La educación virtual no llega a las universidades venezolanas
El Nacional, 04 de noviembre de 2002

Mina Pérez

Salvo honrosas excepciones, son muy pocas las instituciones de educación superior que cuentan con una verdadera oferta de formación a distancia. Las causas van desde las dificultades para generar contenidos que se adapten al nuevo sistema de aprendizaje, hasta la falta de un marco legal que permita la acreditación de postgrados en línea

A pesar de que la necesidad de trabajar le impidió realizar estudios universitarios, María ha ejercido la docencia durante 15 años. Es maestra por vocación, pero quiere obtener algún tipo de certificación. El caso de Alberto es distinto; ingeniero agrónomo, le brinda apoyo técnico a campesinos en distintas zonas rurales del país y quiere especializarse en el área de extensión agrícola, pero no puede cumplir un horario en una universidad. La educación por medio de las nuevas tecnologías parece ser la respuesta para las necesidades académicas de María y de Alberto. Pero ¿es realmente una opción en Venezuela? ¿O simplemente se trata de un recurso publicitario utilizado por algunas instituciones de educación superior? Y es que, aun cuando frases como "educación virtual" y "clases a distancia" aparecen en los anuncios de cuanto instituto y universidad existe en el mercado, son pocas las que han logrado materializar algún programa de formación que involucre a la informática. Eso sí, hay muchos proyectos en marcha.

Con el objeto de compartir algunas de las experiencias que se llevan a cabo dentro y fuera del país, la Universidad Metropolitana organizó el II Congreso Internacional de Tecnología y Educación que, de acuerdo con Elvira Navas, jefe del Departamento de Programación y Tecnología Educativa, no sólo reunió a las universidades, sino también a las empresas que brindan adiestramiento a su personal, así como a algunas compañías proveedoras de software universitarios.

Variedad para escoger

La dotación tecnológica suele ser la principal preocupación de las autoridades a la hora de emprender un proyecto de educación a distancia. Pero, de acuerdo con Navas, eso es lo menos importante. "Lo más difícil es desarrollar los contenidos, capacitar a los docentes, y por último, adquirir los equipos, aunque la verdad es que la mayoría tiene más equipos que contenidos". Encontrar el mejor software es una tarea que nunca termina. Algunos adquieren costosos sistemas cuya licencia debe renovarse cada año y, en muchos casos, ni siquiera están en español. Incluso, hay instituciones que han cambiado varias veces de proveedor. Otros, como los creadores del Postgrado de Extensión Agrícola de la Universidad de Los Llanos Ezequiel Zamora, desarrollaron su propia plataforma tecnológica. "Un software que se adapte a nosotros, y no lo contrario", indicó el profesor Luis Morales. Sin embargo, existen al menos 150 empresas que ofrecen sistemas para instalar la educación a distancia. "No vale la pena gastar tiempo y dinero desarrollando uno nuevo cuando hay tantas para escoger", argumentó Manuel Barroso de la compañía de integración tecnológica Appixtec-Campustec.

Sólo apoyo

La ausencia de un marco legal que permita certificar cualquier curso por medio de las nuevas tecnologías es otra limitación. "El Consejo Nacional de Universidades tiene reglas muy rígidas que rechazan cualquier experimento", denunció Elvira Navas, de la Unimet. Tal vez por eso las únicas universidades que ofrecen postgrados a distancia son la Ezequiel Zamora y la Nueva Esparta.

"Sólo se pueden utilizar las nuevas tecnologías como herramientas para apoyar el proceso de estudio tradicional, por eso tenemos siete programas esperando para ser aprobados en el CNU", comentó William Núñez, director de los postgrados virtuales de la UNE.

Al respecto, el director de la Oficina de Planificación del Sector Universitario, Luis Fuenmayor Toro, adelantó que están creando un sistema de evaluación y acreditación de las universidades que permitirá la aprobación de y cursos de postgrado. En lo que todos coinciden es en el gran impacto que tendrá el uso de las nuevas tecnologías en los procesos de enseñanza y aprendizaje. "En el futuro, se va a certificar las competencias de las personas, otorgando constancias a medida que avancen, hasta obtener un título", indicó el vicerrector académico de la Universidad Metropolitana, José Roberto Bello, para quien las mismas universidades serán las encargadas de avalar, con su nombre, la calidad de los programas que ofrezcan. La universidad del futuro, de acuerdo con Bello, aplicará una educación para toda la vida, basada en el estudiante y no en el profesor, se acentuará la diferenciación de las instituciones de educación superior y progresará el aprendizaje de adaptación, como resultado del incremento de las posibilidades de proveer sistemas distribuidos en diferentes ambientes adaptados a necesidades individuales.

Primeras experiencias

En 1996, la Universidad Nueva Esparta dio inicio a los primeros postgrados virtuales en Venezuela, cuando abrió la Especialización en Tecnologías Gerenciales y la Maestría en Gerencia Tecnológica. Años más tarde, la Universidad de Los Llanos Ezequiel Zamora creó la Especialización Integral y Estratégica en Extensión Agrícola que, debido a los continuos cambios de autoridades -cuatro en un año- ha dejado de recibir nuevos estudiantes.

Otras instituciones como la Universidad Central de Venezuela, la Católica Andrés Bello, la Metropolitana, y la misma Nueva Esparta, llevan años utilizando a las nuevas tecnologías como soporte de las materias presenciales, aunque también han apostado por los cursos de actualización. Por ejemplo, después de tres años de preparación, la UCAB implementó un Curso de Gestión de la Documentación Administrativa que atrajo a una gran cantidad de estudiantes. Por su parte, el vicerrector académico de la Unimet, José Roberto Bello, adelantó que van comenzar un ciclo de creación de maestrías virtuales que contempla un Programa Avanzado de Formación Gerencial que, después de un proceso de experimentación, podría convertirse en una maestría.