Apocalipsis 1:9-20 "Yo, Juan, vuestro hermano y compañero en la tribulación, en el reino y en la perseverancia de Y'shua HaMashiach (Jesucristo), estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Di-s y del testimonio de Y'shua HaMashiach (Jesucristo). Estando yo en el Espíritu, en el día del Señ-r, oí detrás de mi una gran voz, como de trompeta, que decía: “Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. Me volví para ver la voz que hablaba conmigo. Y vuelto, vi siete candelabros de oro, y en medio de los siete candelabros a uno semejante al Hijo del hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y tenía el pecho ceñido con un cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego. Sus pies eran semejantes al bronce pulido, refulgentes como en un horno, y su voz como el estruendo de muchas aguas. En su diestra tenía siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos y su rostro era como el sol cuando resplandece con toda su fuerza. Cuando lo vi, caí a sus pies como muerto. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: “No temas. Yo soy el primero y el ultimo, el que vive. Estuve muerto, pero vivo por lo siglos de los siglos, amen. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades. Escribe, pues, las cosas que has visto, las que son y las que han de ser después de estas. Respecto al misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candelabros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candelabros son las siete iglesias”.
Aquí nos enteramos de por qué Juan se encontraba en la Isla de Patmos. Juan había sido exiliado a Patmos debido a que había estado predicando y enseñando acerca de Y'shua.
Para hacer una paráfrasis de esto, Juan está diciendo: "Fui transportado por el Espíritu Santo al futuro, al "Día del Señ-r".
En Juan 21:22-24 "Y'shua (Jesús) le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo vuelva, ¿qué a ti? ¿y qué de este? Sígueme tú. Se extendió entonces entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no moriría. Pero Y'shua (Jesús) no le dijo que no moriría, sino: “Si quiero que él quede hasta que yo vuelva, ¿qué a ti?” Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero".
En un sentido Juan se quedó (o permaneció) hasta el regreso de Y'shua porque Juan fue trasportado al futuro con el fin de que presenciase el "Día del Señ-r".
Oyó una voz como de trompeta. En el Tanaj (Antiguo Testamento) se usaba la trompeta como una llamada a la adoración y también una llamada a la guerra. La trompeta se relaciona además con el "Día del Señ-r". Véase Sofonias 1:14-16.
Este es Y'shua e instruye a Juan que escriba a las 7 iglesias (grupos de creyentes) que se hallaban en la parte del este de Turquía y representaban a todos los creyentes.
El número 7 representa "algo que está moralmente completo". El oro representa la justicia y los 7 candelabros simbolizan a las 7 iglesias (o grupos de creyentes). De modo que las 7 menorahs de oro simbolizan a la iglesia en toda su plenitud y perfección aquí en la tierra. La iglesia verdadera, formada tanto por creyentes judíos como gentiles, es perfecta y sin mancha ni arruga. (Véase Efesios 5) Los candelabros iluminaban, que es la principal función de la iglesia (los creyentes). El aceite de oliva implica o es un símbolo del Ruach HaKodesh (el Espíritu Santo) dando testimonio.
Más adelante describe a las Siete iglesias a la vez y creemos además que representa a las diferentes Iglesias a lo largo de los siglos, acabando con la última edad de la iglesia en la actualidad.
Y'shua camina en medio de la Menorah asegurándose de que continua iluminando a las iglesias, lo cual es simbólico del Ruach HaKodesh (Espíritu Santo).
A continuación encontramos una descripción de Y'shua. Cada una de las partes de la descripción representa o simboliza algo.
El título "Hijo del hombre" enfatiza Su humanidad y su personalidad mesiánica.
El hecho de que el vestido le llegase a los pies es algo que explica las prendas que llevaban puestas tanto el Sumo Sacerdote como el juez. (Véase además Ex. 28:2)
El cinto de oro que llevaba en el pecho simboliza Su justicia y Fidelidad.
Sus cabellos blancos simbolizan Su pureza y perfección.
Sus ojos como llama de fuego, penetran y buscan para exponer el pecado.
Su rostro refulgente es muestra de la gloria de Di-s.
Sus pies como de bronce son un símbolo de juicio (El altar de bronce y otros objetos de bronce relacionados con el sacrificio por el pecado.)
Su voz como el estruendo de muchas aguas nos habla acerca de Su autoridad.
La espada de dos filos que sale de su boca nos dice que Di-s juzgará por medio de la fuerza de Su palabra. El no usa nunca sus manos ni ninguna otra parte de su cuerpo, solo Su palabra, solo habla.
Y'shua viene para recibir el poder y la autoridad sobre el mundo entero. Juan cayó a Sus pies como muerto, plenamente consciente de su estado de pecado ante el Di-s Todopoderoso, cayendo por causa del temor y la reverencia.
La descripción de nuestro Señ-r es algo que hace que me sienta humilde. ¡Qué asombroso y digno de reverencia es para mi! ¡Qué impresionante y Santo es Nuestro Señ-r! No quisiera ser merecedor de Su ira y es un consuelo saber que no tenemos que temer Su ira. Pero, sin embargo, sí habremos de ser juzgados respecto a las recompensas que podamos recibir.
Y'shua le dijo que no tuviese ningún temor. El hecho de que el Mesías le tocase tranquilizó sus temores y Juan pudo recibir la revelación.
Y'shua recordó a Juan que El había estado muerto, pero vivía eternamente. Le dice a Juan que tiene las llaves de la muerte y del infierno, lo cual nos dice que El es soberano sobre la muerte física así como sobre el Infierno, la muerte espiritual. Por medio de su muerte y su resurrección, Y'shua obtuvo de Satanás cualquier autoridad que el demonio pudiese haber tenido sobre la muerte.
A Juan se le instruye que escriba acerca de las cosas que ha visto (capítulo 1), las cosas que son (capítulos 2 y 3), aquellas cosas que habrán de suceder en el futuro (capítulos 4 a 22).