Con Amalita nos conocemos desde la infancia porque nuestras familias ya eran amigas. Estuvimos juntas en los momentos mas dificiles y en los mas felices de nuestras vidas. Por distintas circunstancias que vivimos, nos acercamos casi como hermanas. Si tuviera que calificar mi relacion con Amalita diria, sin duda, que tenemos una amistad de cemento. Ha sido una amiga maravillosa con la que comparti muchos gustos, como nuestra pasion por el arte y la cultura. Ella es una mujer exquisita y una gran conocedora del arte. Hoy, nuestros hijos continuan esta amistad que nacio entre las dos familias hace muchos años: los mios, Maria Marta Quintana y Diego de Alzaga, son muy amigos de Ines Lafuente. Tan amigos, que el ultimo Fin de Año nos encontramos todos en la casa que Amalita tiene en Jose Ignacio para celebrar junto a nuestros nietos y bisnietos.
A ella no puedo menos que desearle lo mejor no solo porque es mi amiga, sino porque es una mujer excepcional. Aunque a ninguna de las dos nos gusta hacer infidencias sobre nuestras vidas, no podria decir mas que cosas buenas de Amalita. Es una persona generosa. Quienes la conocemos bien sabemos que, por sobre todas las cosas, tiene una inmensa generosidad que trasciende lo material. Amalita es generosa con su afecto y ese es su valor mas importante

revista Noticias, 3 de febrero de 2001