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-¿Doctor,
para que sirve su descubrimiento?
Era algo,
pero no mucho, de modo que la excavacion siguio agitando sus trepanos
y averiguo que el sabio tenia un Fiat 600 celeste y asmatico al que cada
dia era necesario hacer arrancar con traccion a sangre: lease Leloir y
un vecino cinchando como bueyes. Que solo leia libros y revistas cientificas,
y que le gustaba el cine de accion: "...la del oeste y las de espionaje",
confesaba. Lo demas (que tuviera en su panoplia el premio Nacional de
Ciencia, otros treinta similares, y que una docena de universidades lo
reverenciara) no tenia demasiada importancia para aquellos buceadores
de lo humano. Preferian narrar, en fresco estilo periodistico, que el
sabio llegaba cada mañana a las diez a su modestisimo laboratorio
de la calle Julian Alvarez, que se llevaba el almuerzo (dos sandwiches,
dos huevos duros), y que a las cinco en punto de la tarde abandonaba su
microscopio y sus retortas y volvia a su casa.
No era
menos cierto que ya en el '43, con su equipo (Muñoz, Braun Menendez,
Fasciolo y Taquini), descubrio que la renina (enzima del riñon)
aumenta la presion arterial. Pero resultaba mas apetecible recordar que
alguna vez jugo al polo en el club Hurlingham y "no pase de uno de
handicap", del mismo modo que atrapaba mas su coleccion de frascos
de perfume -con ellos reemplazaba la carencia de tubos de ensayo, acaso
demasiado caros- que sus desvelos junto a Caputo, Trucco, Cardini y Paladini
(los otros artifices del Nobel) para desentrañar el enigma de los
azucares y "su rol en la biosintesis de los carbohidratos y la identificacion
de la sustancia que produce tal sintesis: la uridinadifosfato-glucosa
(UDPG)", como se arriesgaba a explicar en los reportajes sin demasiada
esperanza de ser bien traducido, claro. |
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Eso,
a pesar de que hoy, en todo el mundo, esa cadena de transformaciones se conoce
con el consagratorio nombre de Leloir's Pathway (El Camino de Leloir), punto
de partida para aclarar como se generan las sustancias que conforman los procesos
energeticos de los seres animados, que permiten -nada menos- la vida sobre la
Tierra.
Se lee
en una revista cientifica de primera agua: "¿Como se transforman
los hidratos de carbono en reservas energeticas? Esa es la gran pregunta
que Leloir respondio".
Pero la otra gran pregunta, la que cada periodista llevaba en su libreta,
era:
-¿Doctor, para que sirve su descubrimiento?
El, especie de paladin de la modestia, se limitaba a decir:
-Para saber mas. Es apenas parte de un camino...
Sin embargo,
tenia derecho a ser mas contundente. Porque sirve para conocer el porque
del rechazo a ciertos injertos y trasplantes, del crecimiento de las celulas
cancerosas y de ciertas enfermedades hereditarias: por ejemplo, el Leloir's
Pathway evito la locura, ceguera y muerte de los galactosemicos, incapaces
de asimilar el azucar de la leche.
Para colmo,
el Leloir humano tampoco ofrecia flancos heroicos estilo "pasa veinticuatro
horas en el laboratorio, consumido por la pasion de investigar".
No. Segun sus discipulos mas antiguos, "tiene una rutina de trabajo
muy simple, sin exageraciones, sin experimentar con cientos de tubos y
decenas de colaboradores, y nunca se quedo una noche sin dormir ni interrumpio
el trabajo por falta de equipo de alta complejidad. Termina su trabajo
a las cinco de la tarde, deja todo ordenado para el dia siguiente, se
va en su pequeño auto y se encuentra con su mujer...". Su
mujer: Amelia Zuberbuhler. Que conto un dia: "Todo lo experimenta.
Una tarde me trajo flores. Las puse en un florero y eche una aspirina
en el agua. Me pregunto por que. Le dije: 'Porque asi duran mas'. Dudo.
Dividio las flores en dos recipientes: uno con aspirina y otro sin ella.
Tenia razon: se secaron al mismo tiempo". |
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