PLANEACIÓN
PROSPECTIVA
M. A.
VICENTE INZUNZA INZUNZA
INSTITUTO
TECNOLÓGICO DE HERMOSILLO
Introducción.
La
planeación se populariza después de la Segunda Guerra Mundial, pero es asociada
entonces casi exclusivamente con actividades totalitarias de control social.
Gradualmente se expande su uso y hoy se considera una actividad relacionada con
la consecución de fines. Así por ejemplo, se planea o planifica el desarrollo de
un país o de una empresa, la construcción de obras de ingeniería, la educación y
hasta la familia.
La planeación tradicional es
esencialmente retrospectiva, puesto que los objetivos que se persiguen son
determinados en gran medida, por lo que sucede y ha sucedido a la entidad en
donde se planea. En la modalidad prospectiva ocurre a la inversa. Primero, se
establece el futuro deseado tan abiertamente como sea posible, esto es, de
manera creativa y libre de las restricciones de la experiencia y las
circunstancias actuales. Segundo, con esta imagen de lo deseable en mente, se
procede a la selección del futuro más satisfactorio a partir de las
posibilidades actuales y las lecciones del pasado.
Con el doble fin de tener
una idea más amplia de los puntos de vista que campean en esto de la planeación
y diferenciar el modo prospectivo, primeramente se plantean algunas maneras de
agrupar distintas formas de concebir y practicar la planeación. Estas posturas
se derivan de una posición teleológica, es decir, se trata de clasificaciones en
términos de los propósitos de la toma de decisiones y no es función de sus
causas.
En seguida se
sintetiza y desarrolla un poco el estilo prospectivo de planeación para concluir
con una reflexión final en torno a los beneficios personales y colectivos de
practicarla más amplia y cotidianamente.
Estilos de
Planeación.
Aunque por lo general se le
asocia exclusivamente con la elaboración de planes, la planeación es un sistema
o proceso de transformación dirigido a obtener lo deseable y evitar lo
indeseable, caracterizado por:
¨
Relacionarse con el
presente, que se extiende en el futuro para darle mayor sentido a las decisiones
actuales.
¨
Racionalidad en la
generación, el análisis y la selección de opciones.
¨
Adopción de prioridades
socio-económicas.
¨
Énfasis en la asociación de
metas y objetivos a través de estrategias y programas de acción
específicos.
¨
Consideración de la
viabilidad política del proceso mismo.
FIGURA
1
En términos teóricos, la
evolución de las diferentes corrientes de planeación puede representarse como se
muestra en la figura 1. Las distintas posturas originales se han mantenido,
dando lugar a una práctica actual tal vez más diferenciada que al principio,
incluso al interior de cada orientación.
Quizá contribuyendo más a la
confusión reinante, pueden identificarse similitudes entre ellas en función
de:
¨
El ambiente
decisional.
¨
La percepción del presente,
pasado y futuro de la
organización.
Las
Circunstancias.
En el ambiente privado como
en el público se hace planeación de maneras muy distintas, dependiendo de la
esencia de las decisiones y su relación con la planeación, conforme a la figura
2 en la siguiente pagina.
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Este modo de ver la
planeación en términos del ambiente de toma de decisiones, se presenta en
función de cuatro de sus formas polares, pero en la práctica se encuentran
maneras de planear fuera de estos cuatro tipos. Lo que sucede es que éstos
definen un espectro dentro del que se ubican gran parte de las modalidades del
uso de la planeación en nuestro medio.
En el primero de estos
tipos, la planeación se justifica sólo cuando sus resultados pueden sustentar
decisiones tomadas. Las organizaciones cuyos contextos de operación son muy
dinámicos y están sujetas a prioridades de corto plazo, son los exponentes más
fieles de esta primera forma de hacer la planeación.
Por otro lado, cuando las
decisiones se toman esencialmente como medio para llevar a cabo ciertos
proyectos considerados cruciales para la organización, la planeación consiste en
una programación de medios y actividades. En esta segunda modalidad, se entiende
planeación como la programación de medios (por lo general económicos) y de
acciones, con base en un banco de planes y proyectos. No se cuestionan los
proyectos ni los recursos disponibles o los criterios para su distribución. El
producto de esta planeación es un programa de inversiones y un catálogo de
acciones calendarizado.
En tercer término, cuando
las decisiones se orientan al logro de objetivos preestablecidos, entonces se
planea para elaborar los planes de acción para alcanzar esos objetivos. Las
organizaciones que así lo hacen, usan la planeación en la preparación de los
planes de acción para cierto horizonte temporal. Los planes se elaboran con base
en prioridades establecidas por los cuadros directivos, o conforme a necesidades
determinadas a partir de la operación en los niveles medios o inferiores. En
ambos casos, se tiene al final del ejercicio de planeación un voluminoso informe
conteniendo los planes a seguir, documento que generalmente resulta
incomprensible, incoherente y en ocasiones irrealizable. En esta modalidad, los
planes son la razón de ser de la planeación. Sin embargo, frecuentemente se
encuentran planes de desarrollo de una institución, que sirvanbásicamente para
justificar su estado actual o sustentar peticiones económicas para su futuro
quehacer, pero que tienen poca o nula relación con el desarrollo de sus
actividades.
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Por último, si las
decisiones son tan o más importantes que el resto de las actividades orientadas
al esclarecimiento y consecución de fines, mismos que se refieren al
mejoramiento de una organización, la planeación resulta ser entonces una
actividad anticipada y anticipatoria de toma de decisiones. Esta modalidad
generalmente se practica entre los integrantes de los sectores más dinámicos de
la actividad pública y privada. Para éstos, la planeación es un sistema de
actividades de toma de decisiones anticipadas, bajo incertidumbre, en donde se
planea, con y no para la entidad. El principal producto es el proceso, esto es,
el proceso continuo y adaptativo de producir, implantar, evaluar y modificar,
tanto objetivos y políticas, como medios, planes y
programas.
Desde esta postura,
planeación es más un medio de implantación y control de cambios, que un
procedimiento de generación de planes.
Cabe señalar que los cuatro
tipos de planeación presentados no son mutuamente excluyentes. En la figura 3,
se muestra la conjunción más común entre ellos. Puede decirse que la planeación
por proyectos incluye a la coyuntural. Cuando se planea por objetivos, queda
implícito que en los casos que así lo ameriten, se planea por proyectos e
incluso para fines específicos de muy corto plazo, en donde poco o nada puede
hacerse previamente a la toma de decisiones; finalmente, la planeación
prospectiva incluye a los demás modos anteriores de planear, practicándose uno,
otro o varios, dependiendo el nivel de que se trate o de la situación que
enfrenta la organización.
Con base en distintas
actitudes hacia el presente, pasado y futuro de una organización, pueden
identificarse cuatro estilos de planeación, esquematizados en la figura
4.
FIGURA
4
La primera de estas posturas
de planeación se caracteriza por el hecho de que el estado actual de la
organización y su medio ambiente se consideran adecuados. Además, el pasado
puede o no añorarse y no preocupa el futuro, resultado que no hay necesidad de
planeación, excepto dejar que las cosas continúen como van. A quienes se
encuentran en esta postura puede denominárseles
“inactivistas”.
En el segundo de estos
enfoques sobre la planeación, se considera que todo tiempo pasado fue mejor.
Existe asimismo un estado de insatisfacción con respecto al funcionamiento
actual de la institución y a las circunstancias que la rodean. La planeación se
orienta entonces a la “re-creación” del pasado, esto es, el “re-establecimiento”
del pasado en el futuro. Sus practicantes se denominan
“reactivistas”.
En la tercera postura se
toma el futuro como lo más importante, pero se piensa predecible. No interesa
volver al pasado o mantener la situación actual. Se planea para prepararse y
sacar el mejor provecho de ese futuro inevitable. Quienes enfocan la planeación
de esta manera pueden llamarse “preactivistas”.
Finalmente, se considera que el futuro es lo más importante y depende de lo que se haga en el presente; entonces se planea diseñando primero un futuro deseado que sea factible y que involucre en principio únicamente medios actualmente disponibles, para luego preparar, seleccionar, implantar y controlar maneras de hacerlo posible. Quienes así planean puede tomárseles como “interactivistas”, “proactivistas” o “prospectivistas”.
La
Prospectiva.
En diferentes términos son
usados por los estudiosos para referirse al estilo de planeación prospectiva.
Planeación estratégica, normativa, adaptativa, interactiva, corporativa y
transaccional son algunos de ellos.
Lo que distingue a la
planeación prospectiva es el énfasis en la formulación de los objetivos o futuro
deseado y la búsqueda activa de medios para hacerlo posible, a la luz de un
proceso de planeación que se extiende desde la formulación de los ideales
sociales y económicos más generales, hasta los detalles de la elaboración e
implantación de decisiones individuales.
El proceso de planeación
prospectiva se sintetiza en la figura 5. El paso de la realidad al bloque 1
representa la elaboración de un modelo no necesariamente formal, de la entidad
en donde se planea y su circunstancia, que sirve de base para el trabajo de los
involucrados en el esfuerzo de planeación.
El conocimiento de la
realidad y su dinámica, resumidos en el modelo que la representa, condiciona en
buena medida el tipo de instrumentos o medios de los que se echará mano para
modificar la realidad tratando de aproximarla a lo deseado. También a partir de la
representación de la realidad se diseña el futuro deseado del bloque 4.
Considerando en seguida tanto lo que se desea como los medios disponibles y las implicaciones
de sus diferentes usos, se preparan los futuros factibles del bloque
3.
En el siguiente paso, el
futuro deseado sirve de aliciente para extender el alcance de los instrumentos e
incluso para enriquecerlos. A partir de un proceso generalmente difícil y único
en cada esfuerzo de planeación, puede entonces seleccionarse el futuro al que se
orientará el resto de las tareas de planeación. Por último, en el bloque 6 se
representa la decisión no menos difícil y única en cuanto a la manera (el cómo)
de alcanzar ese futuro, misma que lleva a la organización de la implantación, es
decir, de “lo que se va a hacer”, para terminar en la realización de las
acciones y aspirar a la modificación de la realidad, encarnada por los futuros
deseables y factibles.
México: Tierra de la
Prospectiva.
Considerando las múltiples
eventualidades de los tiempos modernos, sus complejas interrelaciones y su
turbulenta dinámica, no hay duda alguna de que los mejores planes, programas o
decisiones, pueden fácilmente convertirse en obsoletos. La crisis energética, la
inestabilidad económica y los conflictos intra e internacionales, son las más
notorias.
México al igual que muchos
otros países, está lejos aún de que sus sectores económicos más modernos y
dinámicos, así como los esfuerzos de sus mejores mujeres y hombres públicos o
no, logren servir eficazmente a las metas de bienestar general. La delincuencia
imperante, la proliferación de vicios y abusos, así como el predominio de lo
individual, inmediato y fácil, sobre lo virtuoso, duradero y colectivo, son
únicamente las crestas del mar de tragedias humanas que significa y ha
significado fracasar en el logro de esas metas.
Conformes o no con estas
apreciaciones, seguramente coincidimos en que los problemas que enfrenta el país
son enormemente complicados y que su solución requiere un esfuerzo colectivo
coordinado, es decir, planeación. Pero la planeación tiene larga tradición en
nuestro país y los escasos logros atribuibles no bastan para desecharla, sin
antes considerar seriamente el estilo prospectivo de
practicarla.
De hecho puede decirse que
ya se ha practicado imaginando y tratando de hacer realidad soluciones
políticas, económicas y sociales, originales y adecuadas, tanto en el sector
público como en el privado. Recordemos por ejemplo los tiempos de Morelos,
Juárez, Calles y Cárdenas, así como los parques industriales norteños y las
empresas modelo reconocidas a nivel internacional.
Nuestra población se duplica
aproximadamente cada veinte años. Dejando a un lado la exactitud del lapso y la
visión apocalíptica (que únicamente es una proyección de referencia en la
prospectiva, en caso de nada hacer al respecto), el reto prospectivo es imaginar
hoy y trabajar en lo que resta del presente siglo, para construir ese “otro
México”.
Ello implica de entrada,
suponer y tratarnos como una colectividad racional y virtuosa, capaz de actuar
para beneficio individual y conjunto, con un buen grado de control de nuestro
futuro. A nivel de cada persona, tal vez implique aumentar en la práctica el
grado de responsabilidad por nosotros mismos, invalidando la proliferación de
actitudes paternalistas en gobierno y autoridades en
general.
En fin, practicar la
prospectiva puede significar tanto como queramos, a menos que optemos por una
modestia e inercia que las generaciones posteriores nos reclamarán. Se trata de
imaginar y actuar en el sentido más constructivo, puesto que nuestro país tiene
carencias, pero también potencialidades y cambia con tanta rapidez, que
difícilmente puede el pasado o el maltrecho presente, inspirar en forma
prioritaria el futuro.
1.“Antología
de la Planeación en México 1917-1985” México: SPP/FCE 19 Volumenes,
1985,1986,1987. Planes en la Nación Mexicana, México, Senado de la Republica-
Colegio de México, 11 Volumenes, 1987.
2.Gonzalez
Pedrero, Enrique. “La Riqueza de la Pobreza”, México, Mortiz Joaquin
1979.