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       Balance 
        sobre la inmigración en 2003 
        España: creció 54% la cifra de argentinos en situación 
        legal  
        Hay 43.347 registrados formalmente 
        Sin embargo, se cree que podría haber más de 200.000 en 
        condición irregular en la península  
        A más de un centenar se les prohibió ingresar en el país 
         
         
        MADRID.- El gobierno español sigue firme en su política 
        de rechazar extranjeros en sus fronteras. Pero la otra cara de la explosión 
        migratoria que vive la península es la regularización de 
        276.000 inmigrantes durante el año último, entre los que 
        se cuentan ciudadanos de nuestro país.  
        Los argentinos que residen formalmente en España son ya 43.347, 
        y eso más que duplica los 16.000 registrados en 2001 e implica 
        un aumento del 54 por ciento respecto de 2002, impulsado -sobre todo- 
        por la grave crisis económica y política en nuestro país. 
         
        Claro que, visto de otro modo, el conjunto de argentinos con residencia 
        legal representa sólo la mitad de la estimación -bastante 
        conservadora- de la cancillería argentina, según la cual 
        son más de 80.000 los compatriotas que viven en España sin 
        papeles.  
        Tal cálculo es conservador si se lo compara con las estimaciones 
        que hablan de 120.000 o hasta de más de 200.000 argentinos en situación 
        irregular en España que manejan fuentes parlamentarias locales. 
        "No tenemos datos ciertos sobre la inmigración ilegal", 
        se atajó ayer el delegado del gobierno en cuestiones migratorias, 
        Gonzalo Robles.  
        El funcionario dio a conocer ayer su Balance de Inmigración para 
        el año que acaba de terminar. un termómetro de cómo 
        recibió estos datos la colectividad argentina local se encuentra 
        en la movilización callejera para reunir firmas contra la nueva 
        ley de extranjería, que, en forma simultánea, realizaba 
        ayer la Casa Argentina en Barcelona.  
        "Mientras que en Estados Unidos y en nuestro país se anuncian 
        medidas para aceptar extranjeros, España sigue cerrando puertas", 
        dijo a LA NACION el titular de la entidad, Diego Arcos. A su juicio, los 
        argentinos sin papeles viven "un verdadero drama" en la península, 
        y el gobierno español postergó su atención hasta 
        después de marzo.  
        La cuestión migratoria se ha vuelto tan medular en España 
        que el gobierno de José María Aznar creó una secretaría 
        específica para atenderla y todos los años su responsable 
        produce un balance de situación. Ayer se conoció el referido 
        a 2003, en el que se da cuenta del refuerzo aplicado por España 
        para rechazar inmigrantes en aeropuertos, costas y pasos fronterizos. 
        No menos de 73.000 extranjeros sufrieron esa situación durante 
        el año último, y entre ellos, y por primera vez, había 
        más de un centenar de argentinos, a los que la policía no 
        dejó entrar por sospechar que no eran turistas sino inmigrantes 
        camuflados.  
        La cifra, suministrada por Robles, arroja un promedio de 200 rechazos 
        diarios, que en el caso de los producidos en aeropuertos se concretan 
        con el pasaje aéreo pagado por la persona a la que no se deja entrar 
        en el país, según se explicó.  
        Si a los rechazos en frontera se suman las repatriaciones de inmigrantes 
        ilegales que ya residían en la península, los extranjeros 
        obligados a dejar España fueron más de 92.000 durante el 
        año último. Eso implica un aumento del 20% respecto del 
        período anterior.  
        Estos son los datos que enervan a las asociaciones de inmigrantes. "La 
        situación empeora y eso es patente con la ley de extranjería 
        que entró en vigor hace cuatro semanas y cuyas consecuencias estamos 
        empezando a ver", dijo ayer a LA NACION el abogado Marcelo Belgrano, 
        que trabaja con inmigrantes ilegales.  
        Pese a las críticas, la nueva estadística sobre inmigración 
        fue presentada por el gobierno como un síntoma de apertura. Según 
        enumeró Robles, los inmigrantes legales se triplicaron en los últimos 
        siete años en España: de 538.000 anotados en 1996 la cifra 
        saltó a 1.647.000 en el último año. O, dicho de otro 
        modo, cerca del 4% de la población.  
        . 
        Aportes jubilatorios  
        La inmigración ha sido un gran alivio para el sistema de seguridad 
        social español, donde el año último se registró 
        la inscripción de más de 960.000 trabajadores extranjeros 
        (casi el 6%del total). Con la ventaja de que sus aportes representan un 
        ingreso neto en el sistema dado que, por lo reciente del fenómeno, 
        no hay jubilados entre ellos.  
        Con 23.280 afiliados, la Argentina ocupa el puesto número doce 
        en el ranking de países con inscriptos en la seguridad social, 
        muy por debajo de Marruecos y de los aportados por otros países 
        de América latina: Ecuador (con más de 140.000), Colombia 
        (66.000) y Perú (con 37.281).  
        "La economía va bien, de modo que podremos seguir aceptando 
        trabajadores extranjeros siempre que vengan de modo legal y que se ajusten 
        a los cupos", dijo Robles. Aludió así al sistema de 
        cuotas que el gobierno español fija todos los años y que 
        privilegia a países que posean un acuerdo migratorio, entre los 
        que no se cuenta la Argentina.  
        En plena campaña electoral, el Partido Socialista Obrero Español 
        (PSOE) cuestionó como "patética e irreal" la estadística 
        gubernamental sobre inmigración.  
        Por Silvia Pisani, Corresponsal en España, La Nacion, 13 de enero 
        de 2004  
      
       
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