El
Banco de España pronostica que la inmigración no logrará
frenar el envejecimiento
La población española crecerá hasta 2050 y superará
los 53 millones de habitantes
Por
Carmen Morán
El País, España
08/01/05
La población española seguirá creciendo hasta 2050,
fecha en la que se superarán los 53 millones de habitantes y que
marcará el inicio de un lento declive. Así lo establece
el Banco de España en sus previsiones demográficas, elaboradas
a partir de los datos del censo de 2001.
El
estudio considera que pese al aumento de habitantes (que se alarga 25
años más de lo previsto en anteriores pronósticos),
el envejecimiento de la población continuará su avance inexorable,
sin que la inmigración ni las tasas de fertilidad puedan frenarlo.
El censo de 2001 cifró en 40.847.371 los habitantes en España,
un número que ha crecido en el último padrón hasta
43,2 millones y todo parece indicar que el crecimiento no tendrá
freno hasta 2050. Las proyecciones de población del Banco de España
prevén más de 45 millones de habitantes en cuatro años,
en 2025 se superarán los 50 millones y en 2050 se alcanzará
un máximo de 53,16 millones. A partir de ahí se desandará
parte del camino.
Tres
factores influirán en este crecimiento continuado: la inmigración,
la esperanza de vida al nacer y la tasa de fertilidad. En 2002 entraron
en España 648.000 inmigrantes, este año se prevén
unos 460.000 y en 2010 cerca de 285.000. Las cifras se mantendrán
constantes durante décadas. A ello habrá que sumar una esperanza
de vida al nacer que mejora: pasará de los 80,7 años en
2005 hasta los 84 que se conseguirán en 2030. Y también
la tasa de fertilidad de la mujer irá avanzando lentamente: de
1,3, a 1,5 hijos (ver gráfico).
Sin
embargo, el envejecimiento de la población seguirá su ritmo,
sin que la población inmigrante, ni la fertilidad renovada puedan
pararlo. Y la tasa de dependencia de la población (la relación
entre la población de más de 65 años y la población
en edad de trabajar) se duplicará en unos 50 años.
Los
autores del estudio consideran que, por sí sola, la llegada de
inmigrantes podría reducir la tasa de dependencia, pero que el
aumento de la esperanza de vida, por pequeña que esta sea, anulará
esta mejora. Así pues, los efectos que acarrea uno de los fenómenos
se ven borrados por las consecuencias del otro.
Y
poco puede hacer para inclinar la balanza la tasa de fertilidad. "La
combinación de estos tres efectos, que son significativos cuando
se computan de forma independiente, hace que las proyecciones sobre la
tasa de dependencia apenas varíen cuando se consideran conjuntamente",
afirma el estudio del Banco de España.
De
tal forma que la tasa de dependencia se habrá duplicado de 2005
a 2050, pasando de un 25% a un 56% en ese periodo. En sintonía
con lo que ocurrirá con la población de 65 y más
años: "prácticamente habrá duplicado su peso
relativo sobre el total de la población entre 2005 y 2050".
En este tiempo pasará de ser un 16,8% a suponer un 30,8% respecto
al conjunto de la población.
Los
tres factores a tener en cuenta, inmigración, esperanza de vida
y fertilidad, sí influyen, sin embargo, en la población,
todos ellos para seguir creciendo en número de habitantes. De todos
ellos, el que contribuye más eficazmente a este cambio es la inmigración,
de forma dominante: los flujos de población llegados del exterior
serán los responsables de más de dos tercios del aumento
de la población, según el estudio del Banco de España.
Dicho
informe entiende que la capacidad de la política económica
para influir en la tasa de dependencia de la población es "relativamente
reducida". Se considera que los cambios en la fertilidad son lentos
y "obedecen en gran medida a decisiones individuales, en respuesta
al entorno socioeconómico, sobre el que resulta difícil
influir de forma inmediata".
A
lo que añaden el "limitado efecto en el tiempo" que la
inmigración pueda tener en la tasa de dependencia, puesto que los
inmigrantes también irán envejeciendo. Sin embargo, el estudio
del Banco de España sí concede gran importancia al efecto
que puede producir la edad de jubilación sobre esa tasa de dependencia.
Un incremento de un año en la edad de jubilación, explica,
"daría lugar a una reducción de más de tres
puntos en la tasa de dependencia en 2050 (hasta el 52,7% desde el 56,1%)".
Así
pues, "los resultados de las últimas proyecciones indican
que el envejecimiento de la población española seguirá
siendo un problema importante en el medio y largo plazo". En 2020
la mayor franja de población se concentrará en el grupo
de edad comprendido entre 40 y 50 años; una década después,
el grupo más numeroso será el de los que tienen entre 50
y 60 años y el mismo aumento sufrirá la pirámide
de población 10 años más tarde.
Y
la inmigración no alterará la trayectoria prevista a largo
plazo, "dado que el grueso de las entradas de inmigrantes se concentra
en el grupo de edad que va de los 20 a los 40 años, un segmento
de la población que, al envejecer, presionará al alza sobre
la tasa de dependencia".
Vidas
dependientes
La
esperanza de vida de las mujeres españolas es la más alta
de la Unión Europea (84 años); los hombres alcanzan 77,2,
la segunda. Con frecuencia, llegar a estas edades trae consigo una pérdida
de capacidades que convierten a estos ciudadanos en personas dependientes,
es decir, que requieren la ayuda de otros para las tareas cotidianas.
Pero
la dependencia no va siempre ligada a la edad. España tendrá
en 2010 tres millones de personas dependientes, cerca de un 9% de la población.
Entre ellos, el grupo más numeroso será el de ancianos,
en una población cada vez más envejecida, pero también
requieren ayuda para valerse en las actividades diarias otras personas
que muestran algún grado de discapacidad.
Del
total de ciudadanos que precisan ayuda, 959.890 requieren algún
cuidado diario, ya sea de forma permanente (141.409) o puntual. Éste
puede precisarse una vez al día (514.396 personas) o en varias
ocasiones (304.085).
El
mayor grupo de personas dependientes, 1,5 millones, reúne a ciudadanos
con un grado menor de dificultad para valerse en la vida diaria. 724.565
tienen inconvenientes para realizar alguna actividad básica, pero
no precisan ayuda diaria. El resto tiene problemas sólo para salir
de casa o realizar tareas domésticas.
La
escasez de servicios públicos para atender esta población
descarga estos cuidados en los hogares, donde las mujeres atienden mayoritariamente
a los dependientes de la casa. El Gobierno prepara una nueva ley que palie
este problema.
Enlaces
> La población española crecerá hasta 2050 y superará
los 53 millones de habitantes
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