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CRECEN
LAS EXIGENCIAS PARA QUIENES LLEGAN COMO TURISTAS DESDE BUENOS AIRES
Rechazan
a otros 14 argentinos en el aeropuerto de Madrid
Ayer hubo
13 rechazados y el martes, otro. Hace días, la Embajada argentina
había protestado formalmente por una veintena de casos similares.
Aumentó la vigilancia y se esperan más rechazos.
Trece ciudadanos argentinos fueron rechazados ayer en el aeropuerto
de Madrid Barajas, según denunciaron a Clarín algunos de los "inadmitidos",
y otro más tampoco pudo entrar como turista el martes pasado, con lo que
suman catorce los rechazados en dos días.
Un letrado del Colegio de Abogados de Madrid proporcionó a Clarín una
lista con los nombres de nueve rechazados en el día de ayer. El número
exacto ha sido difícil de confirmar por la falta de información oficial
y el hecho de que los "inadmitidos" fueron separados en dos salas sin
poder comunicarse.
"Cuando subimos a las salas donde estamos encerrados yo conté 13 argentinos
que después tuvimos que separarnos", explicó P.J., de Mar del Plata.
Por su parte, varias organizaciones españolas y argentinas denunciaron
anoche en un comunicado que "13 argentinos han sido retenidos en Barajas
y están a la espera de ser reenviados a su país".
El gobierno argentino, a través de la embajada en Madrid, presentó una
formal protesta el 4 de octubre pasado ante la veintena de ciudadanos
que no pudieron entrar en un mes como turistas en el aeropuerto internacional
de esta capital. Quince de esos rechazos se produjeron en sólo tres jornadas.
Ayer fue uno de los días en que más "inadmisiones" se produjeron, ya que
la dotación normal de policías dedicada a esas tareas en Inmigración habría
sido triplicada por lo que se esperan gran cantidad de rechazos en los
próximos días.
El martes, según informaron fuentes de las organizaciones argentinas,
fue rechazado un ciudadano argentino padre de cuatro hijos porque la policía
consideró que no traía suficiente dinero.
Ayer por la mañana, se produjeron rechazos en varios de los vuelos que
trajeron a ciudadanos latinoamericanos. Los argentinos y de otras nacionalidades
de Iberoamérica no necesitan visado para permanecer noventa días como
turistas.
Las medidas restrictivas, expulsiones de "sin papeles" y rechazos de turistas
que podían aprovechar esa condición para quedarse como ilegales, no se
aplicaban casi a los argentinos. En su protesta, el gobierno argentino
recordó que sus colegas españoles se habían comprometido a no poner trabas
a la llegada de ciudadanos de nuestro país. Sin embargo, no sólo se produjeron
los rechazos a partir del 27 de setiembre pasado sino que, pese a la protesta
diplomática, ayer fue el día en que más argentinos fueron "inadmitidos".
Los argentinos habían llegado en un vuelo de Iberia por la mañana. "Un
policía me dijo que, como en los restaurantes, se reservaban el derecho
de admisión", comentó uno de los rechazados a Clarín.
"Sabíamos que había que traer 30 euros por día y muchos tenían esa suma
pero los policías insistieron en que la suma total debía ser de 2.000
euros, lo que cubre 60 días, y yo tenía el pasaje de vuelta para muchos
días menos", explicó otro.
"Yo tenía dinero pero me indicaron que debía tener reservas hoteleras
o una carta de invitación de alguien que viviera en Madrid y se hiciera
responsable de mi estadía", señaló L.M., de Buenos Aires.
L. se movilizó con amigos y conocidos y logró que llegara la famosa carta
a Barajas, pero la policía la rechazó porque no estaba certificada ante
un escribano. "Yo quisiera que en Ezeiza y los consulados en Argentina
hubiera un cartel con todas las exigencias para poder entrar sin miedo
como turistas. La realidad es que todo es absolutamente arbitrario y cuando
no es por una cosa es por otra y te mandan de vuelta", se indignó L.M..
Daniel, de 26 años, había trabajado en Vigo en un taller mecánico que
le prometió un contrato de trabajo para poder pedir la residencia. Es
nieto de españoles, pero los policías se mostraron totalmente indiferentes.
"Hablé con mi patrón en Vigo y les aseguró a los policías que me firmaría
un contrato. Pero no hubo nada que hacer".
"Mi novia y su hija estaban conmigo. Las dos con pasaporte italiano. Les
explicamos que estábamos juntos. Tampoco sirvió y nos separaron. Algo
muy triste", dijo Daniel. "Me di cuenta de que nada de lo que dijera o
me apoyara serviría para que no me mandaran de vuelta".
Juan
Carlos Algañaraz, Jueves 10 de octubre de 2002
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