De:
Agüita 'e Coco
Cuentos populares de los negros. Descripción de sus vidas cotidianas.
Así se baila
el bolero (fragmento)
Tu boca, dame tu boca,
tu boca, tu rica boca,
para qué la quieres
si no me la das a besar.
Dame tu boca
(canta Carlos Argentino)
Mira, hermanito, si no sabes aprende. Escuchar un bolero es como comerse
un chocolatito de nueces en la mañana al pie del arroyo de los
sueños, como saborear miles de almendras y helados de fresa en
el cine, como tomarse un buen vaso de ron del Caribe acompañado
de bellas sirenas y después acurrucarse a las sombras en flor de
los tilos y soñar con un reguero de pólvoras en los brazos
tiernos de la amada, con esa regazón de nostalgias y guitarras
apasionadas que tiene el anochecer cuando la luna y las estrellas nos
inspiran rosas y amapolas en el pecho. Porque el bolero te hace vivir
recuerdos, heridas, caminos, deseos, cuando bailas como pajarito pegado,
pecho con pecho, cara con cara, beso con beso, suavecitos, como lanitas
tiradas al viento, pero empujándole, eso sí, suavemente,
como un rumor de semillas doradas, la rodilla hasta el fondo del pozo
de la dicha. Y después, ¡agüita de coco para los loros
culecos!...
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