Sobre la evaluación
de proyectos

Dra. LE Alicia Rey

En todos los tiempos el hombre ha tenido que dar respuesta a sus necesidades y por consiguiente, ha debido disponer de bienes y servicios que le permitan satisfacerlas. Para producir los bienes y servicios que desea consumir requiere de recursos productivos, los que son limitados con relación a las necesidades humanas. Esto significa que los recursos son escasos y por lo tanto, se debe buscar y elegir la mejor forma de usarlos y obtener el mayor bienestar posible con ellos.

La satisfacción de necesidades contribuye a mejorar la calidad de vida de los miembros de la sociedad y ello genera, a su vez, la demanda creciente por el uso de recursos productivos que permitan satisfacer estas necesidades. El aumento de la capacidad productiva se logra a través de la inversión. Por otra parte, la calidad de la inversión realizada está directamente relacionada con la correcta asignación de los recursos disponibles; y la correcta asignación de los recursos va a depender, entre otras cosas, de la disponibilidad de los proyectos rentables.
   
La evaluación de proyectos se dirige a proporcionar un marco racional para resolver la asignación económica de recursos que optimice el resultado en función del objetivo del decisor. El término "decisor" es definitorio de los dos enfoques centrales del tema, la evaluación privada y la evaluación social.

Mientras la "evaluación social" atiende las prioridades de asignación conforme objetivos estratégicos de política nacional, la "evaluación privada" busca la solución más eficiente en cuanto al acrecentamiento del capital en el tiempo. Ambas tienen un principio metodológico común, el resultado que se obtiene en el futuro con recursos sacrificados en el presente, pero divergen en los criterios de asignación de costos y beneficios.

La evaluación de proyectos es una herramienta que ayuda a la toma de decisiones que sólo le compete al inversor ya que es él quien arriesga sus fondos o se compromete a devolver lo prestado para obtener los beneficios del proyecto. No le asegura que el proyecto sea rentable ya que nadie conoce el futuro. La predicción perfecta es imposible debido a muchos factores entre otros por la inestabilidad de la naturaleza, el entorno institucional y la normativa legal. Pero, con la formulación y evaluación de proyectos, se le permite al inversor disminuir la probabilidad de equivocarse en comparación con aquél que no hubiera hecho ningún estudio.

El evaluador, como responsable de este trabajo, corre un doble riesgo:

Decir que un proyecto es rentable, y que no lo fuera
Decir que un proyecto no es rentable, y que sí lo sea

El proceso de formulación y evaluación debe partir de observar, analizar e identificar el problema, para así realizar un diagnóstico correctamente descriptivo de la situación "sin proyecto". Luego, para formular y evaluar el proyecto, previamente hay que determinar los supuestos que se requieren para construir las hipótesis de escenarios en los que el proyecto tendrá efecto, como requisito para obtener la situación esperada "con proyecto". Las premisas y supuestos deben nacer de la realidad misma en la que el proyecto estará inserto y en el que deberá rendir sus beneficios. Consecuentemente, es de la comparación entre ambas situaciones, "con" y "sin proyecto", que se podrán medir y valorar los costos y beneficios que le sean imputables.

Las series de ingresos y egresos que caracterizan una inversión forman la base de todo cálculo económico. La evaluación de un proyecto, en sí misma, se sustenta únicamente sobre la forma de inversión y no sobre la de la financiación que concurra al pago de aquélla.

Toda decisión de inversión debe responder a un estudio previo de las ventajas y desventajas asociadas a su realización, y seis son los estudios particulares que deben realizarse para evaluar un proyecto: los de la viabilidad comercial, técnica, legal, de gestión, ambiental y financiera, si se trata de un inversionista privado, o económica, si se trata de evaluar el impacto en la estructura económica del país. Cualquiera de ellos que llegue a una conclusión negativa determinará que el proyecto no se lleve a cabo.

Debido a lo anterior los proyectos están asociados interdisciplinariamente y requieren de diversas instancias de apoyo técnico antes de ser sometidos a su aprobación.

El proceso de un proyecto reconoce tres grandes etapas:

Preinversión: estudios a nivel de Idea, perfil, prefactibilidad y factibilidad
Inversión: ejecución del proyecto
Operación

En el marco del proceso de descentralización y modernización del estado quizás una de las tareas más difíciles tiene que ver con el conjunto de funciones y responsabilidades vinculadas a la gestión municipal. El desempeño eficiente y equitativo de la administración local implica no sólo dotar a las autoridades municipales de una dosis de autonomía sino también replantear su forma de actuar, especialmente en lo concerniente a la eficacia y eficiencia con que se distribuyen, transfieren y utilizan los recursos de inversión.

Hay en marcha un proceso creciente de traspaso de la responsabilidad de hacer gobierno, desde el tradicional nivel central nacional a niveles jurisdiccionales inferiores, lo cual lleva a una progresiva participación de la sociedad civil en el diseño y ejecución de su propio proyecto de futuro, participación ahora obligada a ser eficiente y veloz. De estas dos últimas imposiciones, la primera se deriva del proceso de descentralización y la segunda del proceso de globalización.

Este nuevo entorno del desarrollo territorial obliga a pensar toda propuesta de futuro en función del posicionamiento en los mercados internacionales, en función de un papel más significativo de la propia sociedad civil, en función de un reparto más equitativo de las ganancias, con suficiente flexibilidad para acomodar el territorio en diferentes ámbitos y configuraciones territoriales, administrándolo como si fuese una organización empresarial, gobernándolo de manera de crear poder político, demandando al Estado una visión territorial de sí mismo, y entendiendo que una gestión contemporánea requiere crear capital social sin que ella se agote en el uso de los recursos materiales tradicionales.

Con este contexto, y tanto para los ámbitos público o privado, la evaluación de proyectos es un instrumento sustantivo para analizar la racionalidad económica en que se sustente la selección entre distintas alternativas de gestión y de emprendimientos.

 

 

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