La mayoría de
los padres de niños con Déficit de Atención (ADD), confrontan un
reto a diario en el control de la conducta de su hijo. Es interesante
notar que estos padres, como grupo, relatan experiencias muy similares
en relación con la educación de sus hijos.
Dentro del
hogar, la mayoría de los niños con ADD que son hiperactivos tienen
dificultades para cumplir las instrucciones de sus padres. Se frustran
con facilidad, interrumpen las conversaciones con frecuencia y suelen
tener conflictos con sus hermanos. Su poca tolerancia ante la
frustración, su estilo de dar respuestas impulsivas y su actitud más
bien exigente, pueden crear problemas con los amigos quienes los
considerarán dominantes e irritables.
Los niños con
ADD que son mayormente distraídos, en lugar de hiperactivos e
impulsivos, desesperan a sus padres, no tanto por lo que hacen sino más
bien por lo que no hacen. En este caso, los padres luchan con tareas
no terminadas, deberes olvidados, la lentitud y una desorganización
crónica. Con frecuencia se los describe como pasivos y tímidos en
sus relaciones, y pudieran necesitar aliciente constante para hacer
amistades.
El ADD pone a
prueba los límites de paciencia de la mayoría de los padres, y fácilmente
puede causar tensiones matrimoniales y familiares. En algunas
familias, la madre y el padre manifiestan diferencias significativas
en la manera de abordar el manejo de su niño con ADD, creando tensión
entre ellos y confusión en el niño.
Lamentablemente,
no existen respuestas sencillas para la educación de estos niños, ni
métodos mágicos que sean de una eficacia constante en el control de
su conducta. Sí tenemos sin embargo, los terapeutas de la conducta,
algunos consejos útiles para la educación infantil que pudieran
ayudarlo a encaminar bien a su hijo.
Varios estudios
sobre familias de estos niños con ADD, indican que los niños se
portan notablemente mejor cuando están en compañía del padre en vez
de con la madre. El hecho que se comporten mejor con los padres que
con las madres pudiera deberse al descubrimiento que los padres
tienden a aplicarle al niño las consecuencias de su conducta de forma
más inmediata, y tienen reacciones más punitivas a la conducta
impropia que las que suelen tener las madres.
Antes de pasar a
los principios de modificación de conducta que pudieran serle útiles
en controlar la conducta de sus hijos, es conveniente abordar primero
el tema de la reacción suya ante el hecho de que su hijo tiene, o
pudiera tener un trastorno de bajo nivel de atención. Para
relacionarse de una manera operativa con un niño con ADD, un padre
necesita aceptarlo con su problema. Aceptar al niño con ADD significa
reconocer el trastorno, comprender los efectos que esa alteración
tiene sobre la conducta y la adaptación del niño en el hogar, la
escuela y en situaciones sociales, además de buscar y aceptar la
ayuda especializada.
¿Cómo
reaccionan ante el diagnóstico?
Por lo regular,
los padres reaccionan al diagnóstico de ADD en una de las tres formas
siguientes: lo niegan, se resignan a soportarlo o lo aceptan.
Los
padres que lo niegan:
Los padres que
lo niegan generalmente reaccionan al diagnóstico de ADD con dudas,
desconfianza y algunas veces con cólera. Les resulta muy difícil
aceptar el hecho que su hijo pudiera tener alguna anomalía, y buscan
otras razones para explicar los problemas que confronta el niño.
Pudieran restarle importancia a la gravedad del problema: “es sólo
un niño”, “está todavía pequeño”, “eso se le quita cuando
crezca”. O pudieran atribuir las causas del problema a algún factor
externo: “es culpa de la escuela”, “la maestra la tiene tomada
con él”.
Los padres que
asumen la posición de negarlo tratan de demostrarle a los demás, así
como a ellos mismos, que su hijo no tiene realmente nada. Esto pudiera
crear tensión para todos en la familia. No modifican sus expectativas
con relación al niño, no se aplica un tratamiento al trastorno y el
niño sigue presentando problemas, lo que a su vez aumenta el grado de
frustración y ansiedad en el pequeño.
Toma tiempo para
que los padres superen la negación, para esto se requiere que
mantengan la mente abierta hacia los problemas que presenta su hijo.
Deben leer información sobre al ADD, asistir a reuniones de grupos de
apoyo, hablar con otros padres de niños con ADD y escuchar las
opiniones de los profesionales especialistas en el tema.
Los
padres que se resignan a soportarlo:
Los padres que
se resignan a soportarlo sólo aceptan a medias el diagnóstico de ADD
de su hijo. Estos padres tienden a oscilar entre la negación y la
aceptación, dudando internamente de la capacidad de su hijo para
controlar su conducta. Los padres que adoptan esta actitud toleran la
conducta impropia de su hijo hasta un punto, pero con frecuencia esta
tolerancia disminuye y niegan temporalmente el hecho que muchos de los
síntomas básicos del trastorno simplemente no están bajo el control
voluntario del niño.
Esto conduce a
menudo que los padres demuestren una conducta agresiva o demasiado
coercitiva, así como a que subestimen la naturaleza del trastorno.
Los
padres que lo aceptan:
Los padres que
lo aceptan generalmente reciben el diagnóstico de ADD con algún
temor, además de un sentido de alivio. Estos padres, al igual que los
otros padres antes mencionados, siempre han intuido que algo no andaba
bien con su hijo pero no estaban seguros de qué era. Los padres que
aceptan el problema “enfrentan su solución” buscando más
información sobre el trastorno. Observan a su hijo para encontrar síntomas
que confirmen la presencia del trastorno y confían en que un diagnóstico
preciso conducirá a un tratamiento eficaz. Los padres que asumen la
posición de aceptación, ven a su hijo como alguien que tiene un
problema, y no como alguien que es un problema.
Recursos
para controlar la conducta de los hijos.
La conducta de
un niño puede ser el resultado de múltiples factores. El
temperamento y las capacidades congénitas, la edad y la etapa de
desarrollo, los valores transmitidos por los padres, los métodos de
disciplina utilizados por éstos y la adaptación emocional del niño
pueden desempeñar un papel fundamental en determinar como éste se
conduce e interactúa con los demás. Conociendo todo lo anterior se
exponen a continuación herramientas para ayudar a los padres a
controlar la conducta de sus hijos con ADD.
1) Asumir
la actitud correcta
2)
Utilizar el refuerzo positivo
3)
Utilizar la comunicación asertiva
4) Utilizar
adecuadamente el tiempo fuera y el castigo conductual.
5) Permitirle
opciones al niño
6) Utilizar
los programas de distintivos y economía de fichas.
Educar a un niño
con ADD no es tarea fácil, no se desanime. Conozca los límites de su
hijo, sus debilidades y fortalezas. Infórmese sobre las técnicas de
modificación de conducta y únase a un grupo de apoyo de ADD.
Consulte a los profesionales especialistas en el área. Y sobre todo
recuerde que usted no está solo
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