Amanecer del Hombre
Oriente Antiguo
Grecia
Roma
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IMPERIO ROMANO
Desde los Julio
Claudianos hasta los Severos
LA DINASTÍA
JULIO CLAUDIANA
Tiberio
puso en todo su empeño en gobernar de la mejor forma y tranformó el
principado en una institución permanente. Pero su desconfiada reserva
facilitó la promoción del perfecto del Pretorio (jefe de la guardia
imperial), Seyano, quien convirtió en un cuasi-regente.
Su sobrino Calígula, el ultimo emperador emparentado con Augusto,
transformó el poder en un enajenado y cruel “delirio de grandeza”. Fue
eliminado por el Senado y la guardia pretoriana, que inició así su
funesta tradición de entronizar y deponer reyes.
Los pretorianos
designaron emperador a Claudio, tío de Calígula, cuyo gobierno fue
ejemplar, aunque se vio ensombrecido por las acciones de sus esposos: la
procaz Mesalina y la conspiradora Agripina, quien lo asesinó. Con él se
inició el encumbramiento de los libertos, que tomaron las riendas de la
administración pública.
La
llegada al poder del adolescente Nerón, hijos de Agripina, fue anunciada
como una edad de oro. De hecho, en los primeros cinco años pareció
cumplirse, gracias a la regencia e influencia de Séneca, filósofo
estoico y preceptor de Nerón. Pero, una vez asumido el poder, este
instauró un régimen de terror que se inició con el asesinato de su
propia madre. Acusado de incendiar Roma, Nerón trasladó la culpa a los
cristianos e inició su persecución. El ejercito y el Senado se rebelaron
y Nerón se hizo matar.
LA DINASTÍA FLAVIA
Después
de varias luchas civiles, alcanzó con la victoria el jefe del ejército
de Oriente, Flavio Vespasiano, cuyo hijo Tito sometió a los judíos y
destruyó el templo de Jerusalén en el año 70.
Con
Vespasiano, creció el poder de la burguesía, de los caballeros y de las
provincias. Además, restauró as finanzas del imperio, recuperó las
tierras públicas, organizó la explotación económica de Egipto y eliminó
las ruinas dejadas por Nerón en Roma con la construcción del Coliseo y
el templo del Capitolio. Lo sucedieron sus hijos Tito y Domiciano. El
corto y fecundo gobierno de Tito, que suprimió la pena de muerte y
respetó el poder del Senado, coincidió con la erupción del Vesubio (que
destruyó Pompeya), con un catastrófico incendio en Roma, de tres días de
duración y con una epidemia de peste.
Domiciano,
quien al principio de su reinado desarrolló una buena administración y
tuvo importantes iniciativas en política exterior, como la conquista de
los Campos Decumates, fue criticado por su megalomanía posterior y por
la adopción de ritos orientales. Sus edictos comenzaban con las
palabras: “Vuestro señor y dios os ordena...”, en oposición con el ideal
estoico de gobierno ampliamente difundido en aquel tiempo. Fue
asesinado por los pretorianos.
LOS
EMPERADORES ADOPTIVOS.
Muerto
Domiciano, el Senado coronó al anciano senador Nerva, en cuyo gobierno
se impuso la filosofía de los estoicos, que dice que el emperador debe
adoptar y elegir como sucesor al mejor. Casi siempre este fue de origen
no romano, como Trajano, oriundo de Hispania, quien pese a la
desconfianza inicial, tuvo durante su mandato un gran respeto por el
Senado.
Su
sucesor Adriano, también de Hispania, fomentó los valores griegos contra
la orientalización del imperio y mejoró las condiciones de vida del
pueblo, incluidos los esclavos.
Lo
sucedió Antonio Pío, quien proporcionó al imperio el periodo de paz
interior más prolongado de toda la época imperial. A su muerte, le legó
al Estado su inmensa fortuna.
Por el
contrario, su sobrino y heredero, Marco Aurelio, afrontó una guerra de
varios años en Armenia y Mesopotamia. Los marcomanos alcanzaron el
Adríatico, y los godos, lombardos y vándalos, se pusieron en movimiento
ante la presión de los pueblos de las estepas. Marco Aurelio derrotó a
los germanos hasta la muerte en Viena. Con él concluyó el reinado de los
buenos emperadores.
Su hijo
Comodo, perezoso y degenerado, renunció a la ofensiva contra los
germanos. Para ganar la aceptación del pueblo, fomentó el culto a isis y
Baal, dioses orientales, y se proclamó dios-emperador. Los pretoriano
vuelven a entrar en escena, asecinan a Comodo cuando entraba al coliseo
para luchar como gladiador.
LOS SEVEROS
Los
pretoriano dieron el gobierno al africano Septimio Severo. El nuevo
emperador, fácilmente manejables y rodeado de astutos consejeros,
persiguió al Senado, que no había apoyado su candidatura y depositó su
confianza en sus soldados, a quienes ofreció riquezas y la posibilidad
de escalar los más altos puestos.
Su hijo
Caracalla asesinó a su hermano Geta para conseguir el trono y persiguió
violentamente a sus partidarios. Intentó ganarse el favor popular
odenando construir termas públicas en Roma, pero murió tras haber
gobernado con el terror.
Su
sucesor, Heliogábalo, puso a su abuela Julia Mesa a cargo del poder,
mientras él se ocupaba de orientalizar Roma con el culto al sol. Creó un
senado de mujeres y finalmente fue asesinado, junto a su madre, por
orden de su abuela. |