SEMINARIO AVANZADO
DE FORMACION DE COMPETENCIAS DE INVESTIGACION
DOCTORANDO HOLANDA DE QUIJADA
Evaluación Del
Impacto De Las Técnicas Gerenciales Validadas En El Mundo Empresarial En El
Desempeño Organizacional De Las Instituciones De Educación Superior
Resumen
Este trabajo propone desarrollar una metodológia a la evaluación del impacto de técnicas gerenciales validadas en el mundo empresarial en el desempeño organizacional de las instituciones de educación superior. En tal sentido, la combinación de los referentes teóricos referidos a técnicas gerenciales, desempeño y organizaciones complejas provee una nueva concepción metodológica para abordar la evaluación de organizaciones del conocimiento como son las universidades. Se considera que el avance de la sociedad del conocimiento impone un cambio en el contexto en que operan estas organizaciones pero en ningún caso cambia el rol asignado por la sociedad respecto a su construcción. Del mismo modo, las organizaciones universitarias demandan técnicas gerenciales que son provistas o tomadas de organizaciones empresariales, las cuales en naturaleza, objetivos, funcionamiento e interacción con el entorno difieren significativamente de las primeras. Allí surge un primer cuestionamiento a su efectividad organizacional. De otro lado, se aborda el sentido del uso o aplicación de las técnicas gerenciales; estas no operan en un estado de aislamiento organizacional. Por el contrario, asumen un sentido y sobre todo cumplen o estiman cumplir una misión dentro de las organizaciones complejas y de conocimiento, como las universidades. Ese sentido y misión se asocian, en la definición del tema de tesis doctoral, con el desempeño organizacional de las universidades. Sentido y misión procuran a grandes rasgos un incremento en la competitividad o en la mejora de procesos, en la eficiencia del uso de recursos, entre otros beneficios esperados. Por ello al cuestionamiento inicial se une un segundo aspecto, referido a si los resultados obtenidos en términos de desempeño organizacional por la aplicación de técnicas gerenciales originadas en el mundo empresarial resultan satisfactorios en los términos esperados. Las universidades como organizaciones complejas son consideradas, además, como organizaciones de conocimiento. En ellas coexisten lo administrativo y lo académico, resultando difícil separar los procesos asociados a cada uno de estos ámbitos. Como supuesto empírico, es posible que la gestión de lo administrativo opere adecuadamente con técnicas gerenciales y que ocurra lo contrario con la gestión académica. Igualmente, es posible que como organizaciones complejas la dificultad de separación de lo administrativo de lo académico imponga limitaciones al desempeño organizacional resultante de la aplicación de técnicas gerenciales. También es posible que la aplicación de las técnicas produzca mejores resultados por razones originadas en el hecho de ser organizaciones de conocimiento. Por ello se pretende, finalmente, aproximar una metodología de evaluación del uso e impacto de técnicas gerenciales en instituciones universitarias a la luz del desempeño organizacional resultante como vía para resolver las interrogantes planteadas.
Palabras clave: Universidad, metodología de
evaluación, organizaciones complejas, desempeño organizacional, sociedad del
conocimiento, organizaciones del conocimiento, tecnicas gerenciales.
El Problema
Existen muchos
planteamientos donde se reconoce la transición de la sociedad industrial, a la
sociedad de la información y mas recientemente a la sociedad del conocimiento.
Igualmente, existe un punto común de acuerdos acerca del rol fundamental que juegan
las instituciones de educación superior, no solo en su construcción sino
también en los procesos sociales vinculados a la sociedad del conocimiento.
El avance de la sociedad
del conocimiento representa un cambio en el contexto de la educación superior
que ejerce mucha influencia sobre el funcionamiento de las universidades (Comunidad
Europea, 1995, 1997, 2003). La discusión acerca del desarrollo de la educación
y específicamente de la educación superior, ha estado latente desde el siglo
XIX cuando las universidades se dispusieron a dar respuesta a las nuevas
demandas de la era industrial.
En ese período, se empieza
a percibir claramente que ese desarrollo tecnológico sólo es posible si se
dispone de recursos humanos altamente cualificados. En la sociedad del
conocimiento, a diferencia de la sociedad industrial, se considera que son el
conocimiento y la tecnología, y no ya la mera producción industrial, los
elementos de mayor impacto para el desarrollo económico y social de las
sociedades.
En una sociedad de organizaciones, asentada
crecientemente en la racionalización y la burocracia, el trabajo especializado
se constituyó como su insumo funcional más importante. La reforma de la
universidad, de manera ya muy clara a partir
del siglo XIX, se fundamentó en la idea de orientar la educación
profesional hacia problemas relacionados más directamente con las necesidades
de la industria, el trabajo y la vida cotidiana, y no sólo con cuestiones del
espíritu y la estética. Se perfilaba cierto pragmatismo utilitarista que
buscaba relacionar los servicios educativos proporcionados por las escuelas
profesionales de la universidad, con las necesidades más específicas de la
economía y la sociedad, y con la vocación práctica de los individuos, ayudando
así a resolver los problemas de las empresas y la producción industrial (Jones,
1915).
Este hecho, unido a otros no menos importantes, como
los cambios en la demanda de estudios universitarios, la introducción de las
tecnologías de la información en el ámbito académico y la creciente competencia
en la actividad investigadora, ha llevado a los miembros de la comunidad
universitaria y de educación superior en general y a los gestores de las
instituciones en particular, a introducir técnicas importadas del mundo de la gestión
empresarial para aumentar la competitividad de sus instituciones (UPC 1999).
Al
referirse a técnicas se alude directamente a técnicas gerenciales o de apoyo a
los procesos administrativos que operan en estas particulares organizaciones.
Podemos decir que los Modelos Gerenciales son estrategias de gestión operativa de administración (Gilbreath 1997) que se utilizan para direccionar el sistema estratégico de una empresa
u organización, tanto como para impulsar sus procesos internos y obtener de
manera eficiente los productos con los que interacciona con el entorno.
(Ibarra, 2003) considera que los Rectores deben
gobernar a las universidades como si fuera una gran empresa, “utilizando todo
el herramental técnico que les proporciona la gestión de los negocios para
alcanzar la mayor eficiencia y productividad y en consecuencia, para
posicionarse adecuadamente en los mercados globales del conocimiento” Esta
atractiva declaracion, apoyada en el sentido común, desdeñan o desconocen las
diferencias entre una empresa y una universidad, haciendo equivalentes el
trabajo fragmentado de la fábrica y la oficina al trabajo académico y la
producción de bienes y servicios a la formación de ciudadanos o la generación
de conocimiento.
Al aplicar la gestión de los negocios al manejo de la universidad se la
equipara con la empresa, con lo que sus funciones sustantivas comienzan a ser
tratadas como tareas estandarizadas y el conocimiento como un recurso valioso
sólo en la medida en la que demuestra su utilidad práctica en el menor plazo
posible; los funcionarios y rectores que así piensan, transforman la
complejidad de la universidad hasta reducirla a simple fábrica de
conocimientos, operada mediante tecnologías administrativas que subordinan sus
funciones a las exigencias del mercado y la ganancia. Afortunadamente, “la
universidad ha contado en todo momento con espíritus rebeldes siempre atentos
para defender al conocimiento de los desenfrenos y embates renovados de la
administración” (Rhoades, 2000; Porter, 2003).
De entre las técnicas de gestión utilizadas en educación superior, es
destacable el uso creciente de técnicas analíticas como la reingeniería,
planificación estratégica, benchmarking, justo a tiempo, mejora continua, entre
otras, (Séller 1983, Álamo Vera 1995, Thomas 1996), junto con otras como la
gestión de la calidad (Challiol et al. 1986a, 1986b, Peña 1999).
Con el uso de
estas técnicas, se pretende que las universidades “mejoren” o “sean más
competitivas”. Sin embargo, se puede cuestionar la bondad del benchmarking como
herramienta de apropiación de experiencias ajenas y su adaptación con éxito a
una dinámica organizacional en funcionamiento. Constatadas estas dos
posiciones, con esta tesis doctoral se pretende evaluar hasta qué punto y en
qué condiciones las técnicas gerenciales validadas en el mundo empresarial y
exportadas a ámbitos ajenos del que surgieron, tal como se utiliza actualmente
en las instituciones de educación superior, sirve para cumplir los objetivos
que se le asigna en su papel de herramienta de ayuda a la gestión universitaria
(Gilbreath 1997).
Al
enfrentarse a este tema de investigación, aparecen ciertos problemas de orden
conceptual: Cuando una investigación en gerencia estratégica o en teoría de
organización pretende evaluar la utilidad de determinada técnica o la bondad de
determinada característica organizativa, la estrategia investigadora más
frecuentemente utilizada es intentar establecer una relación de causalidad
entre la presencia o ausencia de la técnica o la característica y una medida
del desempeño organizativo. En ese sentido se relaciona con la rentabilidad,
eficiencia y productividad, productos, insumos, resultados, recursos,
efectividad, medios, gastos, ingresos, oportunidad, congruencia y factibilidad
en la toma de decisiones.
En la mayoría
de los casos, la investigación sobre la relación entre técnicas gerenciales y
desempeño, se lleva a cabo en organizaciones empresariales y las medidas de
desempeño son fundamentalmente de naturaleza económica. En el caso de la
universidad, el uso de medidas de ese tipo puede juzgarse como discutible, en
el caso de las universidades privadas, o claramente inadecuado, en
universidades públicas. En definitiva, el primer trabajo del investigador
consiste en definir con precisión qué entiende éste (o la comunidad científica)
como el desempeño organizacional derivado de la puesta en práctica de una
determinada técnica o un conjunto de estas técnicas gerenciales en las universidades.
Contribuciones de gran impacto bibliométrico en
teoría de organización apuntan que las universidades son organizaciones muy
diferentes de las empresas, en lo relativo a los parámetros de diseño, los
mecanismos de coordinación y los procesos decisionales, (Mintzberg 1979, 1989). Este hecho hace
pensar que el significado y el contenido de las “técnicas gerenciales” pueden
presentar ciertas diferencias con el contexto empresarial. Por lo tanto, el
investigador también debe intentar conocer qué significa “técnica gerencial” en
educación superior.
Es en este contexto en el cada vez cobra mayor importancia el estudio
de la universidad como “organización” y el papel de la gestión de los negocios
en el manejo de cada una de sus funciones y tareas, suscitando en años
recientes un fuerte debate sobre los efectos que esta transformación supone
para la universidad, sus comunidades y la sociedad. Lo que se cuestiona no es
el uso de las técnicas administrativas en sí mismo, como la aceptación de sus
criterios de eficiencia y productividad, sino,
La discrepancia sobre la identidad de la universidad como
institución social o como organización mercantil; sobre la determinación de la naturaleza de
las funciones de la universidad como bienes públicos inalienables o como
servicios susceptibles de apropiación privada y la disputa sobre los modos de
organización de la universidad como comunidad de conocimiento o como
corporación burocrática.
De lo expuesto anteriormente, el objetivo de la tesis doctoral puede concretarse principalmente en el diseño de una metodología para la evaluación del impacto de técnicas gerenciales validadas en el mundo empresarial en el desempeño organizacional de las instituciones de educación superior.
Los objetivos
específicos para alcanzar lo anterior son:
Los aspectos esbozados son indispensables para
comprender lo que es la universidad
hoy, bajo una hipótesis general
que debemos confrontar: la universidad como institución experimenta una
subordinación creciente ante los intereses económicos que se disputan el
control de los mercados globales del conocimiento, pero mantiene también una
libertad relativa que juega como contrapeso importante en tal relación de
subordinación.
Se encuentra crecientemente subordinada, porque los
grados de libertad del trabajo académico se han visto continuamente reducidos,
a través de la operación de mecanismos administrativos de control indirecto y a
distancia. Tales mecanismos convierten ciertas prácticas en rutinas que inducen
la normalización de ciertos comportamientos, favoreciendo la reinvención de las
identidades sobre la base de la disciplina y la obediencia (Ibarra, 2001:
350-351, 361 sigs.).
Por su parte, la universidad mantiene su libertad relativa porque sigue siendo
un espacio utópico de resistencia de la sociedad, en el que aún es posible,
desde la marginalidad de la acción de individuos y grupos que se niegan a
aceptar las condiciones de su presente, imaginar y producir los futuros de lo
impensable.
Aunque la racionalidad del mercado se instituye como
el criterio general que orienta las decisiones y prácticas en la modernidad, la
sociedad ha conservado su capacidad para redefinir constantemente los espacios
sumergidos, por ser negados o ignorados desde el poder, relacionados con
comportamientos que operan bajo un modo de racionalidad distinto. Cuando
pensamos que todo está perdido, que ya no hay alternativas, la libertad
creativa del homo socialis nos sorprende con nuevas respuestas inimaginadas,
abriendo cauces para edificar un mundo mejor.
En conclusion, al reconocer la empresarialización de la universidad y sus
consecuencias nos preparamos para trascenderla. Esta es la manera de impulsar
un nuevo cic lo, la revolución o el triunfo de la razón, en donde lo que en la
universidad había sido hasta ahora asediado y marginal –la libertad, el
conocimiento, el diálogo y la pluralidad– se proyecte como la posibilidad para
hacer emerger nuevos modos de existencia, que restituyan al mercado y a la
economía la posición subordinada que siempre debieron de tener. Sólo entonces
podremos afirmar que el manejo del país y el manejo de la universidad se
realizan desde las razones de la sociedad.
ANTECEDENTES
La aplicación de las técnicas gerenciales, orientadas a la gestión
Universitaria tienen una vigencia muy
reciente, los inicios datan de hace menos de dos décadas por lo
tanto los contenidos teóricos específicos y las experiencias en el campo de la
educación superior son reducidos, pudiendo mencionar la Calidad total, el
Benchmarking, Reingeniería y la Planificación Estratégica, entre otras, como
las herramientas de gestión que las instituciones de educación superior se
animan a aplicar buscando entender y evaluar sus practicas y desempeños de
manera que los ayuden a promover su desarrollo.
Midreau, (2000) en su investigación Doctoral
concluye que “el sistema benchmarking es perfectamente trasladable a las
organizaciones Universitarias, el cual es considerado un instrumento generador
de cambios en la organización Universitaria, siempre y cuando se considere el
contexto organizacional, el contexto humano y el cultural en el que se va a
operar, donde el clima organizacional basado en una cultura de confianza y de
dialogo es fundamental para llevar adelante una practica excelente basada en la
técnica del Benchmarking”.
Las universidades ya han introducido procesos más o menos globales de evaluación. Sin embargo la evaluación institucional constituye un proceso mucho más comprensivo, que pretende integrar juntamente con la evaluación las perspectivas de la calidad y de la mejora continuada. Según la AQSUC (2000, p.7), la evaluación institucional es:
“Es un proceso mediante el cual se pretende dar apoyo a la mejora
continua como garantía de la calidad de la institución. Es por tanto una forma
de constatar el cumplimiento de los objetivos de la institución, analizando
simultáneamente los medios y los resultados. Es un proceso relativo y
multidimensional caracterizado por su gran flexibilidad y adaptabilidad al
contexto e institución que se evalúa.” (AQSUC, 2000, pp 7-8).
Estados Unidos es posiblemente el país con mayor tradición en cuanto a la implantación de procesos de evaluación institucional. La acreditación es el sistema más aplicado en la educación superior americana y es generalmente llevado a término por agencias especializadas. Las agencias especializadas son organismos de carácter privado sustentados por las propias universidades. La acreditación es solicitada voluntariamente por las propias universidades y generalmente, ser acreditado, constituye la condición necesaria para acceder a determinados beneficios. (AQSUC, p. 12)
La evaluación institucional en Europa.
La mayoría de los países europeos se hallan inmersos en procesos de evaluación, sin embargo el estado de desarrollo de los mismos no es homogéneo. Vamos a tratar de relatar brevemente las experiencias de los que poseen mayor tradición: Francia, Holanda, Dinamarca y Reino Unido, a los que añadiremos España por razones obvias de oportunidad. El material expuesto procede de Q.A.A. (2000), Arboix, J. (2000), Torres, J.M. (2000) Michavila, (1998) y Du Bois (1998)
Francia.
El CNE (Comité National d’Évaluation) creado el año 1984, es el órgano francés encargado de la evaluación de calidad de todos los establecimientos públicos de carácter científico, cultural y profesional, especialmente de las universidades. Los principales objetivos del CNE son la mejora de la calidad y el rendimiento de cuentas a la sociedad. Sus juicios no tienen una relación directa con la financiación de las instituciones, pero el Gobierno las tiene muy en cuenta especialmente en el momento de decidir los contrato cuatrienales de financiación. El CNE orienta su acción en tres grandes ámbitos:
-La evaluación global de las universidades (más de 100) y escuelas universitarias.
-Evaluaciones transversales de ámbito nacional, bien sea de disciplinas concretas o de instituciones como las universidades tecnológicas o los institutos de formación del profesorado que tienen estatus diferenciadoo al de las universidades.
-También evalúa la propia misión de las universidades. Se centra especialmente en comprobar el cumplimiento de los contratos-programa gobierno-universidad.
La metodología empleada consta de una fase interna y otra externa.
Holanda.
El organismo encargado de evaluar la educación superior en Holanda desde el 1985 es el VSUN (Association of Universities in the Netherlands) que es una organización independiente del gobierno. Su papel principal es dar apoyo al proceso de evaluación y responsabilizarse de la evaluación externa. Evalúa ciclicamente cada seis años la misma titulación.El modelo que aplica es muy similar al francés (Recordemos que los máximos inspiradores y dinamizadores del modelo básico utilizado en Europa son los holandeses Westerheijden y Vroeijenstijn) y se basa como el anterior en dos procesos uno interno y otro externo.Lo ámbitos de aplicación son la docencia y la investigación, que son tratados de forma independiente.
Dinamarca.
En Dinamarca el organismo encargado de la evaluación es el EC (Evaluering Centernet), que es financiado por el Estado Danés. Su papel es prestar apoyo en el proceso general evaluativo y coordinar la evaluación externa. En su modelo el punto de inicio es la creación del comité de planificación que se encarga de todos los aspectos profesionales. La evaluación interna es llevada a término por la propia universidad en la que participan todos los estamentos. Los ámbitos evaluados son fundamentalmente los programas de educación superior. El EC también centra gran parte de su esfuerzo en el desarrollo de métodos de mejora de la calidad.
El Reino Unido.
Los organismos responsables de asegurar la calidad del sistema universitario son los denominados Consejos para la Financiación de la Enseñanza Superior en Inglaterra, Gales y Escocia. (HEFCE, HEFCW y SHEFC), sin embargo desde que en el 1997 se crea la Agencia para Asegurar la Calidad en la Enseñanza Superior (QAA) es esta organización la que bajo acuerdo contractual con los mencionados consejos y todas las instituciones de educación superior, la que se encarga en la Gran Bretaña y en Irlanda del Norte de vehicular los procesos de evaluación. Este organismo es el responsable de la evaluación externa, como manera de confirmar el cumplimiento de las responsabilidades de las instituciones en relación al mantenimiento y mejora de los estándares de calidad de los servicios. En el sistema británico todos los procesos evaluativos comportan su publicación sin ninguna clase de reservas.
España.
Durante el periodo 1992-94, se desarrolla y se pone a prueba un programa de evaluación de la calidad de la universidad, con aplicación de una metodología inspirada en las experiencias internacionales. Se le conoció con el nombre de Programa Experimental de Evaluación de la Calidad. La experiencia fue voluntaria y no tuvo carácter gubernamental.Posteriormente en el bienio 1994-95 se aplicó el Proyecto Piloto Europeo de la Calidad de la Educación Superior, cuyos objetivos básicos eran:
-
Intensificar
el conocimiento de la necesidad de la evaluación de la calidad en la
educación superior.
- Introducir una dimensión europea en la evaluación de la calidad.
- Enriquecer los procesos existentes en la evaluación de la calidad.
- Contribuir a mejorar el reconocimiento actual de los diplomas y los periodos de estudio.
El Plan Nacional de Evaluación deberá además contribuir a mejorar otros tres aspectos (Michavila, 1998, p.111):
-Incrementar la eficacia y la eficiencia del gasto en la Enseñanza
Superior.
-Incentivar el cumplimiento de estándares iinternacionales de calidad en los
programas de formación.
-La evaluación de la calidad puede ser una herramienta, singularmente útil, para satisfacer demandas de formación, cada vez más amplias y complejas.
MARCO TEORICO
Las
organizaciones viven la inquietante sensación que el mundo cambia más
rápidamente que su capacidad organizativa para adaptarse a él. En la base del
cambio se sitúan fenómenos complejos e interrelacionados que adoptan en este
espacio de modernidad nuevos significados. Así, la revolución digital, el
continuo crecimiento y la rápida obsolescencia de la información y del
conocimiento, la globalización y la nueva organización del trabajo entre otros,
incrementan de forma continua y acelerada la complejidad de la
sociedad y plantean con urgencia la necesidad de nuevas interpretaciones de la
realidad buscándose en las instituciones educativas, especialmente en las universitarias,
indicaciones para la creación de nuevos discursos que ayuden a comprenderla y a
manejarse más eficientemente dentro de ella.
Parece
evidente que la educación debe atender a los nuevos desafíos sobre los que la
sociedad se está construyendo. Sin embargo. la institución universitaria no
parece demasiado preparada si no se reorganiza previamente y adopta nuevas
formas de gestión más eficaces que aceleren su propio cambio y que la capaciten
para atender las enormes dificultades surgidas de la sofisticación y la
diversidad de la demanda actual de una sociedad, que no siempre sabe lo que
quiere y que en ocasiones plantea sus peticiones de forma confusa cuando no
contradictoria.
La
universidad en este nuevo marco es objeto de innumerables críticas y su misión,
posiblemente por primera vez en la historia, es fuertemente cuestionada. La
fractura en el enlace clásico existente entre la formación universitaria y el
mercado laboral, entre su investigación y el sistema productivo y el
vertiginoso crecimiento de sus costos, han colocado al sistema universitario en
una posición muy vulnerable a la critica.
La educación superior en el marco
de la sociedad.
Desde
la década de los 80, la educación superior en los países industrializados ha
experimentado importantes por no decir radicales cambios. La transición entre
la universidad de “elite” a la de “masas” ha generado un gran crecimiento en
los sistemas de educación superior así como un fuerte incremento en el número
de instituciones, estudiantes y profesorado. A modo de ilustración, se
puede señalar que en los Estados Unidos el 80% de los 2.1 millones de alumnos
que alcanzan el diploma en educación secundaria se incorporan a la educación
superior. En Europa dos países (Francia y Alemania) superan el millón y medio
de estudiantes cada uno y tres (España, Italia y Reino Unido) ya alcanzan el
millón. (Woot, 1998).
Por
otro lado, la UNESCO estima que alrededor de 120 millones de jóvenes cursaran
estudios universitarios en el año 2040,la mayoría de ellos en los países en
vías de desarrollo (Andrien, 1987). Esta tendencia al crecimiento del sistema
educativo universitario se ha visto potenciada y reforzada por otros dos
fenómenos que se gestaron a lo largo del siglo XX y que han crecido
exponencialmente en las últimas décadas: la enorme difusión del conocimiento y
una progresiva diferenciación y fragmentación disciplinar. Ambas realidades
han provocado un gran incremento de las estructuras y las áreas de
conocimiento académicas.
Nos
encontramos sin duda ante una universidad absolutamente distinta de la
tradicional y a la que la creciente complejidad de la demanda la ha forzado a
multiplicarse con la creación de nuevas universidades y a crecer internamente
con la incorporación de nuevas unidades básicas, institutos, centros,
departamentos y todo tipo de cursos (Chave 1998).
Este
doble crecimiento, sin embargo, ha chocado en la última década con las
restricciones causadas por la denominada crisis del estado del bienestar que ha
supuesto reducciones presupuestarias que han afectado al sector educativo en
parecida medida a la sufrida por otros sectores fuertemente dependientes del
financiamiento público.
Todo
ello genera un escenario absolutamente distinto al que estaban acostumbradas
las universidades en los últimos años y
que se debe explorar para tratar de comprenderlo y desde el que se deben
elaborar respuestas válidas a los nuevos problemas surgidos. Por una parte se
ha de tener muy en cuenta que la propia complejidad de la demanda del entorno y
la sofisticación interna de las universidades hace impensable el mantener
modelos de control de las mismas de tipo centralizado. La única vía posible de
gestión de la calidad en la universidad está en incrementar su flexibilidad de
acción y esto pasa inevitablemente por desarrollar la autonomía institucional y
consecuentemente nos obliga, si queremos ser coherentes, a potenciar los
procesos de autorregulación (Neave y Van Vaught, 1991).
Tecnicas
Grerenciales validadas en el entorno Empresarial
En general, se puede señalar que para procurar
cambios o transformaciones internas, así como para producir mejoras en sus
procesos internos, las instituciones universitarias incorporan a sus procesos
de gestión, técnicas de uso común en el ámbito empresarial o de otras
organizaciones publicas.
Parte de esas técnicas son absorbidas y se hacen de
aplicación recurrente en las universidades. De hecho, los procesos
organizacionales como el control de gestión, la planificación de sus
actividades, el diseño de nuevas estructuras o la dirección de la organización
del día a día son procesos que están presentes en todo tipo de organización.
Entonces, ¿por que no aplicarlos? La cuestión se refiere a la naturaleza
distintiva de as universidades como organizaciones de conocimiento. En tal
sentido, al estudiar las técnicas es evidente que algunas, como las referidas a
las de la gerencia de producción no resultan aplicables pero otras deberían
fundamentarse ne la naturaleza y la practica organizacional de las
universidades a objeto de reconocer su utilidad o aplicabilidad.
Al hacer referencia a técnicas gerenciales, se
relaciona con:
·
Planificación
Estratégica como el conjunto de procedimientos que conllevan a las
organizaciones a obtener un plan de mediano o largo plazo relacionado con: el
desarrollo de la ventaja competitiva, diversificación, diferenciación,
incremento o mejora del valor agregado, desarrollo de la cadena del valor,
agrupamiento (“cluster”) o mejor manejo de variables como la globalización.
·
Calidad
Total. También en el campo de la mejora de la calidad de productos y procesos
se han desarrollado técnicas para implantar el ciclo Deming, la observación y
cumplimiento de estándares, políticas de prevención, cero defectos, cero
desperdicio, medición y control de calidad, aseguramiento y certificación.
·
Justo a
Tiempo. Para ajustar la relación de producción con la demanda del mercado las
empresas han desarrolado técnicas para la aplicación a toda la Cadena de
Abastecimientos, eliminación del desperdicio, equilibrio, sincronización y
flujo y la participación de todos.
·
Kaisen,
conlleva a las organizaciones al mejoramiento continuo y progresivo, el
mantenimiento de lo positivo, innovación, calidad total progresiva, justo a
tiempo y creación de estándares.
·
Benchmarking
implica técnicas de aprendizaje a partir de otros o de la competencia, análisis
de las mejores prácticas, evaluación de la posibilidad de transferencia de las
mejores prácticas a la propia organización o empresa, asignar la
responsabilidad de la dirección de la estrategia a ejecutivos de primer nivel y la evaluación de
las aplicaciones de software para Benchmarking existentes en el mercado, o
crear otras.
Las nuevas necesidades y exigencias para la gestión de
la calidad en las universidades, han forzado a la creación de una nueva cultura
de la evaluación que constituye, a nuestro juicio, un fenómeno irreversible y
que está implicando, independientemente de cambios profundos de mentalidad en
los profesionales universitarios, la aplicación de técnicas gerenciales
validadas en el mundo empresarial se están extendiendo a todos los niveles del sistema
universitario.
En la obra de Palacios S. (1996) se sostienen las dificultades para abordar
con cierta precisión el concepto de calidad educativa debido a su complejo
tratamiento, es por ello que le otorga a la misma un carácter de polisemia y
complejidad, ya que calidad significan cosas diferentes para distintos
observadores y grupos de interés, resultando generalmente controvertidas las
definiciones acerca de la misma. Asimismo también hay que reconocer que existen
perspectivas diferentes en su abordaje, y según la misma obra, hay que
realizarlo desde dos enfoques, uno de características macroscópicas, que
incluye al conjunto del sistema educativo, y otra aproximación de
características microscópica, centrada en una institución educativa o programa
educativo concreto.
En el nuevo paradigma organizativo emergente, la evaluación se convierte
en parte de los procesos de control y de desarrollo de la propia calidad y
sirve también para la rendición de cuentas. Reviste una gran importancia
estratégica y está al servicio de la progresión hacia la realización de las
finalidades del sistema y del conjunto de los componentes que están al servicio
del desarrollo hacia la calidad.
Es en este marco donde debe insertarse la evaluación institucional que
sin lugar a dudas se está convirtiendo en uno de los ejes básicos del
desarrollo de la educación superior en los países del occidente.
Un nuevo paradigma
organizativo para la educación superior.
Sin
embargo el sentido y orientación que debe adoptar la evolución del sistema
educativo superior se presenta como incierta en la mayoría de los países
occidentales. Una nueva cultura no se implanta de un día para otro y las
estructuras emergentes acostumbran a chocar con entramados de intereses más o
menos ocultos y poderosos. En el debate en torno a estas cuestiones, se está
imponiendo un enfoque sistémico. Los sistemas educativos se consideran cada vez
más como un conjunto de procesos en transformación que a partir de unos determinados
ingreso de insumos, producen efectos, resultados, y en general salidas.
A
este esquema conceptual se incorpora como un elemento de capital importancia el
contexto. Un sistema de formación siempre se sitúa en un entorno social,
cultural, político y económico que lo alimenta y del que a su vez se nutre
(Shavelson, 1989). Sin embargo el contexto también surte al sistema formativo
con sus propias tensiones, conflictos y contradicciones, especialmente
surgidas de las fuerzas más o menos convergentes y divergentes que
interrelacionan con él. Evidentemente la incorporación del contexto en el
análisis del sistema, introduce un claro componente dinámico en la reflexión.
Estos
planteamientos están reclamando el establecimiento de un nuevo paradigma organizativo
en la educación superior, que parametricen y orienten los procesos de
evaluación y de gestión de la calidad educativa y que en los países europeos
parecen responder a los cuatro principios generales que exponemos a
continuación (Hutmacher, 1999, p.24):
-
La primacía de las
finalidades, que exige que las decisiones y la acción se orienten de una manera
prioritaria conforme a la voluntad de alcanzar los objetivos establecidos, en
todos los niveles del sistema, desde el aula hasta los niveles político-estratégicos.
-
El principio de imputabilidad
(accountability), según el cual los agentes de todos los niveles del sistema
valoran y deben responder sistemáticamente del grado de logro de los objetivos.
-
El principio de subsidiaridad,
que plantea que las decisiones se han de tomar en el mismo nivel donde se
produce su implantación, y únicamente se delegan a un nivel superior de
responsabilidad si los objetivos no es posible obtenerlos de otra manera.
-
El principio de auto-organización
y de desarrollo continuo, que establece que los sistemas y sus componentes
nunca están absolutamente fijados, sino que están en continua transformación,
bien sea por la propia retroalimentación o bien forzados por el entorno.
Una nueva cultura de la evaluación en un
contexto de cambio organizativo en las universidades.
Estos cambios que previsiblemente afectarán a
la educación superior, en especial a su dimensión organizativa, implicará
modificaciones sustanciales tanto en nuestra concepción respecto de la
evaluación como en el papel que se le asignará en la construcción de la calidad
educativa. En primer lugar implica una extensión importante de los mecanismos
de evaluación a todos los niveles del sistema universitario. Por otro lado esta
extensión se acompaña de un cambio de lugar de la cultura de la evaluación que
ya no se orienta tanto hacia la sanción, la clasificación y la selección como
hacia la búsqueda, análisis y uso intensivo y extensivo de la información en
los procesos de gestión de la mejora de la calidad educativa.
En el marco de este cambio los sistemas
universitarios se enfocarán de otra manera y aunque continúe su expansión
cuantitativa, se dará más importancia a la calidad: calidad al servicio de los
individuos, de los alumnos y calidad desde el punto de vista de criterios
sociales, políticos, culturales y económicos más globales. Pero la exigencia de
la calidad precisa previamente de su definición y para ello deberá ser
debatida, concretada y operativizada en el marco de la correspondiente
planificación estratégica. El plan estratégico constituirá el espacio
fundamental de encuentro de los diferentes “inputs” que lo deberán alimentar
para que su ejecución sea viable y facilite la progresión hacia una calidad
sostenida y sostenible. La información evaluativa constituirá la
aportación clave y nuclear para entender la realidad educativa y el plan
estratégico facilitará el uso intensivo y extensivo del conocimiento evaluativo
generado a lo largo del proceso evaluador y servirá para vehicular eficaz
y eficientemente los procesos de mejora.
Pluralidad de modelos de
referencia.
A finales de los ochenta convivían diferentes aproximaciones evaluativas
que posteriormente han sido suprimidas o subsumidas en los actuales modelos de
evaluación institucional. Cabe mencionar entre ellos el denominado modelo de
control de conformidad, que consistía simplemente en controlar si se aplicaban
correctamente los recursos en la consecución de los objetivos. Otro era el de
evaluación por los pares, tan antiguo en su uso como la propia universidad. Se
fundamenta en un proceso de evaluación externa basada en el juicio de los
expertos. Bien conocida es su utilización para acceder al cuerpo de profesores,
cambios de categoría, etc.
Un tercer modelo es denominado con términos como gestionario o
managerial, en el que se concibe la universidad no tan sólo como una
administración pública o una organización de profesionales, sino también como
una empresa que produce servicios para usuarios y clientes y que dispone de
recursos limitados. Desde este modelo se postula utilizar la evaluación para el
control de la gestión, la racionalización del presupuesto, la planificación
estratégica, etc.
Un cuarto modelo de referencia es el que sitúa directamente en el
corazón de la sociedad la responsabilidad de exigir el cumplimiento de la
misión encomendada a la universidad. Este modelo supone dar la palabra a los
ciudadanos, usuarios directos o indirectos de la educación superior. Contempla
dos submodelos, el que plantea la evaluación desde la visión del ciudadano como
consumidor y que postula adoptar la posición del cliente que exige obtener
aquello por lo que ha pagado y el que fundamenta la evaluación sobre el
principio de la “accountability”, la rendición de cuentas a los ciudadanos por
el uso de los fondos públicos y que implica aplicar principios de transparencia
y de responsabilización.
Finalmente cabe mencionar la evaluación por acreditación, consistente en un
proceso en el que la institución facilita información sobre su actividad a un
comité externo para que emita un juicio público a partir de unos estándares. Es
posiblemente uno de los modelos más usados en los Estados Unidos.
Evaluación y mejoras.
Todo proceso evaluativo acaba y debe ir necesariamente asociado a los
procesos de toma de decisiones orientados a la mejora, en este caso, de la
institución universitaria. Una evaluación que no acabe tomando cuerpo
finalmente en propuestas de mejora, se convierte fácilmente en un ejercicio
burocrático y estéril. En evaluación se mantiene la máxima que aquello que
substantiva la actividad evaluadora: la emisión de juicios de valor, no es lo
que la legitima: la mejora del objeto evaluado.
El proceso evaluativo ha de permitir:
-
Establecer
el nexo crítico y razonado entre la práctica existente y un nivel de calidad
determinado.
-
Fundamentar
críticamente los criterios de calidad perseguida.
-
Formular
la conexión entre la nueva práctica y los objetivos de calidad previstos.
Dominios básicos sujetos a
evaluación.
En el contexto universitario, los dominios básicos que se han ido
generalizando como ámbitos básicos sujetos a evaluación son:
-
Las
universidades como organizaciones.
-
Las
enseñanzas.
-
La
investigación. Los centros de investigación.
-
Los
docentes-investigadores.
-
La
relación formación-empleo.
La conducción de los procesos organizacionales en cada uno de esos
dominios exige la aplicación de técnicas y herramientas gerenciales por lo que
la evaluación no solo se refiere a a los resultados obtenidos en el dominio
como tal sino tambien acerca de si las tecnicas gerenciales aplicadas en esos
dominios resultan efectivas para la producción de los resultados esperados.
Para asegurar
el rigor científico de la investigación y con ello asegurar la validez y legitimidad
de los aportes que se alcancen con esta investigación es necesaria la reflexión
epistemológica. Girot (1999, citado por Suné[1]),
señala que para resolver esto, el investigador debe resolver los siguientes
planteamientos:
Esto conduce
al posicionamiento del investigador respecto a los paradigmas de investigación
relativos en el campo de la gerencia y la organización. Según Kuhn (1980[2]),
estos paradigmas son realidades científicas universalmente reconocidas que, en
un lapso de tiempo, proporcionan modelos de problemas y soluciones a una
comunidad científica. Esto implica que el paradigma puede referirse a un
esquema teórico o una vía de percepción
y comprensión de la realidad que un determinado conjunto científico ha
adoptado.
La
investigación propuesta como proyecto de tesis doctoral, se inserta en el campo
de la gerencia y de las organizaciones, y en las ciencias sociales en general.
En este caso, la prevalencia del
paradigma fundamental en investigación ha sido un debate entre diversos
autores. Este paradigma es: el
positivismo logico- inductivo.
En la perspectiva de la presente investigación se podría
asumir este paradigma para explicar la
realidad de las Universidades como organizaciones de alta complejidad donde se apliquen las
tecnicas gerenciales validadas en el mundo empresarial.
El
Positivismo lógico, busca los hechos o causas de los fenómenos, prestando
escasa atención a los estados subjetivos de los individuos. Donde la realidad
se presenta múltiple e intangible, Ella es algo que se construye y que sólo se
puede abordar de forma holística, como es el diseño de un modelo. Con el fin de comprender e interpretar los
significados de los fenómenos y acciones sociales.
La relación
entre el investigador y lo investigado se admite, como una interrelación donde
el investigador participa y actúa. Donde podemos enmarcar el problema de acuerdo a las necesidades del grupo social en cuestión, en
este caso particular nos referimos a la educación superior.
Como
investigación, se estima la realización del trabajo en tres fases:
La primera referida a
la investigación documental de las líneas teoricas involucradas como son Universidad,
metodología de evaluación, organizaciones complejas, desempeño organizacional,
sociedad del conocimiento, organizaciones del conocimiento, tecnicas
gerenciales. Una amplia revisión de las líneas teoricas exigirá la postura
crítica del invesigador respecto a los diferentes planteamientos realizados por
los autores destacados en estas lineas.
La
segunda parte bajo un esquema inductivo, compatible con el paradigma positivista
- logico, se estima recabar datos e informaación empirica, en instituciones de
educacion Superior publicas y privadas involucradas en la aplicación de tecnicas
gerenciales validadas en el mundo empresarial, la razón de la no
incompatibilidad resulta de que las medidas que se obtendrán empíricamente no
son objetivas, sino basadas en la interpretación subjetiva de la muestra de
individuos a encuestar. Adicionalmente, la validez del conocimiento se
alcanzará mediante la coherencia con los hechos evaluados entre las
aproximaciones subjetivas y no a través de la experiencia del investigador.
Finalmente, la
tercera parte será el diseño la metodologia de evaluacion, viable que considere
las líneas teóricas relevantes así como los resultados obtenidos en la parte II
y la posterior verificación con un grupo de expertos claves.
En
la parte empírica, los sujetos estarán constituidos por funcionarios de nivel
alto y medio de las instituciones de educación superior pública y privada. El
nivel de complejidad estará definido por el alcance territorial y la estructura
organizacional de estas instituciones. En tal sentido, se define en el alcance
territorial aquellas de naturaleza internacional, nacional y regional. La
complejidad organizacional en términos de la estructura será definida con el
avance de la investigación. La interacción con este objeto estará orientada por
instrumentos como la entrevista abierta y estructurada asi como por las fuentes
secundarias de que dispongan estas instituciones.
CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES
DOCTORADO EN GERENCIA
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Nombre
de la Tarea |
Duracion |
Inicio |
Fin |
2005 |
2006 |
2007 |
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OCT |
NOV |
DIC |
ENE |
FEB |
MAR |
ABR |
MAY |
JUN |
JUL |
AGO |
SEP |
OCT |
NOV |
DIC |
ENE |
FEB |
MAR |
ABR |
MAY |
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1 |
Organización de la información |
45 Dias |
03/10/05 |
02/12/05 |
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2 |
Definición del Planteamint del Problema |
22 Dias |
09/01/06 |
07/02/06 |
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3 |
Desarrollo del Marco Teorico |
22 Dias |
08/02/06 |
09/03/06 |
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4 |
Elaboracion y Validacion de instrumentos |
21 Dias |
13/03/06 |
10/04/06 |
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5 |
Recolección y Procesamiento de datos |
44 Dias |
10/04/06 |
08/06/06 |
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6 |
Análisis e Interpretación de Datos |
44 Dias |
09/06/06 |
09/08/06 |
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7 |
Diseño del Modelo |
66 Dias |
10/08/06 |
09/11/06 |
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8 |
Elaboración del Informe Final |
99 Dias |
10/11/06 |
28/03/07 |
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9 |
Defensa de Tesis Doctoral |
30 Dias |
29/03/07 |
09/05/07 |
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Bibliografia
· Andrien, J. (1987), Rapport pour le Conseil Economique et Social. Paris.
· AQSUC (2000), Quaderns d’autoformació: Comitè intern. Barcelona: Agència per a la Qualitat del Sistema Universitari a Catalunya.
· Arboix, E. (2000), El model francès d’avaluació de la qualitat en Butlletí d’Informació sobre la Qualitat Universitària, 4, p.2.
·
Chave,D., Boffo, S., Hauhonen, E. y Randi, L. (1998), Evaluation of
Research en Dubois, P. Final Report:
Evalue. Evaluation and Self-Evaluation of Universities in
·
Dubois, P.(1998), Evalue: Evaluation and Self-Evaluation of Universities
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· Michavila, F. (1998) Evaluación institucional para la mejora de la actividad académica en Universidad: Estrategias para avanzar pp.95-112. Barcelona: U.P.C.
·
Neave, G. y Van Vaught F.A. (1991), Prometeus Bound: The Changing Relationship Between Government and Higher
Education in
·
Palacios Samuel Gento ,” Instituciones
Educativas para la calidad total”, editorial La Muralla, Madrid
1996.
· Shavelson, R.J. (1989), Indicators for monitoring mathematics and science education. A source book. Santa María: Rand.
· Torres, Josep M. (2000), El model britànic d’avaluació de la qualitat, en Butlletí d’informació sobre la Qualitat Universitària, 2, p. 2.
· UNESCO (1993). Strategies for Change and Development in Higher Education, Policy Paper. Paris.
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·
Universidad
Politécnica de Cataluña. Boletín de Educación Superior Elaborado por la
Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas y Cátedra UNESCO de
Gestión de la Educación Superior. Consultado el 12.08.05 en: http://www.us.es/us/temasuniv/bol-edusup/bolet_educ_ESP6.htm