Ir a página principal

 

De: La Isla del Tesoro

 

 

Capítulo 1: Desde la Posada "La taberna

.................de los ciegos"

(fragmento)

Hermano de la Costa, buen viento y mejores cervezas, alégrome que te halles sanos y salvo y en buena compañía (tu novia), escuchando los poemas de Li Tai Po, el de los ojos de nogal, en el arroyo de los viejos cocodrilos. Yo sigo amarrado a estas galeras infernales, a la extendida creencia que un poeta debe estar siempre al borde del abismo. Pero no debemos preocuparnos, "A cada derrumbe de las pruebas una salva por el porvenir". Tal vez al mediodía pase por los bares conocidos a brindar por nuestras almas y por "los que quieren el cofre de aquel muerto". Si no hay dinero, dios o las hadas proveerán. Escríbeme antes que seamos leyendas o nos pongamos azules como exterminados retratos.

 

 

De: Celebraciones de un cazador

 

 

Tío Ho

parecías una olla de barro en el fuego

un pequeño cántaro de chicha en las tiendas olvidadas de un pueblo

no era necesario verte sentirte escucharte

estabas en el atardecer de todos los campos

en la ventisca lenta de todos los días

en las pupilas verdes de todos los ríos

tus soldados morían con una flor en el rostro

las mujeres con un poema tuyo en el pecho

ahora cantas sueñas sonríes amas

eres una alondra en todas las ramas del alba

tu nombre se parece a la dicha

a las enredaderas en los tejados del cielo

los niños te dicen "tío Ho cuéntanos un cuento"

y como un ferrocarrilero bondadoso los miras

avizoras la estrella la felicidad el camino

eres una naranja un puente un árbol un sol para todos

 

 

 

De: Asaltos

 

(Fragmento)

no os asustéis con los comercios del ciego

con los ruidos de las botellas de leche

pensad mejor en remover la tierra

o los escombros del agua

en ajustar las cuentas con los eucaliptos de otoño

o en destruir la felicidad de los grandes maricones dormidos

en los hermosos cactus de antaño

 

 

 

 

De: Vivir es duro

 

5

        Observa amigo mío la nieve

Es el mes de los fuegos y todavía vivimos

Como los antepasados descifrando las piedras

        Y los recuerdos del hijo

Mientras los pájaros vuelan

Llevando la muerte y la flor en su silbo

 

 

 

De: Despedida del bribón

 

 

18

Estoy gastando mis últimos pesares y no sé si llegaré al silencio de las flores, por ello reconstruyo caminos del siglo XVIII para que sus aguas y azucenas invadan mi pasado. Pero hay malos presagios: los búhos han volado tres veces sobre el cielo y difícilmente mi vida, que parece haber desaparecido, soportará estas memorias, pues no tengo techo, ni pan, ni abrigo, salvo el de mis sueños.

 

 Ir a página principal

juancristobal2001@yahoo.es