiblemente hoy, los detenidos recuperarán
la libertad. En unos meses, se realizaría el juicio que decidiría
la cuestión de fondo. Esto es: si tienen derecho a permanecer en
España pese a que, hasta ahora, se les negó una residencia
de trabajo, explicó el letrado.
Mientras, ambos deben permanecer en territorio español. "Pediremos
nuevamente permiso de trabajo y buscaremos algo, porque no podemos mantenernos
sin trabajar", dijo Martínez Vulcano.
Con
la confianza de que todo saldrá bien, ambos tienen ya planes de
futuro. "Si nos salen los papeles, nos quedamos. Yo quiero trabajar,
salir adelante y ahorrar suficiente dinero como para comprarme una casa
en la Argentina. Si consigo eso, tal vez vuelva algún día",
añadió.
Además de enterarse de que se les suspendía otra vez la
expulsión, Luna y Martínez Vulcano recibieron ayer un nuevo
llamado de Bielsa. "Es la cuarta o quinta vez que nos llama, ya hasta
perdí la cuenta. Estamos muy contentos con el apoyo que nos dan.
Bielsa nos felicitó y nos dijo que nos portáramos bien",
comentó este último.
Los detenidos comparten un departamento en Tenerife, donde hoy esperan
festejar su puesta en libertad.
La
policía española, en tanto, dio una nueva muestra del rigor
con que maneja lo referido a inmigración. Ayer se supo del caso
de una pareja de ecuatorianos que concurrió a una comisaría
madrileña para denunciar un fuerte ataque racista. Se presentaron
sangrando y, uno de ellos, con la nariz fracturada. "Cuando termino
de contar cómo nos pegaron, el oficial nos dice que estamos presos
por incumplir la ley de extranjería", comentó el ecuatoriano
que vivió la experiencia. El defensor del pueblo tomó cartas
en el asunto.
Por Silvia Pisani, La Nacion, 2 de marzo de 2004
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