Universidad Yacambu

Maestría de las finanzas y los negocios

Cátedra: Planificación

Corte: Julio-septiembre 2006

Prof. Leonor Dillon

Trabajo 1

La planificación económica


Origen, paradigmas, la planificación normativa, estratégica, social


La Planificación económica


Esta se puede entender como el control de la actividad económica de acuerdo con las modernas técnicas de análisis que permitan adecuar los objetivos perseguidos, teniendo presente las posibilidades reales de actuación y elaborando un proceso continuo presidido por criterios de eficacia.

Finalidad de la Planificación económica


El progreso, el bienestar y, en última instancia, el desarrollo económico son el móvil del funcionamiento de las sociedades y el objeto último de la ciencia económica. No puede extrañarnos en este contexto que el libro de Adam Smith (1776), con el que aparece la ciencia económica, se titulara Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de la naciones, siendo éste suficientemente expresivo de la idea que apuntamos.

Este es el campo exacto de lo que denominamos planificación económica, que comprende las teorías científicas y las políticas económicas adecuadas para conseguir la meta del desarrollo económico.
La planificación es la racionalidad de la política de crecimiento en cuanto a la coherencia de los medios, los fines y los modos de realización. Los planes constituyen la materialización concreta de la planificación perseguida.

Condicionamientos de la planificación económica


Esta depende, y es distinta, del sistema económico que consideremos y del grado de desarrollo de los países. En los países con economías de mercado, la planificación es indicativa, en contraste con las economías centralizadas, que es vinculante.

Los diversos términos referidos a la planificación económica como voluntaria, coercitiva, obligatoria, normativa, etc., han inducido a errores. En este contexto hay que citar que el término planificación se ha antepuesto al de programación, según se tomara en consideración el período temporal a largo o a corto plazo, o bien que el primero implicara reformas estructurales y el segundo simplemente medidas de corrección de la actividad económica, sin efectuar cambios profundos. Finalmente, hay quien relacione el término con la forma de organización económica, pudiéndose así hablar de planificación sólo en países de economía centralizada, y de programación en los de economía de mercado.

En los países con economía de planificación imperativa, la consecución de los objetivos a menudo se ve dificultada por la actitud pasiva de los destinatarios del plan.

El comienzo de la planificación


En los países socialistas, la planificación económica comienza a partir de la Revolución Rusa de 1917 para unos sectores en concreto. La planificación con carácter global aparece con el primer plan quinquenal ruso de 1928, después de las etapas del comunismo de guerra y de la nueva política económica. En los países occidentales de economía mixta o de economía de mercado, la planificación económica aparece después de la segunda guerra mundial. En estos países, el pensamiento económico imperante se basaba en la actuación de un mecanismo regulador automático de la actividad económica, que era la célebre mano invisible con que Adam Smith decía que el hombre es conducido hacia la consecución de un fin que no entraba en sus intenciones.

Fue la crisis de 1929 la que cuestionó el ordenado y automático funcionamiento de las economías de mercado para alcanzar el equilibrio de la actividad económica, y la construcción teórica del economista inglés John Maynard Keynes la que, por una parte, nos explicaría como y por qué era posible que la situación económica no fuera el reflejo de la construcción teórica tradicional, y por otra, nos ofrecería los medios de acción, a través de la intervención del estado, en unas economías que a partir de ese momento se denominarían economías mixtas.

El segundo impulso planificador aparece en Francia a principios de 1960, en plena euforia desarrollista, y de este país se extendió a España, Italia, Bélgica y Gran Bretaña. En España comienza el primer plan en 1964, con el deseo de conseguir una ordenación y programación económicas con miras a la integración en los mercados europeos.

Desde la adecuada eficacia de la planificación, en los países de economía mixta, se plantea cual ha de ser el peso específico del sector público en el funcionamiento de la actividad económica. Otra cuestión importante por resolver en la planificación económica es el tiempo de duración de ésta y conseguir la adecuada armonización entre el corto y el largo plazo. Respecto a lo primero, los planes suelen tener una vigencia de tres a siete años; en cuanto a lo segundo, habría que considerar dos niveles:

a) El engranaje eficaz entre objetivos con medidas típicamente a corto plazo y objetivos a largo plazo

b) Cuestiones relacionadas con los aspectos financieros del plan, cuya vida es superior a la anual de los presupuestos del estado.
Sin una visión compartida, es decir, sin un proceso planificador participativo, lo más probable es que los planes no pasen de una mera declaración de principios, sin posibilidades reales de concreción efectiva.

Características y tipos de planificación económica


Entre los caracteres que se han de encontrar en todo proceso planificador podemos citar: coordinación, grado de intervención o centralización, previsión, enfoque global y normatividad. Parece evidente que la coordinación es algo implícito en todo proceso planificador, en el que los elementos que se consideren han de guardar las debidas relaciones y proporciones para conseguir los fines que se proponen. El grado de intervención o centralización debe estar determinado y define el sistema de planificación. En relación a la previsión, hay que anotar que es distinta a la predicción, pues ésta se asimila más una extrapolación, mientras que la primera implica un sesgo de adelantar el futuro. El enfoque global se refiere a la consideración de la totalidad de la realidad de que se trata.
Finalmente, el carácter de normatividad en la planificación recoge el planteamiento de “ lo que debe ser” frente a “lo que es” y que, en cierto sentido, da vida al proceso planificador.

Podemos considerar diversos tipos de planificación: según la duración, puede ser a corto, mediano o largo plazo; según el carácter vinculante, será imperativa o indicativa; por el nivel de decisión, tendremos planificación centralizada y planificación descentralizada, y en fin, por el espacio que considera, planificación sectorial, regional, nacional o supranacional.

La planificación social


El socialismo siempre ha mantenido que para conseguir el paraíso en la tierra había que cambiar la sociedad, empezando por sus normas y costumbres. Esta visión presupone la necesidad de dirigir la sociedad hacia el bien común sometiendo los fines individuales a ese gran proyecto. Lorenzo Infantino, en Ignorancia y libertad, discute esta concepción racionalista desde el liberalismo para defender que tanto las normas como las costumbres sociales y el mercado son el resultado espontáneo de la interacción entre los individuos: sin todo ello no puede sobrevivir ninguna sociedad.

El orden social es demasiado complejo para que una concepción determinada se imponga como verdad absoluta. Decir lo que deben hacer millones de personas implica coartar la libertad de los individuos e implica la posibilidad de que una mente pueda captar toda la información dispersa de la sociedad y manejarla de tal forma que coordine las acciones de todos. Esa coordinación, como señala Infantino, sólo puede ser espontánea y no dirigida. Dirigirla equivaldría a tratar a los humanos como animales carentes de juicio, cosa que resulta imposible.
En esta excelente explicación de cómo el orden social es claramente evolutivo y cómo el resultado de las acciones de millones de individuos genera resultados imprevistos, el autor compara Esparta con Atenas, Platón y Marx con Adam Smith, Hume y Hayek, en un brillante recorrido por la historia del pensamiento.

La planificación estratégica


Esta responde ala interrogante ¿Cómo alcanzamos los objetivos? Una vez que el planificador decide el ámbito, situación o problema que aspira modificar se traza un objetivo para conducir los procesos de cambio para luego, trazar la trayectoria de eventos necesarios en el tiempo para lograr tal propósito.

Al revisar la literatura administrativa y empresarial, los diferentes enfoques y definiciones, encontramos que en el área administrativa los aportes más importantes en relación con la estrategia fueron realizados por Chandel (1962), Andrwes (1977), Ansoff (1976), Hofer (1976) y Hofer y Shendel (1978).

Andrwes combinó los conceptos de Drucker y Chandler y definió la estrategia como el patrón de objetivos y metas de la empresa y de las políticas y planes esenciales para lograrlos, definiendo en que clase de negocios está o quiere estar la empresa y que clase de empresa es o quiere ser.
Ansoff, plantea la estrategia como como el lazo común entre las actividades de la organización y las relaciones producto –mercado, que define la naturaleza esencial de los negocios en que actúa la organización y los negocios que prevé para el futuro.

En la fase de diseño el actor-planificador debe plantear de manera creativa la solución de los nudos críticos seleccionados. Para ello debe planearse varias opciones y evaluarlas en función de su eficiencia resolutiva.

Definir el objetivo


El primer eslabón se refiere a la definición del objetivo global del plan operativo. Este objetivo debe corresponderse con la naturaleza de los problemas y causas analizadas así como las aspiraciones y expectativas organizacionales en el corto plazo. Este objetivo global debe contemplar cada uno de sus componentes de manera explícita. Esto es:

I. Compromiso de acción

II. Unidad operativa responsable

III. Indicador de gestión

Una vez que se ha definido el objetivo de la unidad operativa es necesario formular la micro-estrategia o aquel patrón de actuación fundamentado en el uso y aplicación de recursos a objeto de alcanzar el logro estimado.
David (1990) plantea cuatro estrategias básicas:

I. Estrategia Fortaleza/Oportunidades

II. Estrategia Fortaleza/Amenazas

III. Estrategia Debilidades/Oportunidades

IV. Estrategia Debilidades/Amenazas
Las operaciones directamente vinculadas a los procesos internos estarán integradas por:

I. Acciones relativas a cada uno de los pasos que componen el proceso

II. Identificación de metas de cada acción

III. Identificación de responsables

IV. Establecimiento de metas por acción

V. Fecha probable de inicio

VI. Formulación de un indicador de control de acción
Las operaciones que conllevan a levantar restricciones a los procesos conformados por acciones recurrentes estarán compuestas de:

I. Acciones de cambio planificado desagregadas de acuerdo a tareas dirigidas a modificar la situación restrictiva

II. Metas

III. Unidad ejecutora de las acciones

IV. Período de ejecución

V. Indicador de gestión

Las operaciones que implican incrementar la capacidad de respuestas o de producir cambios favorables en el entorno generalmente están constituidas por acciones que implican la inversión de recursos financieros. Como tal su viabilidad está en gran medida asociada a la inclusión presupuestaria de los recursos necesarios para su ejecución. Formulación de acciones que definan los tramos de proyectos de inversión o del proyecto total.

Determinación de los costos financieros del proyecto

Incorporación presupuestaria

Determinación del tiempo de ejecución

Fijación del responsable de la ejecución

Planificación económica en las economías de mercado


En los países de economía de mercado, o de economía mixta, se habla de planificación indicativa, recogiendo en este término la idea de ser vinculante u obligatoria para el sector público y dirigente e indicativa, mediante instrumentos adecuados, para el sector privado.

En realidad, el plan se concibe como un medio para eliminar la incertidumbre que para determinados hechos económicos aparece en las economías de mercado, tratando de ofrecer estabilidad y conocimiento de los acontecimientos, en el período de tiempo para el que es concebido.

La planificación indicativa no conlleva una intervención en todos los sectores ni en todo el ámbito territorial, y aunque así fuera no tiene por que llevarse a cabo con la misma intensidad.

El conocimiento de la realidad económica es necesario e imprescindible para una planificación eficaz. En estas economías, los instrumentos que suministran dichos conocimientos son las técnicas de la contabilidad nacional y el análisis input-output. La información obtenida permite conocer los puntos clave sobre los que se debe sobre lo que debe actuarse para conseguir los objetivos de la planificación perseguida.

Los países occidentales son todos deudores, en mayor o en menor grado, de la planificación francesa. El primer plan francés comprendió el período de 1947-50 y se basó en la idea original del economista A. Hirschman, del crecimiento desequilibrado. En estrecha relación con dicho crecimiento desequilibrado está la noción de polo de desarrollo, en la que se fundamenta la planificación francesa, ligada a la creencia en la eficacia de una iniciación del crecimiento concentrado en una zona determinada.

Planificación económica en los países socialistas


La planificación en los países socialistas es, para determinados autores la auténtica planificación económica.

Así como las planificaciones de economías de mercado se basan en la contabilidad nacional y en las tablas de insumo-producto, las de las economías centralizadas lo hacen en el llamado método de los balances materiales.

Uno de los graves problemas planteados para el funcionamiento de la economía de los países socialistas ha sido debido a que en ellos no rige el mercado como el eje central de la actividad económica, tal como ocurre en las economías occidentales. Al no existir las fuerzas determinantes de la oferta y la demanda, no se pueden reflejar adecuadamente ni los deseos de los consumidores ni los costes de producción, y en definitiva, no se llega a una distribución óptima de los recursos.

Von Mises, al final de la década de 1920 opinaba que la ausencia de precios de mercado hacía que en las economías socialistas el cálculo económico de los agentes productivos impracticable.

La postura doctrinal de Von Mises es continuada por Von Hayek y Robbins, quienes pondrían de manifiesto que la distribución racional de recursos sería posible teóricamente, pero no en la práctica.

Conclusión


La planificación económica es una de las especialidades más discutidas y en muchas ocasiones puesta en tela de juicio, sobre todo por sus alcances prácticos. La concepción mantenida por muchos académicos sobre la importancia originaria de la planificación económica le ha restado practicidad a la misma. La influencia académica sobre el sector público en este sentido ha sido exagerada, sobre todo en muchos países del tercer mundo, que aun ven la planificación coercitiva y vinculante como la mejor manera de organizar la sociedad económica. Lo ideal es que la misma se ejerza respetando las libertades económicas y principalmente la libertad a la iniciativa privada, y que el estado se dedique lo mínimo posible a interferir en las decisiones de los agentes económicos.

El sector público debe diseñar planes de corto, mediano y largo plazo, sobre todo en aquellas áreas en las que la participación privada no llega, respetando la planeación particular que cada agente de la producción diseñe y pretenda ejecutar. De tal manera, que la planificación económica debe ponerse en marcha bajo el concepto de planeación indicativa y estratégica, donde el sector público diseñe medidas eficientes de la administración de sus finanzas y permita el desenvolvimiento económico libre de la empresa privada.

Bibliografía


Fernández Arufe, Josefa Eugenia. Enciclopedia práctica de Economía. Ediciones ORBIS, S.A. 1985. Barcelona-España

Infografía
http://personales.com/venezuela/merida/gepsea/objestrat.htm
http://personales.com/venezuela/merida/gepsea/estrategias.htm
http://libros.libertaddigital.com/articulo.php/1276229848