EL AUTO SACRAMENTAL RECIÉN DESCUBIERTO

 

EN CALZADILLA DE LA CUEZA

 

                                                                                         Jesús Mª Aínsua Serrano

 

 

 

 

        

          

           En nuestra revista Peregrino nº 110 se hace una breve reseña sobre la aparición casual de un auto sacramental en Calzadilla de la Cueza, hallazgo debido a  D. José Luís Calvo, delegado diocesano de Patrimonio, que encuentra este auto sacramental  buscando piezas para exponer en la próxima edición de las Edades del Hombre, que acaba de inaugurarse (6 mayo) en Ponferrada bajo el lema “Yo Camino”, en clara referencia a nuestra querida ruta jacobea.

            El libro, que mide unos 23 x 17 cm., es el de cuentas de fábrica del arciprestazgo de la Cueza, entre los años 1529 y 1585. Su encuadernación está hecha con los restos de un antiguo misal del siglo XV; en la vuelta de la solapa se lee música con notas aquitanas, y en el lomo se ve el cosido de la encuadernación; en su día tuvo cierre, del que solo queda la cuerda (falta el botón de cierre). Esta costumbre de encuadernar, con antiguos pergaminos,  los libros estaba muy extendida entre los siglos XIII al XVI; algunos códices musicales en un momento determinado fueron troceados y recortados hasta adaptarlos como cubiertas de encuadernación del nuevo libro de papel.

            El libro comienza diciendo: En el lugar de Calzadilla a cuatro días del mes de diciembre de mil quinientos veintinueve años el bachiller Juan Sánchez, visitador del Sr. Obispo en el arciprestazgo de la Cueza… En estos años, el Sr. Arcipreste era D. Pedro López Aguirre; y, para iniciar este libro, se tomó cuentas a los curas D. Pedro Marcos y D. Juan de Villelga, mayordomos que fueron de la iglesia de San Miguel.

            En este libro se encuentra de todo: desde las cuentas para las que fue abierto, hasta los mandatos del Sr. Obispo, inventarios de bienes y alhajas de la iglesia, así como un listado de diezmos y primicias y datos sobre el autor del sagrario (el escultor D. Juan Ortiz) y de los dineros que cobró por ejecutar la obra. Como curiosidad, añadiré que aparece escrito un arriendo de un cascajo a la sobrina del cura.

            El auto sacramental  ocupa cinco páginas a doble columna y está  escrito por las dos caras de cada página; su titulo completo es: Coloquio entre cuatro pastores y un villano que trata en lohor al Santísimo Sacramento sobre las palabras de la consagración. El nombre de cada uno de los pastores es repitiendo en todas las dichas palabras hoc est corpus deum, “este es mi cuerpo”.

            El auto sacramental comienza con una canción sin duda traída por los peregrinos, una de cuyas variaciones aún se sigue cantando en Villalcázar de Sirga y Carrión y, seguramente, por toda la Cueza. Doña Lucía Serrano, de 91 años, la recuerda así:

 

“Ángeles somos; del cielo, venimos,

huevos pedimos para Jesucristo,

que viene por el camino

lavando sus manos con agua rosada.

Si nos dais o no nos dais

no nos detengáis,

jueves en la cena,

viernes en la cruz,

sábado de pascua resucita Jesús.

 

Esta señora que algo nos ha dado,

ángeles y santos vengan a su lado.

Esta señora que nada nos ha dado,

          que un piojo rabudo la pique en el culo.”

 

            El auto sacramental relata el intento que hacen los cuatro pastores  para convencer al villano, en la fe de la Eucaristía. El villano, con motivo de las fiestas y con animo de pasarlo bien, comer y beber, se desplaza a Calzadilla de la Cueza, donde se encontrará con esta representación del auto sacramental, cosa que no se esperaba.

             Este auto sacramental comienza como ya dije  con una canción y termina con un auto de fe en el Santísimo Sacramento. Su descubridor,  José Luís Calvo opina que este auto sacramental pudo ser copiado por algún clérigo, sobre el año 1560, para ser representado en Calzadilla, pueblo palentino del Camino de Santiago.

             Por el momento se desconoce si el Auto puede tener alguna relación con el célebre Milagro Eucarístico acaecido un siglo antes en Frómista. La felicidad del hallazgo dará paso ahora a un lento proceso de investigación, cara a su catalogación científica y consiguiente publicación    

 

             

        

 

 

Nota. Nuestro agradecimiento a José Luís Calvo, Delegado de Patrimonio de la Diócesis de Palencia, por los datos facilitados y permitirnos fotografiar el Libro de Cuentas.

 

 

 

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