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Uno
de ellos llamó con su móvil a un programa de televisión El problema es que la barca alojaba muchos más pasajeros de cuantos realmente podía y que las condiciones del mar fueron especialmente difíciles cuando la expedición clandestina partió desde el puerto de Vlora.
Los restantes, 18 hombres y tres mujeres, con edades comprendidas entre los 20 y los 40 años, perecieron en aguas territoriales de Albania y fueron transportados a la isla de Sazan, donde opera la Marina Militar italiana. Las autoridades balcánicas levantaron la alarma del naufragio gracias a la llamada telefónica que hizo uno de los inmigrantes clandestinos. Es más, el recurso de un móvil a bordo de la lancha siniestrada también sirvió para advertir y movilizar a la emisora local Top Albania Radio. El presidente de la república de Albania, Alfred Moisiu, ha declarado la jornada de mañana como día de luto nacional y ha hecho un llamamiento a la colaboración de los países europeos. Tanto para evitar que se produzcan nuevas tragedias como para desmantelar «de una vez por todas» las redes mafiosas que operan impunemente en el contexto del Adriático. Complicidad policial De momento, el naufragio de anteanoche dio lugar a la detención de al menos seis personas. Incluidos dos policías albaneses, el subdirector del puerto de Vlora y el propio capitán de la embarcación siniestrada. Se llama Artur Rrokaj y se ha convertido en el protagonista negativo de la jornada porque es hijo de un alto cargo del departamento antiterrorista y pariente estrecho del jefe de la policía en la zona albanesa de Vlora. Suficiente para suponer que muchas de las expediciones clandestinas con rumbo hacia Italia comprometen la complicidad de las propias autoridades locales, especialmente cuando está en juego tanto dinero fácil. Las costas italianas se han convertido en un escenario recurrente de los naufragios de inmigrantes, pero hacía tres años que no se producían catástrofes de envergadura en las aguas del mar Adriático.
Fundamentalmente porque las autoridades italianas y albanesas habían llegado a un acuerdo de estrecha colaboración para evitar el tráfico de pasajeros clandestinos a bordo de lanchas de alta cilindrada. Los resultados fueron tan concretos que el Gobierno de Tirana proclamó hace un año la victoria definitiva sobre las redes de tráfico de personas, pero el accidente de anteanoche demuestra lo contrario, reabre la crónica negra del Adriático y se añade al larguísimo historial de accidentes y naufragios que suelen producirse al sur de Italia, particularmente en las costas sicilianas. Diariodigital.com, domingo 11 de enero de 2004
UNA LANCHA CLANDESTINA QUEDO A LA DERIVA EN EL MAR ADRIATICO Naufragio de ilegales albaneses: 20 muertos Una nueva tragedia provocada por los "viajes de la esperanza" de los inmigrantes clandestinos albaneses que tratan de llegar por el mar al sur de Italia dejó ayer 20 muertos y varios desaparecidos. Un gomón en el que viajaban hasta 38 albaneses naufragó cerca del puerto de Valona, en el mar Adriático. Las naves de socorro encontraron veinte cuerpos de personas muertas de frío y once sobrevivientes, pero anoche, por denuncias de familiares, siete personas más que al parecer iban también en la lancha rápida fueron declaradas desaparecidas. En el puerto albanés de Durazzo, el capitán Ivano Baschieri, de los guardacostas italianos que, por un acuerdo con el gobierno de Tirana, colaboran para combatir el tráfico de seres humanos hacia la Península, dijo que habían sido encontrados 17 hombres y tres mujeres muertos. Baschieri dijo que la mayor parte de los muertos "tenía al parecer entre 25 y 30 años". La alarma fue declarada anteanoche después que un canal de televisión albanés recibió vía una llamada con teléfono celular un pedido de socorro desde el gomón, que era nuevo y de construcción italiana. Varias naves de los guardacostas y la policía financiera italianos, más dos helicópteros de la OTAN (la alianza militar occidental) y barcos griegos y albaneses fueron a buscar a los náufragos, pero las condiciones meteorológicas eran muy malas y recién a las ocho de la mañana de ayer fue ubicada la lancha rápida, a la que le había estallado un motor y estaba a la deriva. En el gomón había veinte cuerpos de los hombres y mujeres muertos de frío, mientras que otras once personas estaban vivas, pero en muy malas condiciones. Los cadáveres fueron llevados a la isla de Saseno, entre Albania y Grecia, mientras que los náufragos vivos fueron transportados a los hospitales de la ciudad de Vlora, porque la lancha fue encontrada en el mar a 25 millas al sur de ese puerto albanés. Cuatro de los once sobrevivientes están en gravísimas condiciones, dijeron fuentes sanitarias albanesas. El saldo trágico de veinte muertos parecía definitivo, pero anoche fuentes de los guardacostas italianos señalaron que varias familias se habían presentado a las autoridades albanesas para denunciar que otras siete personas iban a bordo de la lancha y estaban desaparecidas. Las autoridades de Albania arrestaron a seis personas, entre ellas dos policías, que habrían participado de la organización del viaje de los clandestinos. También fue arrestado el subdirector del puerto de Vlora. Se supo que uno de los conductores de la lancha, Artur Rrokaj, es hijo del jefe del Departamento de Lucha contra el Terrorismo en la ciudad norteña de Skodra. Desde
2003 ha disminuido mucho el tráfico de albaneses clandestinos que
llegan a Italia por el canal de Otranto, en el mar Adriático, gracias
a la colaboración entre los gobiernos de Roma y Tirana.
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