A mi Secretaría Política

Madrid

 

Ante las elecciones generales que han de celebrarse en España el próximo catorce de marzo, he visto que en todas las circunscripciones se presentan candidaturas al Senado bajo el nombre y las siglas de la Comunión Tradicionalista Carlista.

Mucho lamento que quienes con este fin las utilizan no hayan aceptado el generoso ofrecimiento de colaboración que les dirigisteis el pasado mes de enero. En las horas angustiosas que vive nuestra Patria, se hace necesario que el Carlismo se presente fuerte y unido. Si había que concurrir a las elecciones, debió hacerse con todas las consecuencias, presentando candidaturas también al Congreso de los Diputados y preparando una gran campaña; lo cual sólo podía lograrse con el concurso de mis leales. Entonces sí habría podido decirse de veras que la gran Comunión Tradicionalista Carlista, aun rechazando el régimen imperante, el sufragio universal y las demás falacias del sistema, se presentaba a las elecciones.

Ese silencio, imprudente y descortés, por parte de quienes asumen prerrogativas que en el Carlismo no les corresponden, ha sido causa de que mi Secretaría Política y algunas juntas regionales hayan expresado ya su rechazo a tales candidaturas y hayan pedido la abstención, justificadamente. Deseo, sin embargo, hacer las siguientes consideraciones:

1ª. El nombre y las siglas de la Comunión Tradicionalista Carlista son los de nuestra Causa. A los demás españoles no va a llegarles la explicación de por qué en estas elecciones no debían utilizarse; un mal resultado asociado a ellos perjudicaría la imagen del Carlismo.

2ª. No se encuentra en la publicidad electoral de estas candidaturas nada condenable —aunque sea manifiestamente mejorable—.

3ª. Hay entre los candidatos numerosos nombres de probada fidelidad a la Causa, y hasta de lealtad a la Dinastía recientemente reiterada.

Por consiguiente, aunque estas candidaturas se hayan presentado sin mi permiso, y aunque pasadas las elecciones deba acometerse sin más dilación la vuelta de nuestra Comunión a la disciplina y a la normalidad, no me opongo a que se preste el voto y la asistencia a las candidaturas presentadas bajo el nombre de la Comunión Tradicionalista Carlista a las elecciones generales del catorce de marzo de dos mil cuatro.

Dejo en manos de mi Secretaría Política la forma en que esa asistencia deba concretarse.

 

Sixto Enrique de Borbón

 

Castillo de Lignières, 20 de febrero de 2004


Comunión Tradicionalista

Agencia FARO