"...Declaro
tambien que ni en la vida publica ni en la privada he abrigado odio
ni malas pasiones contra ninguna persona.
Si en las agitaciones politicas he tenido alguna vez resentimientos,
estos nunca me llevaron a perjudicar a mis adversarios u opositores,
ni en sus personas ni en sus bienes.
Y aconsejo a mis hijos que, si llegan a tomar parte en los acontecimientos
politicos del pais, sean siempre tolerantes y moderados en sus opiniones
y procedimientos".
(Del
testamento de don Bernardo de Irigoyen de la parte redactada el
19 de febrero de 1891). |