Juan Capítulo 4

Juan 4:1-3 DE manera que como Jesús entendió que los Fariseos habían oído que Jesús hacía y bautizaba más discípulos que Juan, (Aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos), Dejó á Judea, y fuése otra vez á Galilea.

El Ruach HaKodesh entra en nuestro cuerpo (templo) como la gloria de la Shekinah que habitó en el Templo.

Nosotros debemos de sumergirnos después de haberle aceptado a El como un acto externo de obediencia a El, siendo ésta una declaración pública de un cambio interior. Nosotros estamos muertos a la maldición del pecado y vivos en Yeshua HaMashiach.

El sumergirnos bajo el agua es un gesto simbólico de una demostración de la declaración pública nuestra muerte, entierro y resurrección con Yeshua.

La inmersión en el agua es una señal de obediencia a Di-s después de la salvación. El no requiere el bautismo por inmersión para que seamos salvos porque esto representaría volver a las obras.

Las Escrituras afirman:

Efesios 2:8 "Somos salvos por la GRACIA por medio de la fe, y esto no de vosotros pues es donde de Di-s. No por obras para que nadie se gloríe".

En 1 Corintios 1:17, Shaul (Pablo) afirma:

"No me envió el Mesías (Cristo) a bautizar, sino a predicar el evangelio".

Shaul convirtió a los gentiles a la fe de Abraham, Isaac y Jacob. El pueblo judío no está convertido y la fe completa de la persona judía se completa aceptando a Yeshua como su Mesías. Un gentil no reemplaza a Israel convirtiéndose en creyente ni se convierte en una de las tribus. Un indio que se convierte en creyente no puede continuar con algunas de sus culturas debido a que una parte de la religión india está mezclada con el paganismo. Esto es algo que digo con el propósito de mostrar la verdad tal y como es, no porque tengamos nada en contra de los indios. Debemos de amarlos y el hacerlo es ser fieles a la verdad. La cultura judía seguía al Di-s verdadero de Abraham, de Isaac y de Jacob. De modo que el ver a Yeshua como el Mesías y ver Su deidad no debiera de ser algo tan extraño para nosotros porque hay pasajes que describen al Mesías viniendo en las nubes con poder. Una persona en la cual no hay engaño debiera, como es natural, investigar la posibilidad de que Yeshua es el Mesías y tuvo que sufrir de la misma manera que lo está haciendo Israel debido a que Israel es una figura del Mesías.

Sin embargo, esto es algo que dijo debido a que los miembros estaban recreándose por las personas a las que bautizaban (por inmersión) y Pablo dijo que se alegraba de haber bautizado solo a unos pocos. El no estaba yendo en contra del hecho de la inmersión, lo que deseaba era que las personas entendiesen que Yeshua, no los hombres, es el que realmente les está bautizando y eso es importante. Si el hubiese pensado que el bautismo era necesario para nuestra salvación, ¿no cree usted que hubiese bautizado a todos? Algunos vienen al Mesías en su lecho de muerte, sabiendo que ese es el momento para hacerlo o la pérdida será eterna.

Juan 4:4-7 Y era menester que pasase por Samaria. Vino, pues, á una ciudad de Samaria que se llamaba Sichâr, junto á la heredad que Jacob dió á José su hijo. Y estaba allí la fuente de Jacob. Pues Jesús, cansado del camino, así se sentó á la fuente. Era como la hora de sexta. Vino una mujer de Samaria á sacar agua: y Jesús le dice: Dame de beber.

Cuando los asirios se llevaron a la mayoría de las 10 tribus del norte en cautividad muchas personas que no eran judías se trasladaron a la región. Muchos de los judíos que quedaban se casaron con personas que no eran judías, formando grupos de personas conocidas como los "samaritanos".

Yeshua viajó al norte desde Judea a Galilea. Optó por pasar por el terreno montañoso de Samaria. Muchas personas judías evitaban Samaria y no se relacionaban con los samaritanos.

Yeshua se detuvo junto al pozo de Samaria al mediodía (la hora sexta) y una mujer fue al pozo a sacar agua. La mayoría de las mujeres normalmente no iban a sacar agua en el calor del día, sino que acostumbraban a ir por la mañana o por la noche, cuando hacía más fresco. Esto nos dice que debido a su estilo de vida ella no era "una de las muchachas" y por eso fue sola.

Yeshua le pidió que le diese de beber, que según nuestra manera de pensar nos parece una petición perfectamente natural, pero en aquella cultura eso era algo totalmente inusitado. El que un hombre judío le dirigiese la palabra en público a una mujer, cuanto más pedirle a ella, a una samaritana, que le diese agua era decididamente una infracción de la rígida costumbre social, así como algo que se apartaba totalmente de la animosidad social entre los dos grupos. Es más, un "rabino" y dirigente religioso no mantenía conversaciones con mujeres de mala fama.

Juan 4:8 (Porque sus discípulos habían ido á la ciudad á comprar de comer.)

Los discípulos de Yeshua habían ido a comprar alimentos. Lo cual nos indica que no acostumbraban a seguir algunas de las normas impuestas por aquellas personas que seguían una costumbre judía mucho más estricta, de modo que no hubiesen estado dispuestas a comer alimentos que hubiesen sido manipulados por los samaritanos que eran unos descastados.

Juan 4:9-10 Y la mujer Samaritana le dice: ¿Cómo tú, siendo Judío, me pides á mí de beber, que soy mujer Samaritana? porque los Judíos no se tratan con los Samaritanos. Respondió Jesús y díjole: Si conocieses el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber: tú pedirías de él, y él te daría agua viva.

Yeshua le dijo que si ella supiese con quién estaba hablando le pediría a él "agua viva".

En Jeremías 2:13 leemos las palabras del Padre:

"Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen el agua".

Fíjese usted que habla acerca de Sí mismo como "la cisterna de agua viva".

Zac 14:8 Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalem aguas vivas; la mitad de ellas hacia la mar oriental, y la otra mitad hacia la mar occidental, en verano y en invierno.

Ezequiel 47:9 Y será que toda alma viviente que nadare por donde quiera que entraren estos dos arroyos, vivirá: y habrá muy muchos peces por haber entrado allá estas aguas, y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entrare en este arroyo.

La metáfora del Tanaj habla acerca del conocimiento de Di-s y Su gracia, que provee limpieza y vida espiritual, así como el poder transformador del Ruach HaKodesh.

¿Cuál es el don de Di-s? La vida eterna.

Yeshua utiliza la necesidad de agua en esta tierra desierta para simbolizar la necesidad del "agua viva".

Juan 4:11-14 La mujer le dice: Señor, no tienes con qué sacar la, y el pozo es hondo: ¿de dónde, pues, tienes el agua viva? ¿Eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dió este pozo, del cual él bebió, y sus hijos, y sus ganados? Respondió Jesús y díjole: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá á tener sed; Mas el que bebiere del agua que yo le daré, para siempre no tendrá sed: mas el agua que yo le daré, será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

El agua sustenta la vida como lo hizo para Moshe en la peña de Horeb. El golpeó esta roca para recibir esta agua en una manera semejante a como Yeshua fue golpeado para traer vida eternal a los que le recibiesen.

Solo Yeshua satisface esta sed espiritual.

Salmos 42:1 COMO el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.

Juan 4:15-18 La mujer le dice: Señor, dame esta agua, para que no tenga sed, ni venga acá á sacar la. Jesús le dice: Ve, llama á tu marido, y ven acá. Respondió la mujer, y dijo: No tengo marido. Dícele Jesús: Bien has dicho, No tengo marido; Porque cinco maridos has tenido: y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad.

¿Cómo sabía Yeshua esto? Di-s lo sabe todo acerca de lo que hacemos y nada de lo que hacemos es oculto para él, pues El sabe incluso el número de cabellos que hay en nuestra cabeza.

Mateo 10:30 Pues aun vuestros cabellos están todos contados.

Juan 4:19-21 Dícele la mujer: Señor, paréceme que tú eres profeta. Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalem es el lugar donde es necesario adorar. Dícele Jesús: Mujer, créeme, que la hora viene, cuando ni en este monte, ni en Jerusalem adoraréis al Padre.

Los samaritanos solo reconocían la Toráh, mientras que el pueblo judío tenía una revelación completa de El en el Tanaj.

Juan 4:22-24 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos: porque la salud viene de los Judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

Nosotros podemos adorar al Padre en cualquier lugar por medio del Ruach HaKodesh y de la verdad.

¿Qué es la verdad? Yeshua HaMashiach

Di-s es Espíritu. (Aba es Espíritu)

Juan 4:25-26 Dícele la mujer: Sé que el Mesías ha de venir, el cual se dice el Cristo: cuando él viniere nos declarará todas las cosas. Dícele Jesús: Yo soy, que hablo contigo.

Yeshua (Jesús) le dijo: "Yo soy, el que habla contigo".

El versículo se traduce del griego de la siguiente manera:

"dícele Yeshua, "YO SAOY" hablándote a ti.

(Véase también Juan 8:58, Exodo 3:14)

Yeshua declara El mismo ser Di-s y el Mesías en este versículo y también nosotros debemos declararle a El.

Juan 4:27-30 Y en esto vinieron sus discípulos, y maravilláronse de que hablaba con mujer; mas ninguno dijo: ¿Qué preguntas? ó, ¿Qué hablas con ella? Entonces la mujer dejó su cántaro, y fué á la ciudad, y dijo á aquellos hombres: Venid, ved un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho: ¿si quizás es éste el Cristo? Entonces salieron de la ciudad, y vinieron á él.

Entonces, dejando su cántaro de agua, la mujer regresó a la ciudad y le dijo a las gentes: "Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será este el Mesías (el Cristo)? Entonces salieron de la ciudad y vinieron a El.

Cuando la mujer regreso a la ciudad no fue a las mujeres, sino a los hombres y les dijo: "Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho". Teniendo en cuenta la reputación de ella debió de obtener la inmediata atención de aquellos hombres y hasta es posible que algunos hubiesen tenido relaciones con ella en el pasado.

Juan 4:31-32 Entre tanto los discípulos le rogaban, diciendo: Rabbí, come. Y él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis.

Yeshua no estaba hablando acerca de comida, desde el punto de vista literal. El dijo: "Yo soy" el pan de vida.

Juan 4:33 Entonces los discípulos decían el uno al otro: ¿Si le habrá traído alguien de comer?

Nosotros hacemos la voluntad de Yeshua y hacemos la voluntad de Abba (el Padre).

Existe un periodo de tiempo de 4 meses de duración entre Pentecostés y la Fiesta de las Trompetas, que es simbólico de la Era de la Iglesia o si usted prefiere el término Sinagoga, descrito en Apocalipsis 2 y 3.

Desde el punto de vista oficial duró todo el verano, que es la estación del crecimiento.

Juan 4:34-38 Díceles Jesús: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. ¿No decís vosotros: Aun hay cuatro meses hasta que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos, y mirad las regiones, porque ya están blancas para la siega. Y el que siega, recibe salario, y allega fruto para vida eterna; para que el que siembra también goce, y el que siega. Porque en esto es el dicho verdadero: Que uno es el que siembra, y otro es el que siega. Yo os he enviado á segar lo que vosotros no labrasteis: otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores.

Nosotros, la iglesia (sinagoga) o asamblea somos los que hemos sido "llamados a salir", los obreros en el campo trabajando por el Señ-r.

Había llegado el tiempo de ver al Mesías y estar completo y a nosotros nos toca recoger la cosecha, confiando fielmente en Yeshua HaMashiach.

Juan 4:39-40 Y muchos de los Samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio, diciendo: Que me dijo todo lo que he hecho. Viniendo pues los Samaritanos á él, rogáronle que se quedase allí: y se quedó allí dos días.

Fueron muchos los samaritanos que creyeron.

Tal vez los dos días sean simbólicos de la era de la iglesia, que dura aproximadamente 2.000 años.

Juan 4:41-42 Y creyeron muchos más por la palabra de él. Y decían á la mujer: Ya no creemos por tu dicho; porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.

Los samaritanos declararon que Yeshua era el Mesías, el Salvador del mundo.