En el
mundo supercompetitivo actual en que vivimos, caracterizado
por un progreso vertiginoso en las nuevas tecnologías de la
información y las telecomunicaciones, los activos más valiosos
de las empresas ya no son los activos tangibles tales como la
maquinaria, los edificios, las instalaciones, los “stocks” y
los depósitos en los bancos, sino los activos intangibles que
tienen su origen en los conocimientos, habilidades, valores y
actitudes de las personas que forman parte del núcleo estable
de la empresa. A estos activos intangibles se les denomina
Capital Intelectual y comprenden todos aquellos conocimientos
tácitos o explícitos que generan valor económico para la
empresa.
Los activos intangibles aunque no se pueden
tocar, si se pueden identificar y clasificar adecuadamente.
Una de las clasificaciones clara y sencilla es la siguiente:
) Activos de competencia individual.
Se
refieren a la educación, experiencia, “know how”,
conocimientos, habilidades, valores y actitudes de las
personas que trabajan en la empresa. No son propiedad de la
empresa. La empresa contrata el uso de estos activos con sus
trabajadores. Los trabajadores al marcharse a casa se llevan
consigo estos activos. A este conjunto de activos se les
denomina también Capital Humano.
b) Activos de
estructura interna.
Se refieren a la estructura
organizativa formal e informal, a los métodos y procedimientos
de trabajo, al software, a las bases de datos, a la I+D
(investigación y desarrollo), a los sistemas de dirección y
gestión, y a la cultura de la empresa. Estos activos son
propiedad de la empresa y algunos de ellos pueden protegerse
legalmente (patentes, propiedad intelectual, etc.)
c)
Activos de estructura externa.
Se refieren a la
cartera de clientes que recibe el nombre de fondo de comercio,
a las relaciones con los proveedores, bancos y accionistas, a
los acuerdos de cooperación y alianzas estratégicas,
tecnológicas, de producción y comerciales, a las marcas
comerciales y a la imagen de la empresa. Estos activos son
propiedad de la empresa y algunos de ellos pueden protegerse
legalmente (marcas comerciales, etc.).
Siendo el
capital intelectual la principal fuente de riqueza de nuestras
empresas es totalmente lógico que la dirección de las mismas
preste una atención especial a la gestión eficaz de dicho
capital intelectual.
Así pues la capacidad de
identificar, auditar, medir, renovar, incrementar y en
definitiva gestionar estos activos intelectuales es un factor
determinante en el éxito de las empresas de nuestro tiempo.
En este sentido, o sea en la búsqueda de metodologías
y modelos que contribuyan a mejorar la capacidad de gestión
del Capital Intelectual se han realizado en los últimos años
numerosos esfuerzos, aunque con éxito relativo, debido sin
duda a la propia naturaleza intangible de estos activos y,
sobre todo a que cada negocio específico tiene su combinación
particular de conocimientos clave de éxito en función de los
objetivos a conseguir y de la situación del mercado.
Sin pretender ser exhaustivos citamos a continuación
algunos de estos esfuerzos o experimentos más representativos
agrupándolos en tres categorías:
a) Los realizados por
las empresas consultoras.
Entre los esfuerzos
realizados por las empresas consultoras destacan los de Ernest
and Young que a través de su “Center for Business Innovation
(CBI) y de su “Center for Business Knowledge (CBK) ha sido
pionera en impulsar, financiar y estimular la gestión del
capital intelectual. El fruto más notable de estas iniciativas
ha sido el desarrollo por parte de Kaplan y Norton del modelo
denominado “Balanced Scorecard”.
Otras aportaciones
interesantes por parte de las empresas consultoras han sido
las de Arthur Andersen conjuntamente con A.P.Q.C., Booz Allen,
McKinsey & Company e I.B.M. Consulting Group, aunque todas
ellas a nuestro entender bastante enfocadas en el uso interno
de las mismas por parte de estas compañías mencionadas.
b) Los realizados por instituciones financieras y
compañías de seguros.
Entre los esfuerzos realizados
por instituciones financieras y compañías de seguros tiene un
carácter relevante el realizado por SKANDIA, cuyo director de
Capital Intelectual Leif Edvinson ha escrito conjuntamente con
Michael Malone un libro titulado “Intellectual Capital:
Realizing Your Company’s True Value by Finding Its Hidden
Brainpower”. En este libro se describe la filosofía
fundamental de Leif Edvinson respecto al Capital Intelectual y
lo que es más importante se explica el modelo utilizado por
SKANDIA para gestionar dicho Capital Intelectual. Dado que
dicho modelo es el único que intenta vincular los indicadores
de Capital Intelectual con los resultados financieros mediante
un “balanced scorecard” que se entrega a los accionistas y al
público en general como un complemento a dichos resultados
financieros, incluimos a continuación un resumen de dicho
modelo que recibe el nombre de SKANDIA NAVIGATOR.
Después de un constante perfeccionamiento, el Skandia
Navigator se ha acreditado como una herramienta efectiva que
probablemente servirá de base para la mayoría de las
herramientas de navegación del Capital Intelectual del futuro
El Skandia Navigator no está estructurado en tipos de
capital sino que se compone de cinco áreas de enfoque. Es
decir, estas son las áreas en las cuales la organización debe
centrar su atención, y de ese enfoque se deriva el valor del
Capital Intelectual de la compañía dentro de su entorno
competitivo.
Se puede observar que el esquema del
Navegador es esencialmente una casa, una metáfora visual de la
organización. El triángulo superior, es el Enfoque Financiero,
que incluye a nuestro viejo conocido el Balance de situación.
El enfoque financiero es el pasado de la empresa, una medición
precisa de dónde estaba en un momento específico. Los
indicadores de este enfoque están en su mayoría bien
elaborados; sin embargo, la noción de “enfoque” permite
agregar nuevas mediciones, especialmente ratios que evalúen el
rendimiento, la rapidez y la calidad.
Al movernos
hacia abajo en las paredes de la casa del Capital Intelectual,
entramos en el presente y en las actividades de la compañía
que se centran en él. Estas son el Enfoque del Cliente y el
Enfoque de proceso, el primero mide un distinto tipo de
Capital intelectual, y el segundo, mide una parte de las
partes más grandes del capital estructural.
Finalmente, la base de nuestra casa, señala hacia el
futuro. En ella hay el Enfoque de Innovación y Desarrollo, la
otra parte del capital estructural. Los índices en esta región
miden no solo si la empresa se está preparando bien para el
futuro, a través de la formación y capacitación de sus
empleados, el desarrollo de nuevos productos, etc., sino
también si dicha empresa está abandonando con paso firme el
pasado obsoleto a través de la rotación de los productos y el
abandono de los mercados decrecientes y de otras acciones
estratégicas. También nos indica las probables características
del entorno del negocio en el que empresa se verá forzada a
operar en el futuro.
Hay aún un último enfoque al que
aún no nos hemos dirigido. Se encuentra en el centro de la
casa, de hecho, es el corazón, la inteligencia y el alma de la
organización. Más aún, como única fuerza activa en la
organización, toca todas las otras regiones del Capital
Intelectual. Es el Enfoque Humano, la primera mitad del modelo
de Capital Intelectual. Esta es la parte de la compañía que se
va a las casas particulares cada noche. Consiste en la
competencia y capacidades de los empleados, el compromiso de
la compañía para ayudar a mantener esas habilidades
permanentemente afinadas y actualizadas, utilizando si para
ello es necesario la colaboración de expertos externos.
Finalmente es la combinación de experiencia e innovación de
estos empleados y las estrategias de la empresa para cambiar o
mantener esta combinación.
c) Los realizados por
empresas de alta tecnología.
Se refieren a las
investigaciones realizadas por Hewlett Packard, Dow Chemical,
Hughes Space and Communication, Merck y Nova Care. Todas ellas
se centran básicamente en el Capital Intelectual de las
funciones de Innovación e I+D, aunque con muchas variantes y
diversos enfoques.
En resumen los
conocimientos que generan valor o el Capital Intelectual son
la clave del éxito de las empresas que compiten en el contexto
económico, político, social y tecnológico de nuestro tiempo, y
su papel en el futuro será con toda seguridad cada vez más
relevante.