EL
PETALO
Iba
caminando por un sendero un poco oscuro donde, debido a las piedras, era un poco dificil caminar. De repente vi algo en el suelo
que me llamó mucho la atención. Me fui acercando lentamente y me agaché
y levanté el pétalo de una flor. Era el pétalo mas hermoso que mis ojos
jamás
habian visto. Muy delicadamente lo guardé en un bolsillo que se
encontraba al lado izquierdo de mi camisa y lo guardé ahi porque es en el
lado izquierdo de mi pecho donde se encuentra mi corazón y se que en
mejor lugar no iba poder estar.
Inmediatamente
decidí ir en busca de la flor a quien le
pertenecía ese hermoso pétalo. Seguí mi camino y muchas flores hermosas
encontré pero ninguna era la dueña de tan hermoso pétalo.
Cuando ya las esperanzas de encontrar a la flor habian casi
desvanecido, escuché el llanto de alguien que estaba escondido bajo
las sombras de unos grandes arboles. Me dirigí hacia donde se escuchaba
el gemido y al asomarme por entre los árboles pude ver la flor que por
tanto tiempo habia buscado pero se encontraba muy triste y con lágrimas
en sus ojos. Me acerqué a ella y con voz baja le pregunté: ¿ por qué
lloras?, ella con sus ojos lagrimosos me miro fijamente a mis ojos y me
contestó: Perdí el pétalo que con tanto esfuerzo, dedicacion y cariño,
cuidé. Era el pétalo mas
hermoso que tenía y alguien me lo quitó.
Sus
palabras me conmovieron y le pregunté si me podía
sentar a su lado. Ella solo me miró y me dijo: solo ten cuidado con mis
espinas; asi que lentamente y con mucho cuidado me sente a su lado. Entré
la mano en el bolsillo de mi camisa, saqué el pétalo y se lo entregué.
Muy sorprendida y con lágrimas en sus ojos, esta
vez de alegría, me abrazó muy fuertemente y me dijo: gracias por haber
encontrado lo que tan feliz me hizo una vez y que tanta falta me habia
hecho.
Yo
sentí una alegría tan grande dentro de mi corazón que la
miré, le sonreí y le dije: hacer feliz a otra persona es una de las
cosas mas maravillosas que uno puede hacer. En ese instante ella tomo el pétalo,
lo puso en mi pecho y me dijo: tú lo conseguiste, asi que ahora a ti te
pertenece, guárdalo dentro de tu corazón y cuidalo como si fuera tu
propia vida. Sentí que mi corazón se queria salir de mi pecho de tanta
felicidad que tenía por dentro y
sin pensarlo dos veces le respondí:
lo guardaré tan bien dentro de mi corazón que tendrán que pasar mucho
millones de años, antes de que alguien pueda conseguirlo y adueñarse de
él. Ambos sonreímos y juramos que lo nuestro sería para toda la
eternidad...
AUTOR
:Fernando Javier
(El
Duende)
Poesía:
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