EVA
(mama de Fernando):
Soy mamá de
un niño de 11 años con trastorno por déficit de atención (TDA), lo
cuál es una gran bendición, BENDICIÓN, porque Dios nos ha dado
a mí familia y a mí la oportunidad de amar y cuidar a un niño
muy especial y valioso que merece toda nuestra admiración y respeto.
Por supuesto no ha sido fácil, ha sido un largo peregrinar lleno de
angustias, lleno de soledad (pues como madres podemos tener cariño de
los demás pero no empatía), lleno de preocupación e
incertidumbre.
Las manifestaciones de Fernando empezaron en primaria, cuando un buen día
llegó el momento en que maestra le pegó de desesperación.
Desgraciadamente ha sido manejado así en muchos casos,
porque poca gente sabe del TDA
Después empezamos con las dificultades al tratar de hacer una letra
bonita, al tener hábitos de orden y permanecer callado y sentado
en el salón de clase; pero por otro lado, yo veía que él tenía una
gran capacidad para entender o investigar cosas que iban más allá
de su edad.
El pediatra me recomendó ir con un psicólogo, quién le hizo una
evaluación; algunas áreas de su CI (coeficiente intelectual) estaban
disparadas, es decir que era más desarrollado de lo normal para su
edad.
Empezamos
entonces con terapias emocionales, después otras de aprendizaje, pero
yo no veía mejoría alguna, y algo dentro de mí me decía que había
una cuestión diferente.
Una nueva psicóloga me pidió ir al neurólogo lo cuál me asustó
enormemente, pero por supuesto mi esposo y yo decidimos llevar a
Fernando, le hicieron algunas pruebas y el diagnóstico
final fue TRASTORNO POR DEFICIT DE ATENCION ( TDA/H), lejos
de sentir tristeza, estaba feliz, por fin sabía que no estaba loca. que
no estaba exagerando, por fin el problema tenía un nombre,
así nos explicaron que aunque el camino no es fácil, hay hacia donde
caminar.
Empecé a leer, a preguntar dudas al doctor y Fer comenzó a tomar
medicamentos, cosa que nos llevó a mi esposo y a mi a valorar entre los
efectos colaterales que le traían, como la falta de apetito, disminución
de talla y peso etc. y el beneficio que le traían los mismos como, la
oportunidad que le costara menos trabajo "vivir"
Después de altas y bajas, hoy tenemos finalmente una
escuela que apoya a Fer. El sigue con sus terapias de aprendizaje
y emocionales, por fin tenemos un neurólogo al que le tenemos gran
confianza a la que asistimos con regularidad, y continúa con los
medicamentos. El haber podido entrelazar todo esto ha dado como
resultado el poder tener una familia unida, y en especial a Fer le esta
dando un soporte para sobrellevar la situación que él vive.
En nuestro andar, también hemos encontrado gente muy valiosa que nos ha
ayudado como Lula y Edith quienes son sus maestras. Ellas nos
ayudaron avanzar un gran tramo, con ellas he llorado de felicidad, al
ver muchos avances y sobre todo porque han dejado a Fernando ser él
mismo y ser feliz, ¡mil gracias!
Yo como mamá trato de no
preocuparme sino de ocuparme de lo que se va necesitando, trato de no
centrar mi atención en él solamente, necesito "dividirla"
entre mis tres hijos. Trato de canalizar mi tensión confiando en Dios
pues creo firmemente que Él tiene destinado algo muy importante para
Fer.
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