Además de todas las aplicaciones militares para las que el sistema fue inicialmente concebido, GPS tiene una gran variedad de aplicaciones civiles en tierra, mar y aire. Básicamente, GPS se utiliza en cualquier lugar salvo en aquellos en los cuales es imposible recibir la señal de los satélites, tales como en el interior de la mayoría de edificios, cuevas y otros lugares subterráneos o bajo el agua.

        Entre las aplicaciones militares se incluyen, por ejemplo, direccionamiento de misiles autónomos o localización y control de tropas en operaciones militares remotas. La mayoría de las aplicaciones aéreas incluyen la navegación. No obstante, el GPS sirve de ayuda en determinados sistemas ILS para asistir a los aviones en los aterrizajes. ILS es el llamado sistema de aterrizaje por instrumentos, que consiste en un conjunto de estaciones transmisoras de radio situadas en las proximidades del aeropuerto y que se emplean para guiar a la aeronave hacia la pista de aterrizaje, especialmente en condiciones de visibilidad limitada. En el mar, GPS también se utiliza para la navegación de los yates o barcos de pesca. Por último, las aplicaciones terrestres son más diversas, como por ejemplo geodesia, investigación climática o medida de la dinámica tectónica del planeta.

        Adicionalmente, GPS puede utilizarse en gran número de deportes de ocio, como por ejemplo caza, esquí, mountain-bike, y en general en cualquier situación en que se requiera conocer nuestra posición, ruta, dirección de movimiento o incluso velocidad. En un futuro cercano, gran parte de los vehículos llevarán instalado GPS. Algunos modelos de automóviles ya llevan instalado un pequeño ordenador de a bordo que muestra mapas que pueden ser utilizados para determinar nuestra ruta. Por último, dada la precisión de los relojes de los satélites, éstos pueden utilizarse en algunas aplicaciones científicas. Recordemos que la información de tiempo es crítica para determinar nuestra posición a partir del retardo sufrido por la señal. Por ello, durante experimentos de recogida de datos científicos, a cada muestra de datos puede añadírsele una marca de tiempo sin más que sincronizar nuestro receptor GPS con los relojes atómicos de los satélites.

        Como curiosidad, se han producido dos fechas importantes para los usuarios GPS. La primera de ellas fue el 22 de agosto de 1999, mientras que la segunda fue el pasado 1 de enero de 2000 (Y2K). El llamado efecto EOW (End-of-Week) Rollover ocurre cada 1024 semanas, una vez cada 20 años. El sistema GPS calcula el tiempo, en parte, contando el número de semanas transcurridas desde el 6 de enero de 1980 hasta un máximo de 1023. La medianoche entre el 21 y 22 de agosto de 1999, el contador de semanas volvió a cero. De acuerdo con el departamento de defensa de los EE.UU., esto no es un problema para los satélites o el centro de control del sistema. Sin embargo, algunos receptores GPS pudieron verse afectados por errores de posicionamiento. La mayoría estaban preparados, ya que los fabricantes lo habían tenido en cuenta, y en algunos casos se limitaba a una reinicialización del equipo. En cuanto al efecto Y2K, es exactamente igual al que ocurrió con multitud de programas informáticos y de dispositivos electrónicos y se limita a la interpretación que realiza el equipo de una fecha de dos dígitos, es decir, "00" corresponde al año 1900 o al año 2000.

 

 

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