Barquisimeto, 14 de Octubre de 2004

 

 

 

MODELO PARA LA TOMA DE  DECISIONES

 

 

Elaborado por: T.S.U María Gabriela Rodríguez  R

 

 

EL DECISOR PÚBLICO EN EL ENTORNO VENEZOLANO

 

El entorno Venezolano es muy amplio y abarca muchos  temas, bien sean políticos, económicos, sociales o culturales, pero en este caso   tomaremos en cuenta al decisor público enfocado en la gerencia pública y privada de Venezuela, diferenciando la estructura y las  diversas decisiones que se toman en los organismos tanto públicos como  privados.

 

Las teorías acerca de la gerencia efectiva son variadas y difieren en muchos casos unas de otras, debido principalmente a la manera de percibir el entorno en el cual se insertan las decisiones; pero todas convergen en la búsqueda de la alternativa más idónea para solucionar los problemas del desarrollo empresarial.

Existen pues diversas teorías gerenciales, cada persona adecua la manera de percibir el entorno y sus vicisitudes.

En el caso de la Gerencia Pública, existen alternativas que buscan mediar entre los intereses que se generan en las instituciones del gobierno y los del público objetivo, representado en la ciudadanía. La satisfacción de una o varias necesidades de los habitantes de un país son metas claras de las organizaciones del Estado; en las que existe desarrollo de Gerencia Pública. Entendiendo la Gerencia Pública como  la aplicación de una serie de conocimientos, herramientas y habilidades, en la toma de decisiones en las empresas del Estado, de una forma más acertada, lógica y efectiva, para lograr que funcionen de manera clara y coherente y además que sirvan a los principios de equidad y servicio público para el cual fueron creadas.

Las líneas de teorización y puesta en práctica de estas herramientas, habilidades y conocimientos, guardan mucha relación con las que se aplican en la gerencia privada, aunque existen sutiles diferencias, dadas básicamente por la manera de organización de las empresas que pertenecen al Estado y las necesidades que tienen

Desde esta perspectiva se observan patologías en la gestión pública que se refieren a la deficiente coordinación entre formulación y ejecución de las políticas públicas; la escasa coordinación interministerial e intersectorial y la poca atención prestada a usuarios y clientes, que ilustra con ejemplos del caso chileno, mostrando también ejemplos exitosos de mejoramiento de la gestión pública en ese país.

Los nuevos escenarios de inestabilidad en el entorno actual de los sistemas de gobierno como efecto de la creciente globalización y tecnificación, les exige ahora incorporar un permanente proceso adaptativo. Ciertas normas de estabilidad burocrática frenan este nuevo accionar: plantas de personal y sueldos fijados por ley; inamovilidad funcionaria; ascensos basados en antigüedad, etc. Surge entonces la cuestión de cómo lograr el debido equilibrio entre el control de la función pública y la agilidad en la gestión y el ejercicio de la función adaptativa.

Este escenario exige un nuevo perfil de ejecutivo público, trascendiendo su rol tradicional de administrador, que enfatiza el mantenimiento del sistema, la regularidad de los procedimientos y la estabilidad institucional, incorporando ahora la figura de "productor", responsable ya no sólo de procedimientos sino que también de resultados; y el de "innovador", que promueve la acción, actúa de sensor de las necesidades de cambio y alerta y propone al decisor político nuevas respuestas y, por último, el de "integrador", que convoca alianzas, potencia la coordinación y construye redes de coordinación de acciones.

Esta diversidad de roles conlleva  al ejecutivo público a incrementar sus competencias como gestor, incluyendo ahora no solamente las habilidades técnicas y de administrador; sino sus competencias interpersonales como líder, gerente y generador de redes, gestor de entornos y de equipos de trabajo.

La administración pública ha evolucionado a medida que el Estado se ha tornado más complejo. Las reformas más importantes, en consonancia con las tendencias mundiales de la gerencia pública y privada, se refieren a que las agencias centrales responsables por los sistemas horizontales tienen que estar investidas de autoridad para formular normas. Simultáneamente, la autoridad operacional por la toma de decisiones en los sistemas horizontales tiene que ser delegada lo más cerca posible al nivel de prestación de los servicios.


    El equilibrio de un gerente está asociado a cinco aspectos puntuales y tres permanentes.

    Los puntuales son aquellos que hay que revisar y armonizar periódicamente, tales como:

    - Las técnicas gerenciales (que se deben aplicar en cada caso).
    - Los indicadores de desempeño (válidos para cada empresa/organización, sector o región).
    - El impacto de la tecnología de información (en cada negocio).
    - La orientación al cliente (como premisa de existencia).
    - El criterio financiero (como parte de la toma de decisiones).

y los tres permanentes son:

    - La gerencia del cambio (al cual toda empresa está sujeta)
    - El impacto del sector público en los negocios (que en Latinoamérica es muy grande); 
    - La intuición como validador final de la estrategia y la toma de decisiones.

 

 

Para esto hay que estar conscientes de la relevancia que tiene la información en un negocio cualquiera. Estar conscientes de que las decisiones de negocio solamente pueden tomarse basadas en información. Y que si esa información no es precisa, no llega a tiempo, o no contiene todos los elementos necesarios, las decisiones pueden costar realmente mucho dinero, prestigio, imagen o mercado, por nombrar sólo algunos de los activos que se logran y se sostienen sobre la base de decisiones acertadas. 
 
    En la carrera hacia la competitividad empresarial, el rol del gobierno es fundamental como generador/catalizador de las reglas de juego y proveedor de la infraestructura de servicios.

 
    Cuando el sentido común y el criterio funcionan, no es otra cosa que el equilibrio entre lo racional y lo intuitivo. Todo lo racional se puede estrellar contra los resultados, cuando no se consideran los presentimientos y las intuiciones. Por otra parte, gerenciar sólo en base a la intuición, sin dotar las decisiones con una base técnica y profesional, conducirá inevitablemente a errores no siempre fácilmente reparables. 


    Hay que aclarar que la intuición funciona sólo cuando uno está calmado; con enojo o rabia todas las decisiones son malas; hasta las buenas.

 
    En nuestra Venezuela de hoy se ha convertido en algo muy importante seguir estos principios elementales tanto a nivel privado, como a nivel de gobierno. Es necesario gerenciar para evitar la improvisación.

 

LA NUEVA MENTALIDAD EMPRESARIAL DEBE TENER EN CUENTA LO SIGUIENTE A LA HORA DE TOMAR DECISIONES:

1. Las decisiones empresariales deben ser racionales justas, objetivas y democráticas.

2. Las decisiones y los estilos gerenciales deben tener en cuenta el tamaño de la empresa, su momento histórico y el ciclo económico.

3. El plan estratégico debe ser consistente y coherente con el plan del municipio donde está ubicada la empresa.

4. La empresa debe integrar a su cultura organizacional los siguientes valores constitucionales: la función social y ecológica de la propiedad privada y la responsabilidad social de la empresa

5. La empresa debe estimular la creatividad e innovación en su recurso humano vía patentes y modelos de utilidad.

6. El recurso humano debe ser integrado teniendo en cuenta las necesidades de la persona buscando realizar la justicia social.

7. El estilo gerencial debe tener en cuenta nuestra realidad socio económica y política. Es decir, no debe aplicarse ciegamente los estilos gerenciales diseñados para otras realidades.

8. La alta gerencia y la gerencia deben manejar los aspectos legales intrínsecamente ligados al procedimiento administrativo y a los diversos tipos de gerencia.

 

CONCLUSIÓN 

 

Los Venezolanos actuamos y decidimos según la situación en que estemos y nos desenvolvamos, una persona que trabaja en un organismo público actúa diferente a una persona que se desarrolla en un organismo privado; a veces no es por el tipo de persona ni de su preparación académica o experiencia profesional, sino que las circunstancias lo llevan a adoptar y a tomar decisiones que quizás no son las más acertadas, es por eso que un buen decisor no es necesariamente un gerente y un gerente no es necesariamente un buen decisor de situaciones. Hoy en día el venezolano común a puesto a prueba sus decisiones,  cosa que políticamente quizás no se ha tomado en cuenta.  Es posible que más que decisión lo que  hace falta es liderazgo; un verdadero líder que organice y decida cual es la opción más acertada para el resto de sus conciudadanos. Eso sí, es importante tener en cuenta que debe ser bajo el prisma de la democracia y libertad de expresión. Una verdadera libertad, no un simulacro de democracia que nos está llevando a actuar como marionetas que se  mueven  y actúan como diga una persona y sin derecho a expresar nuestra propias ideas y a decidir sobre nuestro futuro.

 

 

 

 

 

INFOGRAFIA

 

http://150.187.40.10/registro/entrevistas.asp?id=89

http://www.clad.org.ve/rev06/rev06n6.html

http://www.ntn-consultores.com/articulos/artedegerenciar.htm

http://www.clad.org.ve/rev09/rev09n5.html

http://www.gestiopolis.com/canales/gerencial/articulos/no%2012/gerencianuevotipo.htm