Hace tan sólo pocos años era improbable
imaginar una situación en el mundo de la educación como en la
que ahora vivimos. La tecnología, entendida como el arte del saber hacer,
ha estado siempre presente en la historia de la pedagogía, pero en las
dos últimas décadas del siglo XX ha tomado un papel predominante
como instrumento, como máquina al servicio de la educación. Desde
el uso de los magnetófonos, la televisión, el vídeo, pasando
por la enseñanza asistida por ordenador, los distintos instrumentos tecnológicos
que han entrado en nuestra cotidianeidad a través de los salones de nuestras
casas, han tenido su repercusión en las metodologías de educación
y aprendizaje. En la antigua Grecia, la erudición verdadera estaba definida
como una de ocio dedicada al aprendizaje. la búsqueda de la sabiduría
conllevaba una total inmersión sensorial e intelectual en la propia vida
y los educadores se vivieron desafiados a nutrir el entusiasmo y proporcionar
las herramientas adecuadas a las mentes jóvenes.
Con este espíritu, los colegios servían para proporcionar alicientes
para la búsqueda de la sabiduría fuera de sus fronteras, no para
reemplazarlos. Hoy las cosas son diferentes. Muy a menudo, el mundo real y entusiasmo
de la era de la información se quedan fuera de las aulas. Se dispone
de profesores innovadores para entrar en la instalación por medio de
transmisiones electrónicas a redes educativas mediante el uso de otras
tecnología educativas. Como los puntos débiles de la clase son
ensanchados se dará paso a una integración mas libre de los entornos
escolares.
Muchos han visto y vivido la irrupción de la tecnología en la
educación como un peligro, una amenaza para el correcto proceso educativo.
La supuesta pérdida de la relación entre educador y educando en
tanto que personas ha sido el argumento básico esgrimido por los detractores
de la entrada de la tecnologías en las dinámica educativa. Hace
tiempo que sabemos que lo que define la relación entre las personas no
es tan solo el medio que usan para hacerlo si no que sobretodo es la capacidad
que tenemos para comunicarnos. Y para hacerlo no usamos sólo la presencia
física, el cara a cara. Hemos pasado por las señales de humos,
por la comunicación epistolar, telefónica, hasta las posibilidades
actuales del correo electrónico. Sea como sea las personas nos relacionamos.
Forma parte de nuestro ser social. Y si hay relación hay también
acto educativo. Sea cual sea el medio de comunicación
Hoy el medio de comunicación e información que esta en auge es
el que proporciona la red de redes: Internet. La red nació hace ya treinta
años pero tan solo hace seis que incorporó color, imagines, sonido,
y facilidad en el transporte de datos. Se ha vuelto amigable y atractiva, lo
que ha supuesto una rápida penetración en nuestras vidas cambiando
nuestras mentalidades, nuestras formas de acceder al saber y de conocer. Nos
encontramos, por tanto ante un cambio en los procesos de aprendizaje que los
más jóvenes viven como parte de su formación inicial básica
y los más adultos viven, a menudo, como un problema personal de adaptación
aun mundo cambiante