Porqué planificar? Porqué preocuparse en mejorar de forma continua? A que apunta la estrategia? Todas preguntas importantes de responder, y a las cuales muchos directivos, profesionales y empresarios no le dan la debida importancia o la suficiente atención.
Responder a éstas y otras cuestiones es lo que marca la diferencia entre empresas que sólo subsisten, con directivos que tratan de poner parches a los desequilibrios financieros, tratando de apaciguar las arremetidas de consumidores y clientes descontentos, luchando contra costos cada día más altos y niveles de productividad en claro declive. Empresas éstas que ven la luz cuando la situación global es óptima, pero que nunca aprovechan en su plenitud estas situaciones, y que cuando el mercado se deprime entran en un fuerte cono de sombra e incertidumbre.
Y por otro lado tenemos a aquellas empresas y organizaciones que con objetivos claramente definidos, y un perfecto enfoque en las actividades a realizar, planifican proactivamente, no sólo anticipándose al futuro sino creándolo. Empresas para las cuales los recursos tienen un valor y saben en consecuencia administrarlo. Entre esos recursos fundamentales se encuentra el tiempo. Elemento crucial que una vez consumido ya no se puede recuperar. Así tenemos a las empresas que malgastan el tiempo de sus clientes, empleados y el de su propio futuro como entidad, de aquellas que lo saben valorar no desperdiciando tan importante recurso.
Las cosas ocurren porque se planifica y realizan acciones concretas para su obtención, o sea hay una causalidad. Es muy fácil hablar de planificación, organización, dirección y control. Pero otra muy distinta es llevarlo a la práctica y mejorarlos de manera continua.
Es la hora en que los inversionistas se preguntan en que empresa vale la pena realmente colocar sus ahorros y su confianza, es también el momento en que los obreros se preguntan si vale la pena dejar parte de sus vidas y proyectos personales en empresas que no le permiten ningún crecimiento personal ni económico. Es el momento en que los consumidores piensan si deben seguir adquiriendo productos de escaso valor, mala calidad, precio elevado y un servicio al cliente atroz.
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