Padrenuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.  Venga a nosotros tu reino.  Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.  Dadnos hoy nuestro pan de cada día.  Perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.  No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal, Amén.  Dios te salve María, llena eres de gracia.  El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito sea el fruto de tu vientre, Jesús.  Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.
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EL OTRO LADO

Por extrañas razones, el Guainía nunca aparece en las estadísticas que se publican en la prensa, ni en los informes de los noticieros de radio y t.v.  Se esgrime un argumento de población, de mercadeo, de importancia y hasta de ignorancia para no hacerlo.  Cosas fundamentales para la nación se han llegado a ignorar por ese motivo, o se les ha dejado un espacio tan reducido, que no dejarles nada hubiera dado lo mismo.

Cuando se realizaron las primeras elecciones de gobernadores en los "nuevos" departamentos, los datos de los resultados se dieron escuetos, como si no significaran nada.  La mayoría de los noticieros ni siquiera los mencionaron.  Los pocos que lo hicieron se limitaron a reproducir los resultados de la registraduría a nivel nacional.  La mayoría de los medios estudió y analizó los resultados en Bogotá y en los departamentos más poblados, con sus capitales.  En cuanto a Arauca, Amazonas, Vichada, San Andrés, Casanare, Caquetá, Putumayo y Guainía, sólo se publicaron los nombres de los ganadores para gobernador y alcalde de capital, seguidos de su cantidad de votos y el porcentaje que representaban.  Poco importó que fuera la primera vez que esas sociedades y culturas escogieran a sus mandatarios regionales.  Un suceso muy similar al fin de una dictadura en cualquier país del mundo fue tratado como una noticia menor, casi como un "suceso no noticioso".

 

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Padrenuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.  Venga a nosotros tu reino.  Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.  Dadnos hoy nuestro pan de cada día.  Perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.  No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal, Amén.  Dios te salve María, llena eres de gracia.  El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito sea el fruto de tu vientre, Jesús.  Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.