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DICEN QUE MURIO DE PENA POR LA CATASTROFE ECOLOGICA EN ESPAÑA
La
marea negra acabó con un artista
La
contaminación por el fuel oil en la costa gallega arruinó
su museo de esculturas marinas y su casa. Tenía 63 años.
Era alemán, pero vivía en el pueblito de pescadores "Camelle"
desde hace 40.
Mandred se murió de tristeza por las manchas de fuel que arruinaron
su museo y su casita frente al mar que eran toda su vida", explica con
los ojos llenos de lágrimas una vecina del pequeño puerto de pescadores
de Camelle. Manfred fue enterrado ayer en el cementerio local acompañado
por el cariño de sus vecinos y amigos.
Ubicada la "Costa de la Muerte", la localidad se había hecho famosa por
Manfred "el alemán" Gnadinger, de 63 años, que correteaba cubierto por
un taparrapos por la playa, con su larga barba y melena. Manfred era conocido
a nivel internacional porque se han escrito decenas de artículos sobre
este ser estrafalario que construyó un museo de esculturas marinas y chatarra
sobre las rocas, batidas por las olas, junto a su pequeña vivienda.
Lo llamaban loco, artista, el último hippie, bohemio, soñador, extravagante.
Manfred no hacía caso, caminaba o corría por la arena y al atardecer nadaba
en la ensenada. Había tenido una buena salud pero hacía un tiempo que
se encontraba con problemas de circulación. En un castellano espinoso
Manfred pedía a los visitantes que le dieran cien pesetas o un euro por
visitar su museo y que dibujaran en unas libretas sus impresiones. Vivía
con muy poco dinero. Comía frutas y verduras, vestía "a lo Tarzán" y lo
que le sobraba lo donaba a organizaciones de bien público especialmente
a Cáritas.
Había llegado hace cuarenta años, con dos amigos, y se enamoró de una
maestra. Pero, la chica se fue del pueblo y el apuesto joven alemán se
convirtió en un ermitaño. Pero después sintió el llamado del mar, se construyó
una precaria vivienda en la orilla y comenzó a crear esculturas. Este
"museo del alemán" es ahora parte de los atractivos turísticos de la zona.
Cuando "el alemán" comenzaba a sentir los achaques de la edad, sobrevino
la peor catástrofe ecológica de España, el hundimiento del petrolero "Prestige"
que contaminó la Costa de la Muerte.
La mezcla de arena y combustible, el "chapapote" devoró las playas y las
rocas, arruinó las esculturas de Manfred y hasta afectó su casita. El
"alemán" recorría azorado el lugar"."¿Triste? No poder pensar respuesta
viendo esto, no poder pensar", le dijo a un periodista del diario "El
Mundo" que lo entrevistó. Insistió en que el desastre tenía que servir
de ejemplo al mundo entero. Debe quedar así para todos recordar quién
es el hombre.
Se encerró en su casa. Carlos Tajes, de la cofradía de pescadores avisó
finalmente a la Guardia Civil que rompió una ventana para poder entrar
a la vivienda de "el alemán". Manfred yacía en el suelo. Agotado, no hubo
manera de salvarlo.
Vecinos, turistas y voluntarios dejaron flores en la casita de Manfred
y en el museo ennegrecido por el "chapapote" que ahora quieren salvar
y conservar porque es algo que Camelle siente como suyo. (Clarin,
enero de 2003)
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stro. EL ULTIMO HIPPIE. UN AMANTE DEL
ARTE. (Foto: Alejandro Cherep)
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