VI. SERVICIOS MODERNOS DE TELECOMUNICACIONES

EN EL CAPÍTULO PRECEDENTE se proporcionó al lector un esbozo acerca de la concepción moderna de una red de telecomunicaciones. Con ello se pueden identificar los problemas relacionados con las diferentes opciones para transportar información entre puntos distantes. Sin embargo, como se ha mencionado en repetidas ocasiones, una red de telecomunicaciones carecería de valor si no pudiera ofrecer a los usuarios los diversos servicios de telecomunicaciones que requieren para sus fines particulares. Por lo tanto, en este capítulo presentamos un panorama acerca de algunos servicios de telecomunicaciones que los usuarios tienen a su disposición en la actualidad, comparando las características que dan valor a cada uno de ellos para alguna aplicación en particular, y describiendo la forma en que se ofrecen los servicios al público. En especial, a) los servicios ofrecidos por medio de la red telefónica, y b) los servicios basados en difusión de señales, con posibilidad de direccionamiento: bidireccionales (como la radiotelefonía celular y su evolución hacia los servicios personales de comunicación, y la radiolocalización de vehículos aplicada a la supervisión y el control de flotillas); unidireccionales (tales como la radiolocalización de personas).

Finalmente se presentarán algunas ideas acerca de lo que podría ser el futuro de las telecomunicaciones.

Existen muchas maneras de clasificar los servicios de telecomunicaciones, ya que también existen diversos parámetros por medio de los cuales pueden ser comparados. Con el objeto de establecer un punto de partida, a continuación se presenta una tabla que resume las características de las redes empleadas para ofrecer cada uno de los servicios que se mencionan. En particular se utilizan los siguientes criterios de comparación:

a)Tipo de red. Se hablará únicamente de servicios ofrecidos al público en general, que utilizan como infraestructura redes públicas de telecomunicaciones, basadas fundamentalmente en transmisiones de radio o en señales guiadas por medio de conductores eléctricos u ópticos.
b) Cobertura. La extensión del área geográfica que cubre una red es de particular interés en la comparación, ya que los servicios no pueden ser ofrecidos fuera de dicha área geoográfica. La cobertura puede ser caracterizada como local, regional o nacional.
c) Interconexión. A pesar de que la cobertura de una red puede ser local o regional, si está interconectada con otras redes de mayor cobertura se amplía de manera automática el área geográfica cubierta por la red. También es importante y consecuencia de este atributo el hecho de poder tener acceso a servicios prestados por otras redes interconectadas a la red a la que el usuario tiene acceso.
d) Direccionalidad. En una comunicación un usuario puede tener un papel pasivo o uno activo. Se ha incluido este rubro en el análisis, caracterizándolo por medio de U = unidireccional (receptor pasivo) o B = bidireccional (el receptor tiene un papel activo y también puede transmitir).
e) Punto-multipunto. El criterio acerca de los destinos posibles para un servicio se relaciona con varios de los aspectos anteriores, pero es de gran importancia por sí mismo. Se han considerado dos opciones: P-P (punto a punto), en la cual existe un solo transmisor y un solo receptor, y P-MP (punto a multipunto), donde hay un solo transmisor pero una cantidad distinta de uno (posiblemente ilimitada) de receptores.
f) Tipo de información. Se ha mencionado frecuentemente que la información que se transmite puede ser digital (D) o analógica (A), lo cual define algunos aspectos del alcance de un servicio; éste es otro criterio que se considera digno de mención. Cabe recordar que si se trata de información tipo digital se estaría en posibilidad de tener los beneficios de las comunicaciones digitales, tales como la criptografía digital, la corrección de errores, la compresión del ancho de banda y el procesamiento por medio de microprocesadores de alta velocidad.
g) Privacía. Normalmente cuando se hace uso de un servicio de telecomunicaciones se desea tener la certeza de que sólo aquellos usuarios a quienes está destinada la información la reciben, y de que ningún intruso puede tener acceso al servicio sin tener autorización para ello; la privacía que se proporciona a los usuarios en cada servicio es distinta, por lo cual se considera que también es un factor que debe ser considerado (1 = baja privacía, 2 = media, 3 = alta).

Evidentemente existen elementos adicionales que podrían ser incluidos (por ejemplo, costo del servicio, costo de los equipos terminales, características del canal de acceso), pero la lista anterior es suficiente para ilustrar diferencias entre los servicios presentados en el cuadro siguiente.

Antes de describir algunos de estos servicios, cabe mencionar que el cuadro no incluye todos los disponibles en la actualidad, y que día a día aparecen nuevos servicios que el público usuario puede utilizar para resolver problemas nuevos, o bien para resolver problemas viejos de maneras novedosas.

RED TELEFÓNICA

La red telefónica es, sin duda alguna, la más compleja, la de mayor cobertura geográfica, la que mayor número de usuarios tiene, y ocasionalmente se ha afirmado que es "el sistema más complejo de que dispone la humanidad". Permite establecer una llamada entre dos usuarios en cualquier parte del planeta de manera distribuida, automática, prácticamente instantánea. Ésta es el ejemplo más importante de una red con conmutación de circuitos.

 

Taxonomía de servicios modernos de telecomunicaciones

 
Red
Dir.
Pto.
Info.
Priva.
 

       
Servicio
Tipo
Cobertura
Interconexión
U / B
P / MP
A / D
1, 2, 3

Telefonía
Cable
Nacional
Cobertura global,
B
P-P
A o D
1, 2, 3
 
Fibra
 
con otras redes
       
 
Radio
 
nacionales
       
 
Satélite
 
       

Telefonía
Radio
Local
Con red
B
P-P
A
1
móvil
   
telefónica
       

Telefonía
Radio
Regional
Con otras redes
B
P-P
A o D
1
celular
   
celulares y
       
     
telefónicas
       

PCN / PCS *
Radio
Local
Igual que celular
B
P-P
D
3

Datos
Cable
Regional
B
P-P o
D
1
 
Fibra
o nacional
   
P-MP
   
 
Radio
           
 
Satélite
           

TV-difusión
Radio
Regional
U
P-MP
A o D
1

TV-cable
Cable
Regional
U o B
P-P o
A o D
2
         
P-MP
   

TV-restringida
Cable o
Regional
U
P-MP
A o D
2
 
Radio
           

Localización
Radio
Regional
Otras redes de
U
P-MP
D
2
de personas
 
o nacional
radiolocalización
       

Comunicación
Radio
Regional
Otras redes y
B
P-MP
A o D
1
especializada
   
red telefónica
       
de flotillas
             

* PCN = Personal Communication Networks; y PCS = Personal Communication Systems (véase -Radiodifusión de señales- en esta misma sección)

 

Una llamada iniciada por el usuario origen llega a la red por medio de un canal de muy baja capacidad, el canal de acceso, dedicado precisamente a ese usuario denominado línea de abonado. En un extremo de la línea de abonado se encuentra el aparato terminal del usuario (teléfono o fax) y el otro está conectado al primer nodo de la red, que en este caso se llama central local. La función de una central consiste en identificar en el número seleccionado la central a la cual está conectado el usuario destino y enrutar la llamada hacia dicha central con el objeto de que ésta le indique al usuario destino que tiene una llamada por medio de una señal de timbre. Al identificar la ubicación del destino, reserva una trayectoria entre ambos usuarios para poder iniciar la conversación. La trayectoria o ruta no siempre es la misma en llamadas consecutivas, ya que ésta depende de la disponibilidad instantánea de canales entre las distintas centrales.

Con esta arquitectura es muy probable que dos llamadas entre una pareja de usuarios ocupen diferentes rutas, lo cual frecuentemente se refleja también en la calidad de la llamada que los usuarios perciben.

Es evidente que por la dispersión geográfica de la red telefónica y de sus usuarios existen muchas centrales locales. Las centrales locales están enlazadas entre sí por medio de canales de mayor capacidad, de manera que cuando ocurran situaciones de alto tráfico no exista un bloqueo considerable entre las centrales. Existe una jerarquía entre las diferentes centrales que les permite a cada una de ellas enrutar las llamadas de acuerdo con los tráficos que se presenten (figura VI. 1).

 

 

Figura VI.1. Arquitectura de una red telefónica.

Los enlaces entre los abonados y las centrales locales son normalmente cables de cobre, pero las centrales pueden comunicarse entre sí por medio de enlaces de cable coaxial, de fibras ópticas o de canales de microondas. En caso de enlaces entre centrales ubicadas en diferentes ciudades, se usan cables de fibras ópticas y enlaces satelitales, dependiendo de la distancia que se desee cubrir. Como las necesidades de manejo de tráfico de los canales que enlazan centrales de los diferentes niveles jerárquicos aumentan conforme aumenta el nivel jerárquico, también las capacidades de los mismos deben ser mayores en la misma medida; de otra manera, aunque el usuario pudiese tener acceso a la red por medio de su línea de abonado conectada a una central local, su intento de llamada sería bloqueado por no poder establecerse un enlace completo hacia la ubicación del usuario destino (evidentemente cuando el usuario destino está haciendo otra llamada, al llegar la solicitud de conexión a su central local, ésta detecta el hecho y envía de regreso una señal que genera la señal de "ocupado")

La red telefónica está organizada de manera jerárquica. El nivel más bajo (las centrales locales) está formado por el conjunto de nodos a los cuales están conectados los usuarios. Le siguen nodos o centrales en niveles superiores, enlazados de manera tal que entre cuanto sea la jerarquía, mayor será la capacidad que los enlaza. Con esta arquitectura se proporcionan a los usuarios diferentes rutas para colocar sus llamadas, que son seleccionadas por los nodos mismos de acuerdo con criterios preestablecidos, tratando de que una llamada no sea enrutada más que por aquellos nodos y canales estrictamente indispensables para completarla (se trata de minimizar el número de canales y nodos por los cuales pasa una llamada para mantenerlos desocupados en la medida de lo posible).

Asimismo existen nodos (centrales) que permiten enrutar una llamada hacia otra localidad, ya sea dentro o fuera del país. Este tipo de centrales se denominan centrales automáticas de larga distancia. El inicio de una llamada de larga distancia es identificado por la central por medio del primer dígito (en México, un "9"), y el segundo dígito le indica el tipo de enlace (nacional o internacional; en este último caso, le indica también el país de que se trata). A pesar de que el acceso a las centrales de larga distancia se realiza en cada país por medio de un código propio, el identificador del país señala sin lugar a dudas cuál es el destino final de la llamada. El código de un país es independiente del país que origina la llamada (figura VI.2).

 

 

Figura VI.2 Llamadas a diferentes países.

 

Cada central realiza las siguientes funciones básicas:

1. Cuando un abonado levanta el auricular de su aparato telefónico, la central lo identifica y le envía una "invitación" a marcar

2. La central espera a recibir el número seleccionado, para, a su vez, seleccionar una ruta del usuario fuente al destino.

3. Si la línea de abonado del usuario destino está ocupada, la central lo detecta y le envía al usuario fuente una señal ("tono de ocupado")

4. Si la línea del usuario destino no está ocupada, la central a la cual está conectado dicho usuario genera una señal para indicarle al destino la presencia de una llamada.

5. Al contestar la llamada el usuario destino, se suspende la generación de dichas señales.

6. Al concluir la conversación, las centrales deben desconectar la llamada y poner los canales a la disposición de quien coloque nuevas llamadas a partir de ese momento.

7. Al concluir la llamada se debe contabilizar el costo de la misma, para que al final del periodo de facturación, se le cobre al usuario que la inició.

El servicio que tradicionalmente ha sido ofrecido al público en general por medio de la red pública telefónica, es el de comunicación de voz, es decir, la transmisión bidireccional de señales de voz, con el objeto de que dos usuarios puedan establecer y sostener una conversación. Este servicio, como ya se ha explicado, tiene básicamente dos componentes: 1) etapa de señalización, que incluye la selección del número del destinatario, la identificación de una ruta por medio de la conmutación, la reservación de la misma y el timbrado, y 2) etapa de transmisión, que consiste en la conversión de las señales acústicas en señales eléctricas, su transporte a través de los medios de comunicación, y la conversión de señales eléctricas nuevamente en acústicas para ser entregadas al destinatario.

Utilizando la red telefónica, pueden ser transmitidos documentos impresos o escritos; esto es lo que se conoce como "facsímile" o "fax". Este servicio que ofrece también la red telefónica se originó en Japón, debido a la dificultad de transmitir los caracteres escritos del japonés vía un procesador de texto. La penetración del servicio en el mercado se vio fuertemente impulsada por el establecimiento y adopción de normas internacionales desde una etapa temprana de su desarrollo (la falta de estas normas fue una desventaja definitiva para muchos otros servicios). Hasta hace unos 15 años se podía considerar la tecnología del facsímile como un gigante dormido, pero su uso se incrementó notablemente al legalizarse y liberalizarse en muchos países, y debido al avance de la tecnología, permitiendo transmisiones de alta velocidad y alta calidad, lo cual también tuvo como consecuencia la reducción del costo de los aparatos de fax y una simplificación en su operación. Actualmente se está estudiando la definición de normas para facsímile a color. De hecho, están en desarrollo sistemas nuevos que serían una mezcla de lo que actualmente es el facsímile y las fotocopiadoras. Los tiempos de transmisión se han reducido de seis a menos de un minuto por página tamaño carta; las resoluciones han aumentado al pasar de 1728 pixels ("pixel" proviene del inglés "picture element") hasta 3 456 pixels por línea barrida, y al cambiar de 3.85 pixels/mm hasta 15.75 pixels/mm.

Para su transmisión, un equipo de fax hace un recorrido por medio de un haz a través de todo el documento que será transmitido, identificando, para cada punto del mismo, la intensidad del color, y asignándole una señal eléctrica. En este caso, se realiza la conversión de una señal óptica en una señal eléctrica; esta última puede entonces ser transmitida a través de la red telefónica, como si fuera una señal de voz. En este proceso, el protocolo que tienen que realizar los equipos terminales, que consiste en intercambiar señales para acordar, entre otros factores, el tiempo de inicio de la transmisión y la velocidad de la misma, es más complicado. Una vez que ésta ha sido iniciada, el equipo receptor realiza el mismo recorrido sobre la hoja de papel, a la misma velocidad, y va imprimiendo las señales ópticas que, a su vez, están basadas en las señales eléctricas que recibe.

Considerando la amplia cobertura de la red telefónica y los desarrollos tecnológicos de las últimas décadas, muchos esfuerzos se han dirigido hacia la posibilidad de transmitir señales digitales sobre la misma infraestructura, lo cual aumentaría de manera considerable la cantidad de servicios que podrían ser ofrecidos por medio de esta red. De lograrse esto, la red telefónica sería una red de transporte de bits (unos y ceros), sin importarle la fuente o el servicio que genera dichos bits. El razonamiento para lograr lo anterior es el siguiente: si a través de la red telefónica se pueden transmitir señales eléctricas que corresponden al rango de frecuencias que genera el hombre al producir sonidos hablados, entonces, si se generan tonos en este mismo rango que correspondan a los símbolos binarios "1" y "0" se podrían realizar transmisiones digitales binarias. Este proceso se conoce como modulación, y, el inverso, es decir, extraer del canal o de la red los tonos para generar nuevamente los símbolos binarios, es la demodulación. Con base en estos dos términos, los equipos que realizan estas operaciones para transmisión de datos, se denominan modems. Los modems han evolucionado rápidamente: en la década de los sesenta podían ser transmitidos hasta 300 bits por segundo (bps) con un éxito aceptable; posteriormente, pasando por etapas de 600, 1 200, etc. se ha logrado contar con mdems disponibles comercialmente que manejan tasas de transmisión de 9 600 bps. En algunos casos se pueden efectuar transmisiones de 19 200 bps. Con esto se inició la comunicación entre computadoras y entre equipos digitales, en general utilizando la red pública telefónica. Por ejemplo, en sus orígenes, esto permitió realizar lo que en los años setenta se conocía como "procesamiento remoto", es decir, contando con una terminal de computadora, un par de modems (uno para cada extremo del canal de comunicaciones) y una línea telefónica, se podía interactuar remotamente con una computadora sin tener que estar físicamente en el mismo lugar que la máquina.

Al igual que en el caso de los equipos de fax, también fue indispensable el establecimiento de reglas claras que permitieran la comunicación entre los modems, para compensar efectos de retrasos en la red (originados por la conmutación) y, desde luego, por los efectos del ruido en las líneas. Estos logros en materia de transmisión de datos fomentaron el desarrollo de nuevos servicios de telecomunicaciones por medio de la red telefónica. Por ejemplo el videotexto, originalmente concebido como un servicio de información que emplearía monitores de televisión para desplegar texto originado en bases de datos remotas, transmitido a través de líneas telefónicas de la red pública, la cual es accesada por medio de un módem de baja velocidad (en 1986 había 100 000 terminales en la Gran Bretaña, 45 000 en la República Federal de Alemania, 25 000 en España, 20 000 en Holanda y Japón, y 15 000 en Italia, pero el éxito más grande corresponde sin duda a Francia, en donde hay cerca de 2 millones de usuarios). Otros ejemplos, y sin pretender que esto sea exhaustivo, consisten en servicios tales como la consulta remota a bases de datos, correos electrónicos (envío de mensajes entre computadoras), transmisión de archivos entre computadoras, y, en general, servicios que exploten las ventajas de las técnicas de procesamiento digital de señales.

Las centrales modernas (los nodos de la red) están basadas en sistemas totalmente digitales, lo cual contribuye a que se puedan ofrecer al usuario servicios tan sencillos como conferencias de voz, transmisión de datos y videoconferencias, y tan rudimentarios como dar de alta la línea de un nuevo usuario, indicar el número que llama, transferir llamadas a otro número telefónico, etc. La clave para explotar el potencial de la infraestructura digital está, por una parte, en el hardware, y por la otra en el software, cada día de mayor importancia. Entre los servicios nuevos, que gracias a la digitalización de las centrales han podido ofrecerse al público, se encuentran las llamadas de larga distancia sin costo para el que las inicia (en México LADA 800), las llamadas con abono al que las recibe (el servicio 1-900 en Estados Unidos) y diversos tipos de señalización como la presencia de un tono que avisa a los interlocutores la llegada de otra llamada durante su conversación.

Muchas de las funciones que ahora realizan las centrales también pueden ser efectuadas por conmutadores privados, que en realidad son pequeñas centrales telefónicas (en España se les llama "centralitas"). Entre ellas están la búsqueda de personas, la selección y la configuración de grupos, la disponibilidad de distintos modos de operación para diferentes horarios, la restricción de llamadas de larga distancia y la asignación de privilegios en general a cada una de las extensiones, el almacenamiento de información sobre llamadas y de las extensiones que las originaron, la puesta en espera de llamadas, la disponibilidad de directorios en línea, etcétera.

RADIODIFUSIÓN DE SEÑALES

Dentro de estos servicios existen dos clases: los bidireccionales y los unidireccionales. En el conjunto de los primeros se describirá la operación de la telefonía celular y su evolución hacia los servicios personales de comunicación (denominados PCN por su nombre en inglés —Personal Communication Networks—o PCSPersonal Communication Systems—) y, debido al interés que en la actualidad ha despertado, se describirá también el funcionamiento de sistemas de supervisión y control de flotillas de vehículos. Como servicio representativo de la segunda clase se analizará la radiolocalización de personas.

La radiotelefonía celular surgió como un avance importante de la radiotelefonía tradicional. En esta última, los conceptos de la red son muy similares a los de la red telefónica pública, con la excepción de que el acceso a la red por parte del usuario es por medio de un canal de radio, con sus equipos terminales correspondientes. En el servicio tradicional de radiotelefonía se cuenta con una sola estación base, es decir, una estación que realiza funciones de transmisión y de repetición. En las transmisiones se utilizan potencias extremadamente grandes, logrando así una gran zona de cobertura. Sin embargo, si durante una conversación un usuario se sale de la zona de cobertura, la conversación se interrumpe ya que este sistema no tiene capacidad de conmutación. Cada usuario tiene asignado un canal de radio con una frecuencia fija para accesar la red, lo cual hace ineficiente el uso del espectro radioeléctrico, ya que, si uno de los usuarios con canales asignados en algún momento no lo utiliza, ese o esos canales estarían desocupados. En la figura VI.3 se puede ver que el número de usuarios de este tipo de sistema está limitado por el número de canales con que cuenta la red para ofrecer el servicio.

 

 

Figura VI.3. Radiotelefonía móvil tradicional.

 

La radiotelefonía tradicional fue evolucionando hacia el concepto de "telefonía celular", con base en dos objetivos: aumentar la calidad de los servicios que pueden ser ofrecidos, y aumentar, compartiendo las frecuencias, la utilización del espectro radioeléctrico, lo cual dio como resultado el aumento del número de usuarios de la red. Los primeros teléfonos móviles fueron introducidos en 1946, pero la primera red de telefonía celular fue puesta en operación en Japón en 1979 y en ese mismo año se inició la operación experimental de una red con 2 000 usuarios en Chicago. La primera red comercial de telefonía celular en Estados Unidos fue puesta en operación en 1983, y para 1987 existían en ese país 312 redes celulares operando en 205 ciudades.

El caso de México es también muy interesante, debido a que cuando se inició el servicio, las tecnologías ya habían sido ampliamente probadas en otros países y se tenía un buen estimador de la demanda que podría ser esperada. En 1989 se convocó a las empresas del ramo a presentar solicitudes para ofrecer este servicio en las nueve diferentes regiones en que fue dividido el país. Cada región recibiría servicio de dos operadores en competencia. Comercialmente los servicios se iniciaron en 1990. En los pocos años que han transcurrido desde entonces, la aceptación ha sido extraordinaria. A fines de 1992, el número aproximado de suscriptores al servicio, sumando ambos operadores de cada región, era el siguiente:

 

Región
Núm. aprox. de suscriptores

Baja California
10 000
Noroeste
8 000
Norte
16 000
Noroeste
30 000
Occidente
26 000
Centro
16 000
Golfo y Sur
16 000
Suroeste
11 000
Distrito Federal y alrededores
181 000
Total
314 000

 

Cada uno de los dos operadores regionales tiene asignadas dos bandas en la región que le corresponde: una para la comunicación del equipo móvil hacia las bases y otra para la comunicación de las bases hacia las unidades móviles. La asignación se muestra en el siguiente cuadro:

 

Banda
Móvil (MHz)
Base (MHz)

A
824-835, 845-846.5
869-880, 890-891.5
B
835-845, 846.5-849
880-890, 891.5-894

 

Cada una de las bandas, a su vez, está dividida en canales que ocupan 30 kHz cada uno, por lo cual, en cada banda caben 333 canales (o conversaciones simultáneas). Vale la pena resaltar que en cada región puede haber cualquier cantidad de células, usando cada una de ellas un determinado conjunto de estos 333 canales, siempre y cuando no sean utilizados los mismos canales en células adyacentes. Cada uno de estos canales funciona como canal de acceso a la red para los usuarios, por medio de equipos terminales que son teléfonos portátiles, consistentes en una unidad de control, un radiorreceptor, un radiotransmisor y su antena. Por otra parte, las oficinas de conmutación contienen todos los elementos necesarios para control de llamadas, interconexión con la red telefónica, contabilidad y facturación.

El servicio para el que inicialmente fue concebida la radiotelefonía celular fue similar al de la telefonía por medio de la red telefónica pública, es decir, comunicaciones de voz, pero con esquemas de acceso similares a los de la radiotelefonía tradicional, es decir, por medio de canales de radio. Las ventajas que se esperaba que la telefonía celular tendría sobre la red telefónica tradicional son: a) los equipos terminales (es decir, los aparatos telefónicos) son portátiles y no requieren de un enlace de cable para tener acceso a la red telefónica, b) un equipo terminal puede desplazarse dentro del área de cobertura sin interrumpir la comunicación, c) por medio de un equipo de telefonía celular se pueden establecer conversaciones con equipos telefónicos conectados a la red telefónica tradicional, d) el número de usuarios de una red puede aumentar casi sin límite debido a la posibilidad de reutilizar frecuencias, de reducir tamaños de células y de explotar adecuadamente las complejas técnicas de codificación.

La tecnología celular es diferente de los conceptos que la precedieron, al menos en lo referente a la posibilidad de reutilizar frecuencias. Con sistemas convencionales de radio, el objetivo era tener la mayor cobertura posible con cada una de las estaciones fijas, usando antenas montadas en altas torres, con potencias de transmisión grandes. A cada estación le corresponde un grupo de canales y la configuración del sistema no cambia a lo largo del tiempo. Con las redes celulares las potencias radiadas por las estaciones base se mantienen al mínimo, de manera tal que, en combinación con antenas localizadas a las alturas mínimas, se pueda garantizar la cobertura deseada con la calidad requerida. Con ello se logra que muchas células no adyacentes usen las mismas frecuencias sin interferir las transmisiones de unas con las de otras (en esto precisamente consiste la reutilización de frecuencias). Este revolucionario concepto está basado en las siguientes ideas: un canal de radio para una conversación telefónica consiste en un par de frecuencias, una para cada dirección de envío (base a móvil y móvil a base). Se insiste en que células adyacentes tienen que utilizar distintas frecuencias, ya que, en caso contrario, habría interferencia entre las conversaciones que las usaran. Para ilustrar este punto recordemos que en ocasiones, al viajar por alguna carretera y estar escuchando radio llega un momento en que se pueden escuchar simultáneamente dos estaciones sin modificar la sintonía del receptor. Conforme uno avanza disminuye la intensidad de una de ellas y aumenta la de la otra. Este efecto es similar al descrito en las redes celulares.

Debe estar claro que células geográficamente separadas sí pueden emplear los mismos conjuntos de frecuencias sin que haya un efecto perjudicial entre las conversaciones que las usen. La limitante que existe en cuanto al número de usuarios del servicio en una célula se debe a la cantidad de frecuencias que se tienen asignadas en esa célula. Sin embargo, si se reduce el tamaño de las células, lo cual equivale a reducir el área de cobertura de las mismas (esto se logra disminuyendo la potencia transmitida, la altura de las antenas de las bases o ambas) se puede aumentar el número total de usuarios de una red, debido a que, si bien el número de usuarios por célula no aumenta, sí se incrementa el número total de células. Desde luego que cada célula, independientemente de su tamaño, debe tener una estación base, cuyas transmisiones (combinación de antena y potencia transmitida) sean tales, que cubran adecuadamente el área asignada (figura VI.4).

 

 

Figura VI.4. Configuración de un sistema celular con estaciones base.

 

La arquitectura de una red celular se muestra en la figura VI.5. En ella puede ser identificado el hecho de que células no adyacentes utilizan los mismos conjuntos de frecuencias. Por ejemplo, las células 1 y 5 de la figura utilizan los conjuntos de frecuencias F1, mientras que las células 2 y 6 tienen a su disposición los conjuntos de canales F2.

 

 

Figura VI.5. Sistema celular con reutilización de frecuencias.

El servicio más importante que se ofrece por medio de una red celular es el de comunicación de voz, el cual opera de la siguiente manera. En las llamadas originadas en la unidad móvil, cuando un usuario activa su teléfono, se realiza un proceso de búsqueda por el canal de control para identificar un canal con buena recepción. Generalmente éste está asignado a la base más cercana. Esta búsqueda es controlada por el equipo móvil y se realiza cuando el equipo no se está utilizando en una conversación. Una vez identificado el canal que será utilizado, la unidad móvil se considera inicializada y lista para establecer una comunicación. Después de esto, se envía el número seleccionado (correspondiente al usuario que se desea llamar) hacia la estación base, misma que envía esta información a la unidad de conmutación, que es la encargada de localizar la célula en la que está ubicada la unidad buscada. Una vez identificada, se le asigna un canal, se le notifica que tiene una llamada y se puede iniciar la conversación. Cuando la llamada se origina en un aparato de la red pública telefónica, se hace llegar la solicitud a la central celular de conmutación, la cual se encarga de localizar al usuario destino y de hacer la señalización correspondiente. Al terminar una conversación, ambos usuarios liberan los canales de radio asignados para esa conversación y las unidades móviles reactivan el monitoreo de la calidad de los canales. Finalmente, si durante la conversación de una unidad en movimiento se detecta que la unidad ha salido de la zona de cobertura de una célula (por medio de las intensidades de las señales en los canales de control), el sistema le asigna a esta conversación una nueva frecuencia (o sea, un nuevo canal de radio) y se realiza la nueva asignación sin que el usuario se percate de ello.

Aunque actualmente el servicio preponderante en estas redes es el de conversaciones de voz, existen equipos que permiten transmitir también mensajes de fax y de datos. La tecnología está evolucionando rápidamente y, en un futuro cercano, se podrán realizar con eficacia transmisiones digitales, ampliando de esta manera la gama de servicios que podrán ser ofrecidos a los usuarios.

Como complemento de la telefonía celular, utilizando nuevos avances tecnológicos en diversas áreas, surgieron hace aproximadamente una década los servicios personales de comunicación. Con este novedoso concepto la tendencia es que la comunicación se origine en una persona y termine en otra, independientemente de los lugares en los que se encuentren dichas personas. Tradicionalmente las comunicaciones han sido de equipo terminal a equipo terminal, estando los equipos terminales fijos en una habitación (por ejemplo, en la cocina, en la recámara, en el escritorio, etc.). En otras palabras, estas ideas tienden a independizar las telecomunicaciones no únicamente de tiempo y distancia, sino también de la ubicación de los usuarios. Se podría concebir una gran variedad de servicios de valor agregado que podrían ser ofrecidos por medio de sistemas PCS, tales como enlaces de datos para uso personal, opciones para seleccionar recepción de llamadas dependiendo del lugar donde se encuentre el usuario, servicios de localización, despertador, etcétera.

Las redes de comunicación personal tienen sus orígenes en el sistema telefónico tradicional y en los teléfonos inalámbricos (se estima que en los hogares de Estados Unidos existen cerca de 30 millones de unidades), los cuales están equipados con su propia estación base, y lo único que requieren para funcionar es la compatibilidad entre el equipo y la estación base. Estos equipos se conocen con el nombre de primera generación de equipos inalámbricos.

Los equipos pertenecientes a la segunda generación tienen acceso a una red pública a través de estaciones base radioeléctricas, y a estaciones base que a su vez están conectadas a conmutadores telefónicos privados. Tienen mayor privacía y seguridad que los equipos de la primera generación, porque usan protocolos más complejos.

Las redes de comunicación personal también capitalizaron las experiencias adquiridas a través de la telefonía celular referentes al aumento en la capacidad de manejo de usuarios de los sistemas tradicionales de radiotelefonía. Las soluciones propuestas para la telefonía celular permitieron aumentarla precisamente por medio de la partición de células y la reutilización de frecuencias. Sin embargo, al disminuir el tamaño de las células, principalmente en zonas urbanas con una alta densidad de población, creció también la necesidad de seleccionar con más cuidado las ubicaciones de las estaciones base correspondientes.

Pero a pesar de que difieren en muchos aspectos, tanto la telefonía celular como la inalámbrica tienen entre sus objetivos proveer a sus usuarios con accesos inalámbricos a la red pública de telefonía y a las redes de telecomunicaciones en general.

El objetivo del concepto de equipos de tercera generación de teléfonos inalámbricos portátiles consiste en establecer accesos unificados vía radio a redes que permitan disfrutar de la más variada gama de servicios de telecomunicaciones. Por su conducto se debe poder accesar a las redes desde puntos ubicados en zonas urbanas, rurales y dentro o fuera de edificios; deben asimismo funcionar adecuadamente, tanto estando inmóviles como en movimiento, independientemente de la velocidad de desplazamiento.

En lo referente a las tecnologías de transmisión; la primera generación de equipos inalámbricos y de teléfonos celulares está basada en transmisiones analógicas de las señales de voz, con modulación de frecuencia, con anchos de banda que varían entre 12.5 y 30 Khz.

Los PCS pueden ser caracterizados por lo siguiente: a) utilizan una red de radio basada en microcélulas, b) están basados en transmisiones digitales, c) utilizan una banda de alta frecuencia (típicamente en 1.8-2 Ghz), d) su mayor fortaleza no está en aplicaciones vehiculares, y e) son el primer paso hacia el objetivo de comunicación entre personas, más que entre equipos terminales.

El concepto de PCS puede ser detallado aún más, si se toman en consideración algunos servicios que en la actualidad se ofrecen por medio de los sistemas que han sido instalados y operados en plan piloto; esto se presenta en el siguiente cuadro.

 

Característica
 

  Llamadas entrantes
  Llamadas salientes
  Servicios fax
  Voz / datos simultaneos
  Asistencia por operadora
  Llamadas por cobrar
  Llamadas a tarjeta
  Llamadas en conferencia
  Indicador fuera del área
  Usuarios por km2
100 000

 

Los servicios bidireccionales que han sido descritos tienen la característica común de que, a pesar de tratarse de comunicación por radio (es decir, usando transmisiones basadas en difusión de señales), los equipos terminales de los usuarios son direccionables. Es decir, únicamente responden cuando en la información que reciben identifican su propia "dirección electrónica".

La direccionabilidad, concepto fundamental tanto para servicios unidireccionales como para los bidireccionales, consiste en lo siguiente. Cada equipo receptor tiene grabado en su memoria un número de identificación único (es decir, no hay otro equipo que tenga el mismo número). Cuando se transmite una señal digital que contiene un mensaje, éste va precedido por el número de identificación del usuario a quien va destinado el mensaje. Todos los equipos dentro del área de cobertura reciben esta señal, extraen del mensaje el número de identificación y lo comparan con el número que tienen grabado en su memoria. Si ambos números coinciden, entonces el equipo receptor activa sus circuitos para poder recibir el mensaje completo; en caso contrario, hace caso omiso de lo que recibió y vuelve a su estado de espera, verificando las direcciones cada vez que detecta un mensaje.

Es este mismo principio el que utilizan los servicios de radiolocalización de personas (en realidad el nombre del servicio, aun que muy difundido, es erróneo, ya que no se localiza a una persona sino que únicamente se envía un mensaje que llega a dicha persona por medio de su equipo personal). La red en la que se basa este servicio es de radio, con coberturas locales (por ejemplo, ciudades), nacionales o incluso internacionales (en este caso puede aumentarse la cobertura por medio de transmisiones vía satélite). Su operación se muestra en la figura VI.6.

Una persona que desea enviar un mensaje a otra debe hacer llegar su mensaje a la central de despacho de mensajes, por ejemplo, vía la red telefónica. El mensaje puede ser oral, caso en el cual contesta una operadora en la central, quien a su vez transcribe el mensaje para enviarlo a la computadora de control y ésta al equipo de transmisión. Pero los usuarios que deseen transmitir muchos mensajes también pueden disponer de un enlace directo con la computadora de despacho, de manera tal que se evite la necesidad de pasar por una operadora.

 

 

Figura VI.6. Esquema para localización de personas.

 

El acceso puede ser por medio de la red telefónica, usando un par de modems; en este caso, los mensajes ya irían en forma digital, los recibe la central, identifica los destinatarios y realiza la transmisión. Los mensajes se transmiten al aire de manera serial, es decir, uno detrás de otro; el equipo central de despacho es el encargado de efectuar el control de las transmisiones. Cada mensaje que se pone en el aire debe contener, aparte del texto, la dirección (identificador) del destinatario. Esto último es lo que utilizan los receptores para identificar cuáles de los mensajes están destinados a cuáles usuarios. Las transmisiones, desde luego, no tienen que estar destinadas únicamente a un receptor, ya que el identificador que se agregue al mensaje transmitido puede referirse a toda una familia de receptores; esta modalidad del servicio podría ser de interés para empresas que desean enviar mensajes, por ejemplo, a todo su equipo de vendedores, sin tener que hacer los envíos de manera individual.

El crecimiento de estos servicios ha sido muy importante, principalmente desde que se hacen las transmisiones en forma digital: por ejemplo, aunque en Japón ya ha empezado a disminuir la tasa de crecimiento anual de suscriptores de telefonía celular, el número de suscriptores de radiolocalización de personas sigue creciendo a un ritmo anual de 15%; cada año aumenta este número en cerca de 130 000 usuarios. Esta tendencia puede conservarse, ya que se están ofreciendo, adicionalmente a la localización de personas y al envío de mensajes, servicios tales como actualización periódica de pronósticos del tiempo, de situaciones de tráfico y congestionamiento en avenidas principales de las grandes ciudades, resultados de operaciones en las bolsas de valores, etcétera.

Ha habido, además, importantes avances en los equipos receptores, ya que próximamente habrá en el mercado equipos de menos de 50 g, con dimensiones menores a las de una cajetilla de cigarros, con una memoria con capacidad de almacenamiento de unos 16 mensajes y despliegue alfanumérico. También se están ofreciendo receptores que tienen la forma y las características físicas de una pluma o de un reloj de pulsera.

Para concluir esta exposición sobre diferentes redes y servicios de telecomunicaciones modernos, se explicará a continuación el funcionamiento de un sistema que se ha introducido recientemente en el mercado en varios países, y que tiene un gran potencial por la enorme variedad de aplicaciones que puede tener: un sistema de localización, seguimiento y control de flotillas de vehículos (terrestres). En lo sucesivo, y debido a que este servicio no tiene un nombre comercial, se hará referencia a él como SLSC (sistema de localización, seguimiento y control).

El objetivo de un SLSC consiste en disponer en una estación central de supervisión y contro la posición de cada uno de los vehículos que forman la flotilla para poder dar instrucciones a cada vehículo, para supervisar su operación, para detectar posibles robos o problemas de otro tipo, etc. (éstas son tan sólo algunas de las posibilidades). Cada una de estas posibles funciones puede ser de especial interés para, por ejemplo, flotillas de camiones repartidores, patrullas, ambulancias, bomberos, ajustadores de seguros o vehículos de servicio en general; como no hay límite en la cantidad de vehículos que pueden formar la flotilla, se puede pensar también sólo en supervisar y dar seguimiento a cualquier cantidad de automóviles, simplemente para facilitar su recuperación.

El SLSC tiene las siguientes componentes, mismas que se muestran en la figura VI.7:

a) Una estación central de supervisión y control (llamada central de despacho) basada en una o dos computadoras personales, a la cual se tiene conectado un equipo de radiocomunicaciones. La función de esta estación consiste en "preguntar" vía radio a cada vehículo cuáles son las coordenadas del punto en que se encuentra.
b) Un conjunto de unidades móviles que van instaladas en cada uno de los vehículos que serán supervisados; cada uno de ellos consiste en un módulo de radionavegación, un microcontrolador y el equipo de radiocomunicación necesario para establecer comunicaciones con la estación central. En el módulo de radionavegación se reciben señales precisamente de radionavegación (como las que usan los aviones o los barcos) y con base en ellas se calculan las coordenadas de la ubicación. Cuando la estación central las pregunta, la unidad móvil responde enviando estas coordenadas.
c) Dependiendo de la cobertura que se desee tener puede ser necesario tener estaciones repetidoras de radio.

 

 

Figura VI.7. Operación de un sistema de SLSC.

 

El SLSC requiere para su funcionamiento de un canal de radio que puede ser de uso exdusivo para esta aplicación, o bien, puede ser parte de una red comercial como la celular. Este canal transportará información de la estación hacia los móviles y de los móviles hacia la central de manera ordenada. Dependiendo de la aplicación, deben ser instrumentados distintos protocolos de comunicaciones para que la información generada en las unidades móviles llegue adecuadamente a la estación central. Por ejemplo, si sólo se desea supervisar las rutas de, por ejemplo, 50 vehículos que forman la flotilla de camiones repartidores de alguna empresa, entonces la estación central (vía radio) enviará a cada móvil, de manera secuencial, una solicitud de envío de información. Las transmisiones son a manera de radiodifusión, por lo cual cada mensaje debe ir precedido por un identificador de la unidad que debe contestar. Una unidad móvil, al identificar su dirección, transmite su identificador y sus coordenadas. Al terminar de preguntar a una móvil, la estación central pasa a la siguiente, y así sucesivamente. El ciclo de actualizar la información de las 50 móviles puede requerir de 15 a 30 segundos (dependiendo de algunos factores en el diseño del sistema). Este protocolo entre la central y las móviles se llama (en inglés) polling ("levantar encuestas"). Si el sistema se diseña para otra aplicación, puede ser necesario cambiar el protocolo de comunicación. Por ejemplo, en un esquema en que se desea supervisar 100 000 vehículos para que no sean robados, está claro que "encuestar" a cada uno de ellos puede tomar minutos, o incluso horas, lo cual significa una enorme degradación en el desempeño (¿de qué me sirve saber dónde estuvo hace 4 horas mi coche robado?). En este caso debe ser instrumentado un protocolo de acceso múltiple en el cual, cuando un vehículo sea robado, sea éste quien inicie las transmisiones hacia la central de manera automática, al activarse, por ejemplo, botones o interruptores en las puertas. De esta forma sólo se estará supervisando a aquellas unidades ya robadas y que posiblemente puedan ser recuperadas si la estación central mantiene contacto con ellas mientras llega, por ejemplo, la policía.

Los ejemplos anteriores son pequeñas muestras del potencial que tienen las telecomunicaciones modernas. Cada día podrá ser observada con mayor claridad su influencia sobre la vida diaria de las personas y sobre la eficiencia de las empresas.

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