ASIGNATURA: ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE LAS
ORGANIZACIONES
BALANCE
SCORECARD: Trabajo: Nro.
02 Actividad: Nro. 01
Autor: Francisco
Antonio Quivera González
Contenido:
El Balance ScoreCard (BSC) entrega un conjunto de indicadores de actuación, enmarcados de forma coherente y traduciendo correctamente la misión y la estrategia de la empresa. Es cada vez más común que las empresas adopten declaraciones de misión para comunicar sus valores y creencias hacia adentro y afuera de la compañía. Muchas de estas declaraciones son inspiradoras, pero no son suficientes para ordenar el accionar de todos los integrantes de la empresa en una dirección concreta.
El BSC transforma la misión y la estrategia en objetivos e indicadores organizados en cuatro perspectivas diferentes: finanzas, clientes, procesos internos y aprendizaje - crecimiento. Estas cuatro perspectivas permiten un equilibrio entre los objetivos de corto y largo plazo, entre los resultados deseados y los inductores hacia esos resultados. El conjunto de indicadores e inductores del BSC, cuando está construido correctamente demuestra un propósito claro dirigido hacia una estrategia integrada en sus cuatro perspectivas.
1) La perspectiva financiera (satisfacción de necesidades)
Las medidas de actuación financiera
indican si la estrategia de una empresa, su puesta en
práctica y ejecución están contribuyendo a alcanzar los objetivos
principales desde la perspectiva de los accionistas. Están directamente
relacionadas con la cruda realidad de la empresa, su
objetivo fundamental: hacer dinero para sus accionistas.
De este modo, los objetivos seleccionados para esta perspectiva deben
estar estrechamente relacionados con la pregunta: ¿Cómo queremos que nos
vean nuestros accionistas? Los objetivos financieros
acostumbran a relacionarse con la rentabilidad,
crecimiento de ventas o generación de cash flow, entre otros.
Los objetivos financieros representan el objetivo a mediano y largo plazo
de la organización: proporcionar rendimientos basados en
el capital invertido. El BSC utiliza los objetivos
financieros en relación al aumento e intensificación de la
rentabilidad, los rendimientos de los activos y los ingresos. Con el
tiempo, todos los objetivos y medidas de las demás
perspectivas del BSC deben ser vinculados a la
consecución de uno o más objetivos de la perspectiva financiera. Es esta
vinculación con los objetivos financieros la que reconoce
que el objetivo del negocio es la generación de
rendimientos financieros para los inversores.
2) La perspectiva del cliente
En esta perspectiva se identifican los
segmentos de clientes y de mercado en los que competirá
la unidad de negocios y las medidas de la actuación de la unidad de
negocios en dichos segmentos. Se acostumbra la inclusión de varios
objetivos y medidas genéricas, como la satisfacción del
cliente, la retención de clientes, la adquisición de
nuevos clientes, la rentabilidad del cliente y la cuota de mercado en
los segmentos seleccionados. La perspectiva del cliente debe incluir
también indicadores del valor añadido que la empresa
aporta a sus clientes. Los inductores representan los
factores que son críticos para que los clientes se incorporen a la
cartera o sigan siendo fieles al proveedor. Por ejemplo, los clientes
pueden valorar plazos de entrega cortos o simplemente
puntuales, o también productos de excelente calidad o
servicios innovadores, o un proveedor que sea capaz de anticiparse a sus
necesidades de manera permanente.
Los gerentes de las unidades de
negocios deben traducir sus declaraciones de visión y
estrategia en objetivos concretos, dentro de la perspectiva del cliente del BSC.
La identificación de propuestas de valor agregado que se
entregarán a los segmentos seleccionados se convierte en
la clave para desarrollar objetivos e indicadores para la
perspectiva del cliente.
3) La perspectiva del proceso interno
Corresponde a los procesos internos
críticos que la empresa debe cuidar y someter a una
mejora permanente. Sus medidas se centran en los procesos internos que
tendrán el mayor impacto en la satisfacción del cliente y, como fuera
aclarado con anterioridad, deben estar orientados a
satisfacer los objetivos financieros de la organización.
La unidad de negocios posee una cadena
completa de valor de procesos internos que se inicia con
el proceso de innovación, sigue a través de los procesos operativos y
termina con el servicio de venta.
Innovación: identificación de las necesidades de los clientes actuales y futuros, y desarrollo de nuevas soluciones para esas necesidades.
Procesos operativos: producción y entrega de los productos y servicios a los clientes existentes.
Servicio de venta: soporte y mantenimiento que añaden valor.
4) La perspectiva de aprendizaje y crecimiento
Esta perspectiva identifica la
infraestructura que la empresa debe construir para crear
mejoras permanentes y crecimiento a largo plazo. Las tecnologías y
capacidades actuales de la empresa deberán evolucionar para permitirle
alcanzar sus objetivos a largo plazo. Esto es
particularmente cierto cuando se considera la competencia
en la que las empresas están inmersas.
Según Kaplan y Norton, existen tres categorías principales de variables en la perspectiva de aprendizaje y crecimiento:
Las capacidades de los empleados.
Las capacidades de los sistemas de información.
Motivación, delegación de poder (empowerment) y coherencia de objetivos.
De manera similar a la definición de
medidas genéricas y particulares realizada en las
perspectivas anteriores, en esta etapa se deben detallar los aspectos que serán
medidos durante la implementación del BSC en cada unidad de negocios. Sin
embargo, existen tres aspectos fundamentales que es conveniente
contemplar. Ellos son:
Tecnología y Sistemas de Información. Se trata de un aspecto estratégico que requiere cierta envergadura y decisión. Por ejemplo, empresas inmersas en importantes readaptaciones de procesos (reingeniería), empresas con nuevas dimensiones cuyo concepto de control ha evolucionado considerablemente, son las más tendentes a considerar objetivos de esta naturaleza. El nivel de Gasto-Inversión en estos conceptos es una variable de gran relevancia en las empresas.
Clima Organizacional. Su análisis nos permite identificar, organizar y valorar las apreciaciones y pensamientos que el equipo humano de una empresa tiene de sus peculiaridades como organización. Actualmente, los retos exigen calidad del servicio en todas las áreas empresariales, se hace preciso renovar la gestión integral impulsando mayor eficiencia en consonancia con los valores de la empresa, necesarios por otro lado para el desempeño correcto de los trabajadores motivados y alineados con la Misión y los Objetivos Estratégicos.
La motivación. Es la
delegación de poder y coherencia de los objetivos, de lo que se trata en este
caso es de contribuir al desarrollo y mejora de las competencias que, como es
lógico, viene condicionado por los programas formativos determinados a partir
de un nivel de calidad exigido, el establecimiento de sistemas de evaluación
del desempeño y el establecimiento de planes de promoción específicos dentro
de la empresa. Asimismo, debe conseguirse un nivel de conciencia claro, ya que
todos deben saber cómo contribuyen al éxito del negocio, deben conocer
puntualmente sus objetivos y llegar a un consenso sobre los mismos.
5) Objetivos y Relaciones Causales (Lamina 14)
Para conseguir los beneficios de la estrategia, el Cuadro de Mando Integral usa un modelo basado en indicadores y objetivos que gira en torno a cuatro perspectivas vistas anteriormente: financiera, clientes, procesos internos y aprendizaje - crecimiento.
Así, se define un cuadro de indicadores con objetivos en cada una de las perspectivas que sirven para ejecutar, comunicar y controlar la estrategia. Además también se emplea el mapa estratégico que es un esquema de las relaciones causa-efecto de la estrategia a través de las cuatro perspectivas y que sirve para plasmar de una manera gráfica el despliegue de la estrategia para tener una visión más clara para la toma de decisiones.
Como conclusión, en un momento como el actual es un buen
momento para una profunda revisión de la estrategia de las organizaciones con
una mirada crítica y emplear un cuadro de mando integral para conseguir ponerla
en funcionamiento acorde con las exigencias del entorno tanto interno como
externo.