Proverbios Persas
Dos capitanes hunden el barco.
El día tiene ojos, la noche orejas.
El hombre puede pasar por sabio cuando busca la sabiduría; pero si cree haberla encontrado es un necio.
Es mejor empezar en la noche que no empezar.
La arena del desierto es para el viajero fatigado lo mismo que la conversación incesante para el amante silencioso.
La duda es la llave del conocimiento.
La mitad de la alegría reside en hablar de ella.
La paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces.
Para el que lleva zapatos, es como si toda la tierra estuviera cubierta de cuero.
Para gozar de la vida, no hay que pedirle todo: Sólo hay que pedir vida para gozar todo.
Recuerda que el día en que naciste todos reían y tu llorabas; vive de tal manera que cuando mueras, todos lloren y tu rías.
Sólo la modestia señala los actos de un hombre noble.
Un poco de belleza es mejor que el dinero y la propiedad.
"Yo soy feliz", dijo. Naturalmente, se trataba de un necio.