|
LA
SUBASTA DE SOTHEBY'S ES EL 8 DE MAYO
Rematarán en Nueva York varias obras de la colección Fortabat
Según "The New York Times", se trata de 20 cuadros que Amalia
Fortabat compró en las últimas dos décadas. Son grandes
obras impresionistas y modernas de artistas como Gauguin, Degas y Miró.
El
8 de mayo la casa de remates de obras de arte Sotheby''s pondrá a la
venta 20 obras de arte impresionistas y modernas. La compañía
las describe como pertenecientes a "una importante colección privada".
Pero alguien en el lugar dirá que la vendedora es Amalia Lacroze de
Fortabat, la empresaria y filántropa argentina que ha experimentado
recientemente un importante desastre financiero.
En
el remate se ofrecerán obras de artistas que integran la historia grande
de la pintura mundial. Los Gauguin, Degas, Miró, Matisse y Pisarro
que se venderán en la casa de la avenida York están valuados
entre 43 y 61 millones de dólares. Fueron comprados por Fortabat en
las casas Sotheby''s y Christie''s, en los últimos 20 años.
"La colección muestra un amplio espectro. Hay impresionistas,
posimpresionistas, surrealistas, puntillistas. Uno podría crear su
propia lectura de la historia del arte basada en esos trabajos", declaró
David Norman, uno de los jefes del departamento de Impresionistas y Arte Moderno
de Sotheby''s.
Fortabat
había planeado vender un Degas y un Gauguin en el remate de Sotheby''s
de noviembre del año pasado pasado. Pero los atentados del 11 de setiembre
la hicieron desistir. Por un lado, porque pensaba que el clima no era el mejor
para vender arte. Y por otro, porque pensaba que los precios se iban a derrumbar.
Uno
de los cuadros más esperados será, sin duda, Mujeres tahitianas
junto a las palmeras, una pintura de colores vivos realizada por Gauguin en
su primer viaje a Tahití. El valor agregado, para los estadounidenses,
es que esa obra fue la primera que Gauguin mostró en Estados Unidos,
en el Armory Show de 1913.
Mujeres...
fue comprada por Fortabat en 1980 por 18 millones de dólares. El cuadro
pertenecía a Edgar William Garbisch y su esposa, Bernice, hija de Walter
Chrysler, el millonario que transformó su apellido en una afamada marca
de automóviles. En Sotheby''s piensan que esa pintura puede valer hoy
entre 15 y 20 millones de dólares.
Otra
de las obras importantes que se rematarán es el María Cassatt
en el Louvre, de Degas, en la que aparecen retratadas la pintora impresionista
María Cassatt con su hermana mayor, Lydia. En la pintura, María,
con su sombrilla, mira unas pinturas en la galería principal del museo
de Louvre y su hermana, 7 años mayor, la observa con una guía
del museo en la mano.
Esta
obra fue comprada por la empresaria argentina en 1984, en una subasta realizada
por Sotheby''s. Pertenecía a la colección de un empresario algodonero
alemán, Julius Wolf y su mujer, Erna Wolf Dreyfuss. Fortabat pagó
por ella 2,5 millones de dólares, pero ahora está valuada entre
12 y 18 millones.
En
este caso, el valor agregado de la obra es una biografía de reciente
aparición, escrita por Harriet Scott Chessman, centrado en la vida
de esas hermanas. El libro se llama Lydia Cassatt leyendo el diario de la
mañana y recogió muy buenas críticas. |
|
|
|
|
También
Miró
El
surrealismo está representado en una obra de Joan Miró, Cabeza
de un campesino catalán, el primero y más complejo de los cuatro
trabajos que Miró realizó entre 1924 y 1925, todos con el mismo
nombre. El precio de esta pintura está estimado entre 5 y 7 millones
de pesos.
A
diferencia de lo que se hace usualmente, Sothebhy''s no le ofreció
a la vendedora ningún incentivo, una garantía de precio mínimo
más allá de lo que ocurra en la venta. "Esto es así
debido a nuestra relación con el cliente", dijeron en la casa
de remates. Pero sí se la ofreció a los otros vendedores importantes
de la subasta: Samuel Maslon, un abogado de Minneapolis, que venderán
ocho obras de arte modernas y contemporáneas valuadas entre 25 y 33
millones, y Philip Sandblom y su esposa Grace, que pondrán en la subasta
tres obras modernas cuyo valor está estimado entre 24 y 30 millones.
Un secreto muy bien guardado
No fueron pocos los soprendidos en Buenos Aires por la noticia publicada el
viernes pasado por The New York Times. Quienes han visitado el piso de Amalia
Fortabat en Avenida del Libertador no olvidan a Julieta y su niñera,
la sutil pintura del inglés William Turner por la que la empresaria
llegó a pagar la cifra récord de 7 millones de dólares,
Ni tampoco el pequeño paisaje marino de Gauguin, que lucía magnífico
en uno de los ambientes más elegantes del departamento. Pero nadie
recuerda ni el Degas ni el Gauguin que la cronista de The New York Times atribuye
a la colección Fortabat.
La
propia firma Sotheby''s lo negó ayer por la tarde desde Nueva York.
"Jamás dijimos que esas obras, que efectivamente saldrán
a la venta en nuestra subasta de mayo, pertenecieran a la señora de
Fortabat", dijo bastante molesto Matthew Weygman, vocero de la firma.
Con todo, no se descarta que pudiera tratarse del selecto conjunto de obras
de arte que -se sabe- la empresaria posee en su departamento en Nueva York.
Secreto
bien guardado, ese conjunto fue formado con el asesoramiento de Alfred Taubman,
el empresario australiano, amigo de Fortabat, que se hizo de todo el paquete
accionario de Sotheby''s durante el boom del mercado de arte en los años
80. Es bueno recordar que aquél fue el momento de los inversores japoneses
y los fondos de pensión que dilapidaban sus dólares y yens en
pintura impresio nista, vendida como pan caliente. Así, no es extraño
que en este punto los intereses de la coleccionista hayan cedido a las necesidades
de la empresaria argentina. Al fin y al cabo, eso fue lo que ocurrió
con la mayor parte de esas inversiones .
De
todos modos, nada de esto pareciera tener que ver con el proyecto museo que
la Fundación Fortabat está construyendo en Puerto Madero. La
gente cercana a la empresaria reconoce que, si bien la marcha se ha tornado
mucho más lenta -como todo en este país-, no se detiene. Es
más, aseguran que en este momento se trabaja sobre el techo y la cubierta
vidriada prevista en el complejo proyecto del arquitecto Rafel Viñoly.
Por
otro lado, fuera del paisaje de Gauguin, el Turner y un retrato que le hizo
Andy Warhol, la mayor parte de las piezas llamadas a integrar ese museo son
argentinas. Dispersa por las distintas propiedades de su dueña, esa
colección posee pinturas y esculturas que dan cuenta de los diferentes
recorridos del arte argentino desde fines del siglo XIX.
Mucho
más ecléctica que la de Costantini, incluye tanto obras de los
precursores del siglo pasado -Pueyrredón, Morel, Pallière y
Rugendas- como trabajos de Qirós, Ernesto Deira, Macció, Marta
Minujin y García Uriburu. En ella conviven La Difunta Correa, una inquietante
instalación de Antonio Berni de los años 70, Domingo en la Chacra,
otra gran pintura del artista, y La tropilla, una gran tela de Fernando Fader
por la que pagó el precio récord de cien mil dólares. |
|
|