ðHwww.oocities.org/es/hyboreo/BOSQUE.htmlwww.oocities.org/es/hyboreo/BOSQUE.htmldelayedx§„ÕJÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÈ@Û’ÐOKtext/html€8ËzÐÿÿÿÿb‰.HMon, 07 May 2001 14:16:16 GMTMozilla/4.5 (compatible; HTTrack 3.0x; Windows 98)en, *¦„ÕJÐBOSQUE

Tras la muerte

Todo el bosque seguía activo, que el más anciano de sus árboles hubiera dejado de cantar no impedía que los más pequeños tararearan las canciones que este le había enseñado, contagiando su entusiasmo en el entorno que en breve volvió a estar como antes.

Otros grandes árboles habían partido ya al paraiso, en la cumbre más alta de todas las montañas, donde encontrarían la paz y seguirían viviendo por siempre. Y ahora tendría que ocupar, otro árbol, el hueco vacante, este árbol, pues son los más longevos, había de ser sabio y perenne, ya que debería estar en plenas facultades todo el año.

Hacía ya mucho que no elegían un representante.

Hicieron una reunión a la que acudieron los personajes más ilustres del bosque, todo empezó con elogios y adulaciones para el árbol caido que les había aconsejado y asesorado sabiamente durante cientos de años, luego se hizo el silencio. Cada uno sabía exactamente lo que debia hacer, ya lo habían hecho antes desde tiempos inmemoriables, votaron y se hizo el recuento.

La votación no fue unánime, pero la mayoría se decantó por un cedro, un gran y majestuoso cedro con muchos años sobre sus raices que vivía apartado al borde de una cascada, en el curso alto de un pequeño rio que bajaba serpenteando y cruzaba todo el bosque.

El cedro era conocido por lo solitario y meditabundo que se solía encontrar, y realmente se dudaba que aceptara el cargo. Una comitiva se acercó hasta donde el rio nacía y continuaron un poco por el cauce cruzando un pequeño desfiladero que cortaba la roca caliza, y que daba a una cornisa de 8 metros de anchura, por donde el agua caía desde mas de 15 metros de altura haciendo un ruido tal que dejaba mudo cualquier sonido. Allí, erguido cual titán aguantando el empuje del agua se encontraba un árbol recto, con infinidad de ramas adornadas de un verde oscuro, que sobresalían en su mayor parte y se mantenían sobre el precipicio de forma desafiante.

Hacia mucho tiempo que ninguno había ido a ver al cedro, y por un momento lo vieron tan grande que se quedaron callados unos minutos; por fín, le dieron el comunicado. La expresión del cedro no se turbó; dijo que lo esperaba, pero que todavía no había tomado la decisión, que implicaba un gran compromiso, y declaro que a la mañana siguiente daría la contestación. Todos se retiraron y él ahí se quedó, solo, pensando.

Este árbol no era muy querido en el bosque ya que siempre cantaba oscuras canciones que el gran abeto no quiso aprender, todos se alejaban de sus ramas pues sus historias eran terribles; hablaban de como los humanos quemaban bosques enteros de muchos años de edad y plantaban vegetales menores que al año morían, hablaban también de como los hombres capturaban los duendes y los exclavizaban, de como mataban animales por diversión, pero ahora cantaba una igual de triste pero más reciente, la de como los hombres mataron al gran abeto.

Esta última canción producía en todos un efecto devastador, más por el sentimiento que ponía en ella que por el contenido en si, y es que era sabido por todos que el gran abeto y el cedro fueron los mejores amigos, ya que cada uno desde su sitio podía ver al otro perfectamente, y desde pequeños se habían mandado mensajes todos los días, hasta que el gran abeto fue elegido para asesorar al bosque, y no tuvo tiempo para mensajes. También era sabido, que cuando los extranjeros empezaron a golpear al gran abeto, el cedro se extremeció tanto que hubo un desprendimiento en la cascada y a punto estuvo de caer al agua.

El canto de un buho seguido del trinar de los pájaros dio paso a una mañana llena de noticias.
La primera no se hizo esperar, el cedro aceptó el cargo y prometió que lo que le había ocurrido al gran abeto no volvería a pasar con ningún otro árbol.

Lo primero que aconsejó fue que los espinos y todas las plantas venenosas se ubicaran rodeando al bosque a modo de muralla, y que tras ellas se situaran los árboles de aspecto más siniestro y con muchas hojas, dando una oscuridad tal que fuese impenetrable hasta para los ojos de los animales mas preparados, pues si algo había aprendido de los hombres era que su mayor debilidad era el miedo a lo sobrenatural, y pensaba que si había alguna forma de impedir el paso de los hombres al bosque era dándoles miedo. Colocó a los animales más fuertes y grandes cerca de los límites del bosque para frenar el paso de los hombres, de manera que pronto se corrió el rumor de que el bosque estaba maldito. Cualquiera que paseara por los bordes del bosque oiría canciones terribles acerca de desapariciones de niños y oiría también historias sobre habitantes del bosque que preparan conjuros y hechizos que reducen la voluntad, en cambio en el centro del bosque todo seguía igual, como al principio de los tiempos, todo tranquilo, con duendes, animales y todo tipo de flores.

Y así sigue, temido por los humanos y amado por todos los habitantes de los bosques, sirviendo de refugio para los que entienden el lenguaje de la naturaleza, y quieren escapar de la mano del hombre.

FIN

CUENTOS