Editorial

Nuestro país se encuentra en una crisis política, económica y social, que atraviesa toda su estructura jurídica, institucional y moral.

Por un lado están las contradicciones entre la propia reacción boliviana, en el poder político del país; sus diferentes intereses y componendas lo lleva a contradicciones en su coalición gobernante, que ha revelado una serie de escándalos, como el asunto de los plus, sobresueldos pagados con los "gastos reservados" que ha servido solamente para repartirse entre los que se aferran angurrientamente a los cargos públicos; por otro lado están los escandalosos sueldos pagados a los asesores del Ministerio de Hacienda, que obtienen un pago por encima de lo que estipula la ley boliviana.

Este escándalo de proporciones, muestra la verdadera esencia del estado reaccionario. Podemos señalar con claridad que este Estado está corroído hasta el tuétano, la corrupción es endémica, la impunidad ni qué decir, el desfalco de los fondos del estado es el pan de cada día.

Todo esto frente al hambre y la miseria de un pueblo que trabaja duro para llevarse comida a la boca, para poder sobrevivir en las condiciones miserables, que día a día le explotan la fuerza de trabajo, que ha perdido sus más elementales derechos y que es más cuando se atreve a alzar su voz, es reprimido, golpeado, gasificado, encarcelado y baleado.

Esto es lo que la democracia nos ofrece, a esto nuestros nuevos intelectualillos llaman democracia, los que se rindieron por un plato de lentejas ahora entonan cantos de sirena a la democracia, en coro toda la corte feudal del vendepatria grita en defensa de esta democracia, tras la romelía y el sacramento ostial de esa vieja teocracia que cada vez que el pueblo quiere levantarse, llama clamorosamente a no poner en peligro la democracia; así, se han subido a este viejo coche, podrida carroza funeraria llamada democracia y quieren que un pueblo tan luchador y digno viva amordazado dentro de esta vieja carroza.

Toda una cruzada se lanza hoy en día, por la famosa democracia, todos a coro, oportunistas, revisionistas, ex - guerrilleros, viejos terratenientes, gran burgueses, social pacifistas defensores de los llamados derechos humanos, la rancia iglesia católica y toda una ralea de acomodados en este viejo orden piden a gritos que no se atente contra la democracia.

Este viejo y podrido discurso -y Marx ya demostró que no hay democracia sin dictadura- manejado por toda esta raza de malvivientes, se contrasta pues con la vida del pueblo, que sabe en carne propia que le ha dado esta "democracia", sabe que no le ha dado nada, excepto más miseria y hambre, más muerte, mas corrupción, más robo; esta es la "democracia" que los traidores de principios ahora adoran.

Nosotros decimos; que estamos contra esta "democracia" que en esencia es dictadura burguesa, estamos por el contrario por destruir este podrido régimen e instalar uno nuevo, un régimen de nueva democracia, uno que sirva los intereses de nuestro pueblo, uno que sirva realmente las necesidades de las masas, y que definitivamente destierre a toda esa ralea de explotadores, opresores, criminales, asesinos, francotiradores, juntamente con todas las veleidades, estrellas de televisión, vedettes intelectuales oportunistas, y viejos revisionistas que le hacen coro a la reacción boliviana, porque las masas son sencillas, simples, desprecian el intelectualismo sentimental, el romanticismo pequeñoburgués que choca con un espíritu revolucionario auténtico, transformador, científico; estamos pues finalmente por la revolución, por un Estado de Nueva Democracia.

¡¡Proletarios y naciones oprimidas del mundo, uníos!!


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